Modo Oscuro Modo Claro

El arte de hacer buenas preguntas: cómo mejorar tus relaciones laborales

xr:d:DAF5BISOaYk:24,j:8658584819147401864,t:24010512

por Victoria Bustamante

  • Si sabes formularlas bien, hacer preguntas puede colocarte en una posición de poder con respecto a tu interlocutor.
  • Además, demuestra empatía, disposición a aprender o incluso puede ser una forma de admitir que no lo sabes todo.

La comunicación es la clave de todas las relaciones, por supuesto también las laborales. Y si bien la escucha activa es una parte muy importante de esta, hay otra pieza a la que, por lo general, no se le suele dar tanto valor y en la que Matt Abrahams, experto en comunicación, hace especial hincapié: las preguntas.

Este profesor de la Universidad de Stanford explica que «hacer una pregunta te pone en una posición de poder» respecto a la otra persona, puesto que estás dominando la situación e incluso puedes aumentar tu estatus cuando haces una pregunta desafiante, tal y como explica a CNBC.

Obviamente, no vale cualquier tipo de pregunta, deben ser buenas, elaboradas y con propósito. Si sigues los pasos de este experto y haces buenas preguntas, demostrarás «que te preocupas, que tienes empatía, que estás dispuesto a aprender y, en algunos casos, a admitir que no lo sabes todo«.

Sabiendo lanzarlas, son verdaderas herramientas y «recursos valiosos que se deben tener cuando se intenta crecer laboralmente o profundizar las relaciones».  Cualquier situación puede ser buena para practicarlas, una conversación en la oficina, una reunión o un encuentro de networking. 

Los tres pilares de una buena pregunta

Para entender cómo, cuándo y por qué estás haciendo una pregunta y que esto te ayude verdaderamente a tener cierta influencia, Abrahams cree que hay tres elementos a tener en cuenta a la hora de formular:

  • Sé conciso, para que el oyente no se distraiga. Plantea preguntas que no sean excesivamente largas, ve al grano y sé concreto para que la otra persona entienda el punto en el que quieres incidir.
  • Básete en lo que ha dicho la otra persona, profundiza en la conversación, no trates de parafrasear o resumir queriendo demostrar que has estado atento. Ve un paso más allá y ahonda en una cuestión. De lo contrario, parecerá que solo quieres hacer ver que has escuchado y será una pregunta vacía.
  • Ve a una idea concreta o al resultado del tema de conversación. De nuevo, trata de avanzar diseccionando sobre un aspecto sobre el que debatir o una reflexión.

Abrahams insiste en que no cualquier pregunta vale, por lo que debes pensar cuál es el objetivo de la misma antes de lanzarla, pensar en tu intención.

«¿Quieres demostrar que estás escuchando y comprendiendo, o que estás muy interesado en el tema en cuestión? ¿Quieres ayudar sutilmente a la otra persona a entender otra perspectiva, o simplemente avanzar la conversación?», explica. Cuestionarte esto antes de hablar te hará plantear preguntas más inteligentes.

Y es que si haces preguntas vacías, repetidas o que no ayudan a avanzar en una conversación, tus compañeros se aburrirán y quedarás de ignorante en lugar de parecer interesante.

Por ello, la base de todo está, aunque parezca simple, en saber escuchar. «Siempre que escuchas, te estás haciendo un favor a ti mismo. Le estás demostrando a la otra persona que estás ahí», advierte Abrahams.

Es una manera simple de hacer una buena formulación, de tal forma que tu pregunta parezca invite «a la otra persona a colaborar, y resolver un problema juntos» fomentando una relación a largo plazo.

Fuente: https://www.businessinsider.es/desarrollo-profesional/arte-hacer-buenas-preguntas-como-mejorar-relaciones-laborales-1406256

Agregar Comentario Agregar Comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Post Anterior

𝗟𝗮 𝗰𝗿𝗶𝘀𝗶𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝗮𝘁𝗶𝘀𝗳𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲𝗹 𝗰𝗹𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲: 𝘀𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻𝗲𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝗿𝗲𝘀 𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲𝗴𝗶𝗮𝘀

Próximo Post

𝗦𝘁𝗲𝘃𝗲 𝗝𝗼𝗯𝘀