por Diana Marcela Torres Gutiérrez
“Tu ego es la voz que te dice que ya llegaste… justo cuando el mundo está cambiando de dirección.”
El ego no se menciona en juntas directivas. No aparece en reportes de desempeño. Pero está ahí. Silencioso, Poderoso, Condicionando decisiones, relaciones y visiones de futuro.
En esta edición vamos a desnudar al ego ejecutivo:
* ¿Qué forma toma en 2025?
* ¿Por qué puede sabotear incluso al líder más competente?
* ¿Y cómo convertirlo en una palanca de evolución y no de estancamiento?
¿Qué es el ego en el contexto del liderazgo?
No hablamos de arrogancia superficial. Hablamos del constructo de identidad profesional que los líderes han formado a lo largo de décadas:
· “Soy el que resuelve.”
· “No puedo mostrarme débil.”
· “Ya sé cómo funciona esto.”
· “He liderado así toda mi carrera.”
· “Mi experiencia me valida.”
El problema no es tener ego. El problema es liderar desde él sin darte cuenta.
¿Cómo se manifiesta el ego en 2025?
1. Rechazo automático a ideas nuevas
“Eso ya lo intentamos.” “Aquí no funcionaría.”
El ego teme perder el control. Y las ideas nuevas… son incontrolables.
2. Obsesión con tener la razón
“Vamos a hacer lo que yo digo. Punto.”
En lugar de construir consenso, impone dirección. Cierra el espacio para la innovación colectiva.
3. Dependencia de la autoridad formal
“Yo soy el CEO. No tengo por qué justificarme.”
El ego se aferra al cargo porque teme quedar expuesto como persona.
4. Evita mostrarse vulnerable
“No quiero que piensen que no sé.”
El ego confunde liderazgo con infalibilidad. Pero en 2025, liderar es aprender a mostrar humanidad.
El costo oculto de liderar desde el ego
· Equipos que dejan de proponer ideas.
· Talento que migra a culturas más horizontales.
· Decisiones lentas o erradas por falta de cuestionamiento.
· Reputación de “líder difícil” en entornos donde la adaptabilidad es clave.
· Estancamiento profesional… en el mejor momento de tu carrera.
El antídoto: 3 caminos para transformar el ego en evolución
1. Crea tu versión 2.0 (o 3.0)
· Deja de identificarte con tu rol o tu experiencia pasada.
· Redefine tu identidad en función del futuro
“Soy un líder que aprende, integra y conecta con lo que viene.”
2. Construye redes que no te adulen
· Rodéate de personas que te reten, no que te confirmen.
· Pregunta activamente
“¿En qué me estás viendo quedarme atrás?”
3. Expón tu vulnerabilidad con propósito
· Usa tu posición para modelar el aprendizaje continuo.
· Di cosas como:
“Esto no lo domino aún, pero estoy en proceso de entenderlo.”
“¿Alguien me ayuda a ver lo que no estoy viendo?”
El resultado: respeto auténtico, no temor.
En esta era, el liderazgo no se mide solo por logros. Se mide por la capacidad de evolucionar sin traicionar la esencia.
Y eso requiere una práctica constante de humildad estratégica. No para minimizar tu valor. Sino para hacer espacio a lo que puedes llegar a ser.
“Tu ego quiere protegerte del cambio. Pero tu propósito necesita atravesarlo.”
En la siguiente Edición, daremos el salto hacia afuera: ¿Cómo diseñar una cultura organizacional que favorezca líderes adaptativos? ¿Cómo pasar del “líder héroe” al “ecosistema de liderazgo”?
Porque si el cambio no se amplifica… se diluye.