Por Valeria Fratocchi,
A nivel de polÃticas de gobierno, es interesante analizar qué hace Estados Unidos, no solo porque aún mantiene su liderazgo tecnológico, sino porque además tiene un largo camino recorrido y hace ya mucho tiempo que la tecnologÃa es medular en la agenda de seguridad nacional.
La comparación documental de las estrategias nacionales de Estados Unidos, China, Alemania e India (ver referencias) hace evidente las diferencias ideológicas entre quienes visualizan la estrategia tecnológica como otra de las formas de sostener un sistema democrático ya resiliente y quienes entienden que es una de las tantas formas de defender el crecimiento y bienestar dentro de un esquema socialista que les es prioritario. Para predecir su viabilidad y chances de éxito, hay que valorar la consistencia interna de estas estrategias, la consistencia externa y la consistencia a lo largo del tiempo. Este último es un factor en el que la centralización y control de China tiene una ventaja en continuidad y unidad que la renovación alternante de los gobiernos democráticos solo puede tener por cuatro o cinco años.
Además de comprobar la robustez y los recursos que China asigna a la carrera tecnológica, este análisis nos ayuda a ser conscientes de que es la tecnologÃa la que definirá el futuro de la geopolÃtica y por lo tanto se trata de un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos. Rankea ya no como âextremely importantâ, sino como un factor âvitalâ desde una mirada consecuencialista de largo plazo que, a partir de situaciones actuales, nos lleva a escenarios donde efectivamente la tecnologÃa afecta cuestiones esenciales para la supervivencia de un paÃs. Sea por el daño comercial y el impacto en el empleo de la sobrecapacidad productiva de China, sea por la dependencia de China e India para el aprovisionamiento de antibióticos básicos para el sistema de salud, o sea por el acceso a la vida privada y a la intimidad psicológica de las personas que logran algunas redes sociales, defender los intereses americanos conocidos âprogreso, prosperidad y crecimientoâ es hoy tan desafiante como la posibilidad de alimentar y fortalecer valores fundamentales como son la privacidad, la libertad y la democracia.
Analizar estrategias de tecnologÃa, asà como sus implicancias en materia de seguridad y riesgo, nos trae a un tema muy comentado en las aulas del IEEM: hablamos de paÃses, hablamos de organizaciones, pero cuando se trata de decisiones, estamos hablando de personas que impactan en personas. Hablamos de Truman tirando la bomba atómica; hablamos de Elon Musk cuando hablamos del espacio; hablamos de Zuckerberg cuando hablamos de Instagram o de Llama; hablamos de Sam Altman cuando hablamos de ChatGPT; hablamos de Changpeng Zhao cuando hablamos de Binance. Cada uno con su carácter, cada uno con sus historias de vida y sus intenciones.
Se identifica entre los riesgos de las tecnologÃas emergentes el âpersonality dependence factorâ en cuanto a quienes lideran en el gobierno y las empresas, asà como la clave del logro de las estrategias âno importa cuán detalladas sean las formulacionesâ. Tanto a nivel de tecnologÃas como de paÃses y bloques, se nota el peso de estos liderazgos personales y, entre casa, nos referimos a âXiâ cuando hablamos de China o a âKing Salman binâ para narrar la noticia de que Arabia Saudita no renovó el acuerdo del âPetrodólarâ con Estados Unidos, que acepta que China le pague en Yuanes y que la amenaza de un sistema de transacciones internacionales que no sea SWIFT se suma al elenco de opciones que ya habÃan abierto las criptomonedas.
Gordon Moore predijo que el número de transistores en un chip se duplicarÃa aproximadamente cada dos años, con un aumento mÃnimo en el costo; asà acuñamos el concepto de ley de Moore para explicar el avance exponencial de todas las potencialidades tecnológicas que vienen de la mano de la investigación. Seguramente Alfred Nobel, inventor de la dinamita y padre del premio que lleva su nombre, es la figura más recordada por hacernos tomar conciencia de lo que hoy se define como DURC (âdual use of research concernâ), la preocupación por la dualidad de la tecnologÃa, potencialmente útil para hacer el bien o el mal. Vivimos en un contexto que define por nosotros qué finalidad tendrá la investigación y la innovación, y que deja âpor omisión de los gobiernosâ en manos de los cientÃficos el uso y aplicación de los nuevos descubrimientos. De ahà que, en el fondo, dependamos de la personalidad y las intenciones de Elon Musk cuando se trata de los niveles de seguridad del piloto automático del Tesa S y X.
No se trata de asumir una posición radical anti-China, ni de perder energÃas demonizando su sistema polÃtico, sino de trabajar en las tres dimensiones de desarrollo tecnológico que Estados Unidos propone como metodologÃa y que, a fuerza de ser sensata, es adoptable y adaptable a todos los paÃses: Promote-Protect-Partner (promover la tecnologÃa, proteger a las personas y aliarse con los socios correctos). En un tiempo en el que los ánimos están agitados y se afirma âeverything is war relatedâ, esto arranca en cada familia y llega a nivel de paÃses y bloques. Y dependerá de los lÃderes que tengamos, pues la regulación no llegará a tiempo de decirnos qué hacer y qué no hacer.
Referencias
Estados Unidos. National Strategy for Critical and Emerging Technologies.
China. Outline of the People’s Republic of China 14th Five-Year Plan for National Economic and Social Development and Long-Range Objectives for 2035.
Europa. A Strategic Compass for Security and Defense for a European Union that protects its citizens, values and interests and contributes to international peace and security.
Fuente: https://www.ieem.edu.uy/noticias/liderando-la-estrategia-del-negocio-en-un-contexto-de-tecnologias-emergentes/619