Al final, más que cualquier otra cosa, nos arrepentimos de las pequeñas cosas que desearíamos haber hecho de manera diferente.
“Si tan solo…” Esas dos palabras juntas crean una de las frases más tristes del idioma inglés.
A continuación se presentan diez decisiones de vida diaria que, en última instancia, conducen a esa frase de arrepentimiento y cómo eludirlas:
1. Usar una máscara para impresionar a otras personas.
Si la cara que siempre muestras al mundo es una máscara, algún día no habrá nada debajo de ella. Porque cuando pasas demasiado tiempo concentrado enLa percepción que los demás tienen de ti, o lo que los demás quieren que seas, acaba por hacer que olvides quién eres en realidad. Así que no temas los juicios de los demás; en tu corazón sabes quién eres y qué es lo que es verdad para ti. No tienes que ser perfecto para impresionar e inspirar a la gente. Deja que se sientan impresionados e inspirados por la forma en que lidias con tus imperfecciones.
2. Mantener compañía negativa (sin límites).
No dejes que alguien con una mala actitud te la transmita. No dejes que te afecte. Da un paso atrás. Distanciarte de aquellos que te transmiten vibraciones negativas o energía no saludable es cuidarte a ti mismo. Alejarte de situaciones en las que te sientes poco apreciado o irrespetado es cuidarte a ti mismo. Elige honrar tus sentimientos y límites. Cuando recuerdas que mantener la compañía constante de personas negativas es una elección, en lugar de una obligación, te liberas para mantener la compañía de la compasión en lugar de la ira, la generosidad en lugar de la avaricia y la paciencia en lugar de la ansiedad.
3. Ser egoísta y egocéntrico.
Una vida llena de obras de amor y buen carácter es la mejor lápida. Aquellos a quienes inspiraste y con quienes compartiste tu amor recordarán cómo los hiciste sentir mucho después de que tu tiempo haya expirado. Así que graba tu nombre en corazones, no en piedras. Lo que has hecho solo por ti muere contigo; lo que has hecho por los demás y el mundo permanece.
4. Evitar el cambio y el crecimiento.
Si quieres conocer tu pasado, analiza tu situación actual. Si quieres conocer tu futuro, analiza tus acciones actuales. Debes dejar atrás lo viejo para dar paso a lo nuevo; lo viejo ya pasó y nunca volverá. Si reconoces esto ahora mismo y tomas medidas para abordarlo, te posicionarás para un progreso real y duradero. (Nota: “El diario de buenos días” es una gran herramienta para este tipo de autorreflexión diaria).
5. Dejar que otros creen tus metas y sueños por ti.
El mayor desafío en la vida es descubrir quién eres; el segundo mayor es ser feliz con lo que encuentras. Una gran parte de esto es tu decisión de permanecer fiel a tus propias metas y sueños a diario. ¿Tienes gente que no está de acuerdo contigo? Bien. Significa que te mantienes firme y sigues tu propio camino. A veces harás cosas que otros consideran una locura, pero cuando te des cuenta de que estás perdiendo la noción del tiempo con entusiasmo, sabrás que estás haciendo las cosas bien.
6. Renunciar cuando las cosas se ponen difíciles.
No hay fracasos, sólo resultados. Aunque las cosas no salgan como esperabas, no te desanimes ni te rindas. Aprende lo que puedas y sigue adelante. El que sigue avanzando paso a paso, al final ganará. Porque la batalla siempre se gana lejos y mucho antes de la victoria final. Es un proceso que ocurre con pequeños pasos, decisiones y acciones que se van construyendo unos sobre otros y que finalmente conducen a ese glorioso momento del triunfo.
7. Tratar de microgestionar cada pequeña cosa.
La vida debe tocarse, no estrangularse. A veces hay que relajarse y dejar que la vida transcurra sin preocupaciones incesantes ni microgestión. Aprende a soltar un poco antes de apretar demasiado. Respira profundamente. Cuando el polvo se asiente y puedas volver a ver el bosque detrás de los árboles, da el siguiente paso hacia adelante. No tienes que saber exactamente a dónde vas a ir, a algún lugar maravilloso. Todo en la vida está en perfecto orden, ya sea que lo entiendas todavía o no. Solo hace falta algo de tiempo para conectar todos los puntos.
8. Conformarse con menos de lo que merece.
Sé lo suficientemente fuerte para dejar ir y lo suficientemente sabio para esperar lo que mereces. A veces, tienes que caer más bajo que nunca para levantarte más alto que nunca antes. A veces, tus ojos necesitan ser lavados por tus lágrimas para que puedas ver las posibilidades que tienes frente a ti con una visión más clara nuevamente. No te conformes.
9. Esperando interminablemente hasta mañana.
El problema es que siempre crees que tienes más tiempo del que realmente tienes. Pero un día te despertarás y no tendrás más tiempo para trabajar en las cosas que siempre has querido hacer. Y en ese momento, o habrás logrado las metas que te propusiste, o tendrás una lista de excusas para explicar por qué no lo has logrado.
10. Ser perezoso y cobarde.
El mundo no te debe nada, tú le debes algo al mundo. Así que deja de soñar despierto y empieza a HACER. Como dicen, desarrolla una columna vertebral, no una ambición. Asume la plena responsabilidad de tu vida: toma el control de tu próximo paso. Eres importante y te necesitan. Es demasiado tarde para quedarte sentado esperando que alguien haga algo algún día. Ese día es ahora; el alguien que el mundo necesita eres TÚ.
Cómo dejar ir gradualmente los viejos arrepentimientos.
Los puntos anteriores son recordatorios cruciales, pero ¿qué pasa si ya tienes remordimientos con los que estás luchando?
Sin duda, a veces nos invaden sentimientos de arrepentimiento. Muchas veces nos arrepentimos de cosas simplemente porque nos preocupa que debimos haber tomado decisiones diferentes en el pasado. Debimos haber hecho un mejor trabajo, pero no lo hicimos. Debimos haberle dado otra oportunidad a una relación, pero no lo hicimos. Debimos haber iniciado ese negocio, pero no lo hicimos…
Comparamos los resultados reales de nuestras decisiones pasadas con una fantasía ideal de cómo “deberían” ser las cosas. El problema, por supuesto, es que no podemos cambiar esas decisiones, porque no podemos cambiar el pasado. Sin embargo, nos resistimos a esta realidad de manera subconsciente: seguimos sobre analizando y comparando la realidad inmutable con nuestra fantasía ideal hasta que hemos desperdiciado mucho tiempo y energía.
¿Pero por qué?
Si lógicamente sabemos más, ¿por qué no podemos dejar ir todos nuestros ideales y fantasías?
Porque nos identificamos personalmente con estos ideales y fantasías. Todos tenemos en la mente esta visión de quiénes somos: nuestras buenas intenciones, nuestra inteligencia, nuestro impacto social, etc. Y tomamos las mejores decisiones que podemos, por supuesto, porque, repito, generalmente tenemos buenas intenciones. Incluso si tienes problemas de autoestima muy arraigados, probablemente te identifiques contigo mismo como un ser humano decente y respetuoso.
Por eso, cuando alguien dice algo sobre nosotros que contradice la visión que tenemos de nosotros mismos (insulta nuestras intenciones, nuestra inteligencia, nuestro estatus, etc.), nos ofendemos. Nos sentimos atacados personalmente y nos cuesta mucho dejarlo pasar.
Algo muy similar ocurre cuando creemos que hemos hecho algo (cometido un error) que contradice la misma visión que tenemos de nosotros mismos. ¡Nos ofendemos! En algunos casos, nos desesperamos, nos regañamos por haber cometido el error: “¿Cómo pude haber hecho esto?”, pensamos. “¿Por qué no pude haber sido más inteligente y haber tomado una mejor decisión?”. Y, una vez más, nos cuesta trabajo dejarlo atrás, nos cuesta aceptar el hecho de que no siempre somos tan buenos como la visión que tenemos de nosotros mismos.
Así que, en pocas palabras, nuestros ideales y fantasías sobre nosotros mismos tienden a causarnos mucha miseria.
La clave es practicar gradualmente el abandono de estos ideales y fantasías y, en cambio, enfocarnos en sacar lo mejor de la realidad. Hay que aceptar la verdad…
- Todas las malas decisiones que tomamos en el pasado ya están hechas, ninguna de ellas se puede cambiar. Y, de hecho, también hay algo bueno en cada una de esas malas decisiones, si elegimos verlo. El simple hecho de poder tomar una decisión es un regalo, como lo es poder despertarnos por la mañana y poder aprender y crecer a partir de nuestras variadas experiencias de vida.
- En realidad, no somos lo que imaginamos ser, al menos no siempre. Somos humanos y, por lo tanto, somos imperfectos y multifacéticos. Hacemos cosas buenas, cometemos errores, damos algo a cambio, somos egoístas, somos honestos y, a veces, decimos mentiras piadosas. Incluso cuando hacemos todo lo posible, somos propensos a cometer errores. Y una vez que aceptamos esto y nos sentimos cómodos con nuestra humanidad, tomar una mala decisión tiende a entrar en conflicto mucho menos con nuestra nueva visión, más flexible (y precisa), de nosotros mismos.
Por supuesto, todo esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero siempre que te encuentres obsesionado y lamentando una decisión pasada, puedes 1) reconocer que estás cayendo en este patrón, 2) darte cuenta de que hay algún ideal o fantasía con el que estás comparando tus decisiones y a ti mismo, y 3) practicar dejar ir este ideal o fantasía y abrazar una gama más amplia de realidad en el momento presente.
Ahora es tu turno…
Un día te encontrarás más cerca del final, pensando en el principio.
¡HOY es ese comienzo!
HOY es el primer día del resto de tu vida.
Te reto a que pongas en práctica los principios de este artículo.
Motívate a EMPEZAR AHORA respondiendo una pregunta sencilla:
¿Qué cosa PUEDES elegir hacer hoy y de la que NO te arrepentirás?
Fuente: https://www-marcandangel-com.translate.goog/2024/10/23/10-choices-you-will-regret-in-10-years