Cuando pensamos en liderazgo, a menudo imaginamos teorías complejas, estilos de gestión, estrategias sofisticadas y miles de libros llenos de fórmulas mágicas para ser un buen líder. Aunque por mi propia experiencia después de muchos años liderando grandes equipos de trabajo, te diré una cosa: el liderazgo efectivo no reside en la complejidad de esas teorías, sino en la aplicación inteligente del sentido común, porque, en la mayoría de las ocasiones, lo que realmente necesitamos para liderar con éxito es mucha menos complicación.
El sentido común nos dice que, si quieres liderar a un equipo de manera efectiva, primero debes entenderlo. Y para entender, hay que escuchar. Puede parecer básico, aunque muchas personas que asumen el rol de líderes pasan por alto esta regla. No se trata solo de dar órdenes o imponer tu visión; se trata de saber qué necesitan las personas que están contigo, cuáles son sus preocupaciones y cómo puedes ayudarte a hacer su mejor trabajo. Escuchar te permite tomar decisiones mejor informadas y más justas, creando un ambiente de confianza y respeto.
El liderazgo no es solo estrategia y resultados, si no que es algo que va sobre personas. Aplicar el sentido común significa reconocer que las emociones y las relaciones humanas son clave para el éxito de cualquier equipo. Un líder efectivo entiende las preocupaciones de su equipo y responde a ellas con empatía. Eso no significa que debas ser complaciente, sino que al actuar con comprensión y respeto, las personas estarán más motivadas a dar lo mejor de sí mismas. Liderar con empatía no es complicado, es simplemente cuestión de voluntad. 
A veces, los líderes se enredan en teorías y procesos complicados, perdiendo de vista lo esencial: ¿cómo podemos lograr esto de la manera más eficiente y clara posible? El sentido común en el liderazgo implica simplificar el camino hacia los objetivos. Si puedes hacer las cosas más simples, hazlo. Si puedes comunicarte de manera más directa y clara, hazlo. Tus equipos lo agradecerán porque estarán menos distraídos por burocracias y más enfocados en lo que realmente importa.
Un buen líder sabe que no puede hacerlo todo solo, ni tan siquiera debe intentarlo. El sentido común nos dice que las personas necesitan espacio para crecer, aprender y asumir responsabilidades. En lugar de controlar cada detalle, confía en tu equipo y dale autonomía. Esto no solo los motiva, sino que también crea un entorno en el que las personas se sienten dueñas de su trabajo. Cuando confías en los demás para hacer su parte, el equipo se vuelve más fuerte y más comprometido.
El sentido común también nos dice que las personas siguen a líderes que son coherentes y transparentes. Si dices una cosa y haces otra, perderás la confianza de tu equipo. No necesitas teorías elaboradas para saber que la coherencia genera confianza. Liderar con sentido común significa ser honesto sobre lo que puedes y no puedes hacer, y ser claro en tus expectativas. La transparencia genera un ambiente donde todos saben qué esperar y cómo deben actuar.
En muchas ocasiones, lo único que necesita tu equipo es un simple “gracias”. El sentido común nos recuerda que todos queremos sentirnos valorados. Reconocer el trabajo de los demás, celebrar los logros, incluso los pequeños, es una forma poderosa de mantener a tu equipo motivado y conectado. No necesitas una teoría complicada para saber que las personas trabajan mejor cuando sienten que su esfuerzo es apreciado.
Finalmente, el sentido común en el liderazgo es saber que, cuando surge un problema, la mejor solución suele ser la más sencilla y práctica. No hace falta desarrollar una estrategia compleja para cada inconveniente. A veces, una conversación directa, una rápida reorganización o simplemente tomar una decisión clara es todo lo que se necesita. Liderar es, en gran parte, ser resolutivo y saber cuándo actuará con sencillez.
El liderazgo efectivo no tiene por qué estar envuelto en capas de teorías complicadas y conceptos abstractos. Al final del día, liderar bien se reduce a aplicar el sentido común de manera inteligente. Escucha a tu equipo, actúa con empatía, mantén las cosas simples, sé coherente y transparente, y nunca subestimes el poder de un buen reconocimiento.
No necesitas una fórmula mágica, tampoco adoptar un estilo inflexible, ni tan siquiera leer libros y libros con teorías enrevesadas y manoseadas. Lo que necesitas es ser práctico, humano y auténtico. Eso es lo que hace un líder verdaderamente efectivo.
Fuente: https://www.linkedin.com/pulse/m%C3%A1s-sentido-com%C3%BAn-y-menos-complejidad-jos%C3%A9-lorenzo-moreno-l%C3%B3pez-xp0vf/
