Por Gustavo Adamovsky
La aparición del «Cisne Negro» llamado Covid 19 cambió muchas cosas, pero principalmente aceleró todo . El futuro no llegó de forma lenta e incremental, sino que lo hizo sorpresivamente y de manera radical
Las cosas no volvieron a la normalidad pre pandémica, ni lo harán nunca. Sin embargo, ¿Cuántas organizaciones luchan no solo por dar sentido al futuro que está aquí ahora, sino por lo que deberían estar haciendo y/o cambiando para prosperar? 
En función a diferentes investigaciones recientes, se pueden identificar 6 cambios críticos que los líderes deben realizar en esta nueva era.
1. De la certeza a la confianza.
Muchas veces nos sorprendemos y, hasta, nos escandalizamos. ¿Por qué sucede esto? Porque creemos tener certezas de lo que va a suceder. Se siente bien pensar que conocemos el futuro.
Nadie habló sobre Covid hasta que sucedió, ya que todos estábamos bastante seguros de que no habría una pandemia en 2020, por más que podíamos pensar que en algún momento futuro algo podía ocurrir.
Además de que la certeza suele ser una ilusión, existe otro problema: la sensación de certeza puede proporcionar una falsa sensación de bienestar. Nos hace estar menos atentos y desprevenidos.
la sensación de certeza puede proporcionar una falsa sensación de bienestar. Nos hace estar menos atentos y desprevenidos.
Si no podemos estar tan seguros de manera realista, especialmente sobre los grandes eventos y fuerzas que cambian el mundo, ¿qué podemos hacer? La alternativa es asegurarnos de tener la confianza para tener éxito en un mundo incierto. “Encontraremos la manera” debe ser lo habitual. La confianza se trata de anticipar lo que podría suceder y prepararse tanto como sea posible. También implica desarrollar una mentalidad y un conjunto de habilidades que permitan a los miembros del equipo estar seguros de que, independientemente de lo que suceda, hay una forma de responder con éxito.
¿Tu organización es resiliente? ¿Ha capturado y codificado el aprendizaje que se produjo por la crisis de Covid? ¿Están actualizados sus planes de contingencia? ¿Discute los escenarios descabellados pero posibles que podrían cambiar su modelo de negocio? Y, lo más importante, ¿ha identificado las habilidades necesarias para responder a lo que suceda? Éstas son las cosas que desarrollan la confianza práctica.
2. De la planificación y proceso a la agilidad y la experimentación.
En un mundo que cambia lentamente, la planificación y el proceso generan eficiencia y solo necesitan ajustes periódicos.
En un mundo post-Covid donde todo ha cambiado a la vez, la planificación y el proceso son un ancla y un impedimento para liderar bien.
La experimentación y la agilidad triunfan sobre la planificación detallada y lenta. Eso no quiere decir que la planificación no sea importante, o que no se deba planificar, pero tampoco dura mucho sin verse afectada por imprevistos, nuevas demandas de los clientes o una mejor tecnología.
La experimentación implica probar cosas nuevas o cosas viejas de formas nuevas. Probar muchas cosas y, si funcionan, seguir haciéndolas hasta que no sirvan más. Si no funcionan se debe hacer de otra manera o dejan de hacerlas. No permitan que la burocracia, la lentitud en la toma de decisiones y las reglas obsoletas retrasen el proceso. Para que la experimentación funcione bien, debe hacerse rápidamente.
No permitan que la burocracia, la lentitud en la toma de decisiones y las reglas obsoletas retrasen el proceso. Para que la experimentación funcione bien, debe hacerse rápidamente.
La agilidad se trata de flexibilidad y velocidad, y de adaptarse rápidamente. Le sirve bien tanto para la experimentación como para responder a circunstancias que no esperaba o que no puede controlar.
La planificación lenta y el proceso estricto, como se practicaba antes de Covid, pasan a un segundo plano frente a la agilidad y la experimentación.
3. De la motivación a la inspiración.
No hay nada como una crisis para obligarnos a lidiar con las grandes preguntas de la vida.
¿Por qué trabajo tan duro? ¿Qué diferencia hace? ¿Qué diferencia hago?
Muchas de las recompensas que recibimos de nuestro trabajo cambiaron o desaparecieron durante Covid. Lo que mantuvo a muchos en marcha fue la inspiración. La inspiración tiene que ver con el significado que derivamos del trabajo, o incluso por qué trabajamos.
La inspiración es motivación para el poder del propósito. Se trata de vincular las recompensas típicas del trabajo con la razón de hacerlo.
La inspiración no tiene que ser misteriosa o complicada de crear. Se trata de entender los importantes «porqués» del trabajo y cumplirlos. Se desarrolla a partir del trabajo en uno mismo y cómo el líder es capaz de demostrar la importancia y el impacto de ese trabajo.
Fuente: https://www.linkedin.com/pulse/6-cambios-para-liderar-en-esta-nueva-era-gustavo-adamovsky?trk=eml-email_series_follow_newsletter_01-hero-1-title_link&midToken=AQHXk1WGkrPttA&fromEmail=fromEmail&ut=1bf_wmXDsk1rw1
