Por Hope Horner
Como emprendedores, ponemos todo nuestro corazón y alma en construir algo, a menudo asumiendo riesgos que otros evitarían. Pero cuando las cosas no salen como lo planeado, los sentimientos de decepción, frustración e incluso vergüenza pueden ser abrumadores.
La verdad es que el fracaso es una parte inevitable del emprendimiento. Si bien nunca es fácil, aprender a afrontarlo es esencial para seguir adelante. Como dijo una vez Bill Gates: «El éxito es un mal maestro. Seduce a las personas inteligentes haciéndoles creer que no pueden perder». A menudo, es en el fracaso donde aprendemos las lecciones más valiosas.
A través de mis propias experiencias con el fracaso, he encontrado algunas estrategias clave que ayudan a manejar las emociones y los desafíos que conlleva. Aquí hay cuatro estrategias que me han ayudado. ¡Espero que también te ayuden a ti!
1. Siente tus sentimientos
Una de las primeras cosas que debes hacer después de experimentar un fracaso es permitirte sentir todo . No puedes tomar decisiones claras si finges no estar molesto. Reconoce tus emociones, ya sea que incluyan frustración, tristeza o enojo, y date tiempo y espacio para aceptar esos sentimientos.
Al mismo tiempo, es fundamental establecer una fecha límite para dejar de lamentarse y volver al trabajo . La cantidad de tiempo que necesita debe reflejar la magnitud del fracaso. Por ejemplo, si todo su negocio fracasó, puede que necesite un año. Si el lanzamiento de su producto fracasó, tal vez una semana sea suficiente. No todos los fracasos son iguales, así que respete el tiempo que necesita para volver a ponerse de pie.
Cuando mi primera empresa no tuvo éxito, sentí profundamente el peso de ese fracaso. Pasé meses obsesionada con crear otra empresa, ideando frenéticamente ideas que no eran geniales porque estaba forzando las cosas. Finalmente, me di cuenta de que necesitaba dar un paso atrás y darme espacio para aprender. Decidí pasar un año trabajando en otra startup, aprendiendo todo lo que pudiera antes de siquiera considerar crear otro negocio. Cuando finalmente lo hice, terminé fundando Lemonlight .
La moraleja de esto es que debes darte tiempo para procesar las cosas, pero también establecer límites. Una vez que te permitas sentir tus emociones por completo, estarás más lúcido y más concentrado cuando llegue el momento de actuar, ¡y tal vez tu próxima gran idea te encuentre!
2. Habla con otros emprendedores que han fracasado
El fracaso puede hacerte sentir increíblemente solo. La vergüenza y la culpa que a menudo conlleva pueden hacerte dudar de tus habilidades y de tu futuro. Pero no estás solo, y hay otras personas ( muchas otras personas) que han estado en tu lugar. Hablar con otros emprendedores que también han experimentado el fracaso es una excelente manera de volver a ponerte de pie.
No importa cuántos artículos leas o cuántas personas te digan que el fracaso es parte del emprendimiento, siempre duele cuando te sucede. Escuchar historias de otras personas que han pasado por lo mismo y han salido adelante puede hacer que la experiencia sea menos aislante. Es reconfortante saber que incluso los emprendedores más exitosos han enfrentado el fracaso en algún momento.
Leer libros sobre emprendimiento , fracaso y crecimiento también puede ser de ayuda. Ya sea a través de conversaciones personales o leyendo sobre las experiencias de otros, aprender de quienes ya han estado en tu misma situación te brinda la perspectiva y las herramientas que necesitas para seguir avanzando.
3. Haz una lista de todo lo que has aprendido
Una de las cosas más importantes que puedes hacer después de un fracaso es hacer un balance de lo que has aprendido. Puede que no lo parezca en el momento, pero cada fracaso trae consigo lecciones valiosas. Tómate el tiempo para escribir todo lo que has aprendido de la experiencia, sin importar lo pequeño que parezca. Esta lista te servirá como recordatorio de que tu fracaso no fue en vano: fue una oportunidad para crecer .
Documentar estas lecciones mientras aún están frescas será útil más adelante. Es probable que te enfrentes a desafíos similares en el futuro, y tener esta lista te permitirá identificar patrones y soluciones más fácilmente. También ayuda a cambiar tu mentalidad de ver el fracaso como algo puramente negativo a verlo como un recurso que puede llevarte a tomar mejores decisiones en el futuro.
Por ejemplo, cuando mi primer negocio fracasó, tomé nota de los errores que cometí, las decisiones que debería haber pensado con más detenimiento y las áreas en las que podría haber mejorado. Esos conocimientos resultaron invaluables cuando comencé mi siguiente emprendimiento. Me ayudaron a evitar cometer los mismos errores y sentaron las bases para una toma de decisiones más inteligente con Lemonlight.
4. Tomar medidas contrarias
La acción contraria implica hacer las cosas que no te apetece hacer, especialmente las que más quieres evitar. Es natural querer dar marcha atrás después de un fracaso, pero es en este momento cuando debes actuar. Hacer cosas que te resulten incómodas, como asistir a un evento de networking o tener una conversación difícil sobre tu fracaso, es esencial para superar el miedo y seguir adelante .
En este caso, la clave está en asumir la situación. Es fácil dejar que el fracaso te agobie, pero la forma más rápida de superarlo es afrontarlo de frente. Habla de ello, sé honesto sobre lo que sucedió y acepta las lecciones que aprendiste. Cuanto más te escondas y pretendas que el fracaso no sucedió, más prolongarás la experiencia y te quedarás estancado.
Cuando me sentí mal porque un negocio no funcionó, una de las cosas más difíciles fue enfrentar a las personas a las que sentí que les había fallado, explicarles lo que había sucedido y asumir mis errores. Pero esas conversaciones, aunque difíciles, fueron necesarias para cerrar el ciclo y crecer. También ayudaron a recuperar mi confianza.
Cada paso que das, incluso los que te dan miedo, es un paso hacia la recuperación de tu impulso. Tomar medidas contrarias puede romper patrones negativos, desarrollar la autodisciplina y, en última instancia, ayudarte a crecer como emprendedor.
El fracaso es una parte desafortunada del camino empresarial, pero no tiene por qué definirte. Si utilizas estas cuatro estrategias, podrás afrontarlo de forma saludable y productiva.
La próxima vez que te enfrentes a un revés , da un paso atrás, evalúa cuáles de estas estrategias pueden ayudarte y sigue adelante con un renovado sentido de propósito. Descubrirás que cada fracaso te acerca al éxito, siempre y cuando sigas avanzando.