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𝗟𝗮 𝗽𝗲́𝗿𝗱𝗶𝗱𝗮 𝗿𝗲𝗽𝗲𝗻𝘁𝗶𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗹𝗶́𝗱𝗲𝗿
𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝘂 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗼́𝘀𝗶𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮
𝗥𝗼𝗯𝗲𝗿𝘁 𝗞𝗶𝘆𝗼𝘀𝗮𝗸𝗶

𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝗰𝗼𝗻𝗲𝗰𝘁𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝘁𝘂 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗼́𝘀𝗶𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝘃𝗶𝗱𝗮

Tener un propósito de vida es una experiencia que resulta agradable y emocionante, una manera nueva de vivir tu vida con mayor plenitud. Es un hecho que, cuando vivimos con un propósito, nuestra vida fluye con menos esfuerzo. Ponernos en acción nos permite perseguir nuestros sueños y objetivos, y nos resulta mucho más placentero. Es por eso que,cada una de nuestras acciones, parece cobrar un nuevo sentido.

Como nuestras decisiones están guiadas por este propósito vital, nos cuesta menos elegir un camino u otro, puesto que podemos diferenciar qué rutas nos acercan y cuáles nos alejan de las cosas que deseamos para nosotros. Incluso cuando las cosas se compliquen un poco, lo cual ocurrirá, tendremos una idea más clara para superar los obstáculos que puedan presentarse.

Encontrar tu propósito de vida puede resultar confuso al principio pero esto no debe desanimarte, puesto que las recompensas son muchas y te acompañarán durante la mayor parte de tu vida. Si te has hecho la pregunta ¿cual es mi proposito? estás en el lugar correcto. En este artículo voy a ayudarte a conseguir tu propósito de vida de una manera genuina y sencilla, para que puedas conectar y escucharte a ti mismo.

¿Qué es el propósito de vida?

Hoy en día, existen muchas definiciones de lo que puede significar tener un propósito de vida. A veces, el propósito se confunde con la pasión pero, definitivamente, no es lo mismo.

Si tomamos cono referencia la definición del fundador de Good Life Project, Jonathan Fields, un propósito es » un impulso intrínseco que nos lleva a hacer algo que nos genera una sensación de sentido». Por su parte, la pasión se entiende como la manera de actuar en consonancia con tu propósito.

Podemos tener más de un propósito en la vida sin que ello suponga ningún problema o inconveniente. Ahora bien, cada uno de esos propósitos puede tener diferentes pasiones. Es decir, que un único propósito podemos expresarlo en nuestras vidas a través de diversas pasiones, que pueden coincidir en el tiempo.

Si, por ejemplo, nuestro propósito es «ayudar a otros», podemos expresarlo colaborando como miembros activos de una organización activista o benéfica, podemos trabajar con animales, a favor del medioambiente, convertirnos en médicos o en psicólogos. Nota que cada una de estas pasiones no excluye que las otras también puedan expresarse a la par.

De esta manera, podemos concluir que una buena definición del propósito de vida sería «aquello que nos motiva e impulsa a realizar acciones que la lleven a alcanzar un estado de bienestar pleno». Por tanto, cuando nos referimos a nuestro propósito, estamos hablando de un objetivo, de una finalidad que va a actuar como el motor que nos impulse a alcanzar ese estado de bienestar.

¿Qué significa una vida con propósito?

Cuando tienes claro que es el proposito de vida y empiezas a vivir acorde a ello te beneficias en gran medida, porque esto significa una vida más consciente. Tal y como te decía antes, tener claro tu propósito te servirá para dibujar un mapa de ruta que te llevará paso a paso a un mayor estado de bienestar.

Gracias a ese mapa de ruta podrás tener claros tus objetivos, los cuales te servirán como una brújula que te guiará a la hora de tomar decisiones cruciales, como qué carrera estudiar en la universidad, aceptar un trabajo o vivir de tu emprendimiento. Estas decisiones irán alineadas con tu mapa de ruta, lo que significa vivir una vida más ordenada, relajada y enfocada.

Siguiendo la misma idea anterior te darás cuenta de que, luego de hallar tu propósito vital, te darás cuenta de cuáles son aquellas cosas que están actualmente en tu vida que te alejan de ir a donde quieres llegar. Así, podrás dejar de distraerte con aquello que no es fundamental o que, incluso, resulta perjudicial para ti.

Una vida con propósito significa también una vida con sentido. Es decir, tu vida tendrá un nuevo significado, único para ti, que te llevará a tomar las riendas en lugar de seguir a la multitud. Podrás tener un trabajo que se adapte a ti en lugar de tener que adaptarte siempre a tu trabajo. Además, te resultará más sencillo rodearte de personas afines que se identifiquen con lo que quieres y con la persona que realmente eres, lo que llenará tu vida de relaciones significativas.

Seguir tu propósito de vida será para ti una fuente de motivación constante, que te ayudará a levantarte con energía y positivismo por las mañanas, teniendo la capacidad de sostener tu energía a lo largo del día. Toda esta energía podrás canalizarla en cada acción que hagas, cada paso que des.

¿Y si nos sentimos perdidos a la hora de buscar nuestro propósito?

Lo cierto es que todos los seres humanos ya conocemos cuál es nuestro propósito. El problema es que lo hemos olvidado. La razón por la que muchas personas se han sentido perdidas a la hora de buscar su propósito es simple. Debido a la educación que hemos recibido, a la sociedad o a lo que otros nos dijeron que debía ser nuestra vida, nos hemos ido desconectando de nosotros mismos, de quienes realmente somos. Esto conlleva a su vez una desconexión de nuestros sueños, de las cosas que realmente deseamos. Así, nos desconectamos de nuestro propósito.

Pero tranquilo, hay formas de reconectar con nuestra esencia. Esto lo haremos a través de nuestra manera de reflexionar. Ten en cuenta que llevamos muchos años condicionados por lo que otros nos enseñaron que debíamos hacer, por lo que es importante que identifiques dentro de ti esas creencias.

¿Es lo mismo tener una vida productiva que una vida con propósito?

Propósito no es sinónimo de productividad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la productividad puede darse como producto de haber descubierto el propósito.

La productividad es un conjunto de acciones tangibles que hacemos día tras día. Se entiende que se trata de tareas tangibles que realizamos con un valor producido en las que, a su vez, invertimos tiempo. Sin embargo, esas tareas productivas pueden llegar a estar alineadas con nuestro propósito o no. Es por ello por lo que podemos sentirnos comprometidos e involucrados o no con lo que estamos haciendo.

Sin embargo, el propósito de vida te lleva a trazar una hoja de ruta, un plan, una meta, a conectar con el cumplimiento de nuestros objetivos y de aquello que realmente deseamos. Por ello, cada acción que hagamos en pos de esa meta estará colmada de motivación, nos sentiremos bien al realizarlas, estaremos comprometidos con que los resultados reflejen lo mejor que podemos dar. Mientras somos productivos estaremos conectados con el bienestar y la alegría, con una actitud positiva y saludable. Creo que la diferencia salta a la vista.

Encontrar el propósito de vida es una elección

La mayoría de las personas en el mundo viven sin saber cuál es el propósito de vida. Normalmente, nos han educado para vivir siguiendo la corriente, enfocados en el día a día. Por ello, muchas personas viven sin preguntarse siquiera qué es lo que realmente necesitan, si sus vidas tienen un propósito o si se sienten satisfechos con su vida tal y como la viven hoy.

Sin embargo, si estás leyendo este artículo es porque te has hecho preguntas que muchos no se hacen y porque deseas respuestas. Has elegido dejar de sobrevivir para empezar a vivir, por lo que necesitas sentirte conectado a algo más allá que simplemente vivir el momento.

Elegir encontrar el propósito vital encenderá la llama de la motivación y la pasión dentro de ti, haciéndote sentir más vivo. Pronto te encontrarás trazando una ruta con un significado relevante y más profundo, que sin duda traerá enormes beneficios a tu vida y a las personas que te rodean.

Cómo conectar con tu propósito de vida

No es sencillo descubrir qué significa llevar una vida con proposito. No hay que desesperar por ello, ya que nadie nace comprendiendo su propósito.

Ahora bien, llegar al punto en que comprendes ese propósito va a requerir que des pasos valiosos que te ayuden a descubrirlo, ya que no se trata de un proceso pasivo que llegará a ti como por iluminación divina. Si quieres conocerlo, tendrás que dar pasos importantes con ese fin, pasar a la acción.

Lo primero que se requiere para llegar a descubrirlo es una buena dosis de autoconocimiento. Necesitarás conocerte a ti mismo como a nadie para conectar con tu propósito. Para ello, vas a valerte de dos cualidades: reflexión e introspección. Cuando te observes a ti mismo, podrás encontrar dentro de ti las respuestas que buscas.

Otro requisito fundamental es no sentirte frustrado si, a la primera, no logras comprender tu propósito, ya que se trata de un proceso que requiere su tiempo. Lo mejor es que vayas haciendo todo con calma, con amor y comprensión hacia ti mismo y que tengas la determinación de continuar adelante hasta que lo descubras.

De esta manera, encontrar tu propósito requiere que te hagas preguntas. Estas pueden variar, desde preguntas más simples como saber qué es lo que te motiva o qué representa para ti un estado de bienestar hasta cuestionarte qué significa para ti el éxito, qué características tiene para ti el trabajo perfecto o cuánto tiempo y recursos estás dispuesto a invertir hasta dar con tu propósito.

Guía para encontrar tu propósito

Guía para encontrar tu propósito

Muy bien, ya hemos comprendido qué es el propósito de vida y qué obtendremos después de conectar con nuestro propósito. Ahora viene el momento de ayudarte a definir un plan, una estrategia que te ayudará a redescubrirlo, a hacerte consciente de cuál es para poder aprovecharlo y vivir de acuerdo con tus verdaderas convicciones.

Como encontrar tu propósito es un proceso, voy a explicarte cuáles son las fases por las que deberás pasar, de manera que consigas tu objetivo. Antes de empezar, debes considerar que este camino es una ruta muy personal. Cada persona es diferente, por lo que el proceso también será diferente para cada uno.

Tampoco existe un tiempo determinado en el cual completar cada fase, ya que los ritmos y el punto de partida de cada uno también es diferente. Por ello, lo más importante aquí es tener muy claro lo que buscas y la convicción de que te mantendrás firme y podrás sostener tu determinación hasta el final del proceso. Es decir, que seguirás dando los pasos hasta que encuentres lo que buscas y tengas claro cómo crear una vida con la que te sientas realmente satisfecho.

Fase 1: Detenernos y reflexionar

En la etapa 1 de este proceso, es importante que generes espacios en los cuales puedas detenerte y romper con la rutina. Deberás propiciar un momento y lugar adecuados que te permitan concentrarte en el trabajo que quieres hacer. Estos momentos son empezar a conectar contigo mismo.

Deberás disponer de un tiempo en tu agenda, ya sea todos los días un rato o directamente y si está en tus posibilidades, tomarte algunos días. No importa cómo lo hagas, lo importante es que consigas salir de la inercia de las rutinas.

Ese tiempo será para tener un espacio de silencio y soledad, un espacio seguro donde contactar contigo mismo. Elimina cualquier distracción y asegúrate de que no vas a ser interrumpido por nadie. Muchos estímulos externos suponen en este momento un ruido que no te permitirá escucharte ni conectar con tu voz interior.

Relajarte

Ahora que ya tienes el espacio y el tiempo adecuados, deberás relajarte y calmar la mente. Hay muchos ejercicios de respiración que han sido diseñados para ayudar a la mente y a las emociones a relajarse y calmarse, puedes practicarlos. Otra opción es la de meditar, para lo cual también existen muchas técnicas e incluso meditaciones guiadas. A algunas personas les funcionará ponerse una melodía relajante y concentrarse en ello, para otras será mucho más fácil simplemente cerrar los ojos y practicar Mindfulness. Sea cual sea el método que elijas, encuentra uno que funcione para ti y que te permita sentirte relajado y tranquilo para poder hacer los ejercicios propuestos con claridad mental.

Explorar

En este punto, es ideal contar con papel y boli, porque vamos a hacernos algunas preguntas y a anotar las respuestas que nos vengan a la mente. Vamos a explorar nuestros sentimientos y pensamientos y esto es una tarea que no deberás forzar. Me explico. Cuando te haces preguntas, muchas veces saltan las respuestas a las que hemos estado condicionados durante años, que obedecen a un sinfín de razones: las expectativas que otros tienen de nosotros, las expectativas que tenemos de nosotros mismos, lo que se supone que es lo correcto, lo que manda la sociedad que debemos ser y hacer.

Recuerda que estás aquí porque todas esas condicionantes no te satisfacen y sientes que hay un vacío que necesitas llenar. Por ello, responder con esas mismas condicionantes de nada te sirve a la hora de hacer este ejercicio. Si sientes temor de explorar tus emociones y te cuesta mucho hacerlo, comienza por allí. Pregúntate por qué te cuesta, qué miedos puedes tener que te lo estén impidiendo.

Así, la manera de responder es escribir lo primero que te venga a la mente, aún cuando no tenga demasiado sentido. Escribe todo lo que se te ocurra que puede ser una respuesta a las preguntas. Debes dejar fluir las respuestas, e incluso te será de utilidad registrar las emociones que cada respuesta te hace sentir, cómo te sientes al escribirlas. Esto también te será de utilidad.

Ahora bien, las preguntas. Voy a dejarte una breve lista de preguntas que pueden ayudarte en este punto. Todas deben estar relacionadas con tu propósito vital. Recuerda que pueden ser estas u otras, que tu ruta la marcas tú y que se trata de conectar con lo que realmente te motiva en la vida.

  • ¿Qué harías si no necesitaras trabajar para ganarte la vida? Imagina que cuentas con todos los recursos económicos que necesitas sin tener que trabajar. en ese supuesto, ¿qué te gustaría hacer con el tiempo que tienes libre?
  • ¿Qué actividad harías incluso cuando tengas días malos? Sí, esa actividad que te gusta tanto que incluso en los malos momentos la harías porque supone para ti una alegría, un alivio de los sentimientos duros.
  • ¿Qué actividades amabas hacer de pequeño? Es sencillo recordar lo que nos gustaba hacer porque no hay que descubrirlo, solo reflexionar en lo que ya hicimos y cómo nos hizo sentir. Ahora bien, estas respuestas pueden parecer confusas a veces o inútiles pero, en realidad, te servirán para asociar tus juegos de la infancia con actividades o profesiones de tu vida adulta. Incluso puede ser un indicador de que necesitas hacer más de eso.
  • ¿Qué cosas haces casi sin pensar? Hablamos de cosas que te salen casi de manera natural. Anota todas esas cosas y pregúntate qué actividades te gusta hacer que estén relacionadas con esos talentos.
  • ¿Por qué te gustan esas actividades? Retomando todas esas cosas que ya has anotado que te gusta hacer, pregúntate cuál es la razón de que te guste, qué tiene esa actividad que te llena o qué sensaciones te hace sentir.
  • ¿Cuáles son tus talentos? Los talentos son aquellas cosas que hacemos de forma totalmente natural. Muchas veces ni siquiera nos hemos planteado aprenderlas y de igual forma las hacemos bien.
  • ¿Cuáles son tus habilidades? No es lo mismo un talento que una habilidad. Las habilidades no necesariamente nos fluyen de forma natural, pero sí son actividades que se nos dan bien y que podemos mejorar si les dedicamos un tiempo de aprendizaje adecuado.
  • ¿Te permites dedicar tiempo a actividades de tu agrado? Tanto si la respuesta es afirmativa como si es negativa, describe cuáles son las razones por las cuáles ocurre así.
  • ¿Qué cosas no se te dan tan bien? Anota aquellas cosas para las que crees que no tienes talento ni habilidad.

Te recomiendo que todos los registros los escribas a mano. Escribir a mano ayuda a nuestro cerebro a conectar más fácilmente con las ideas más profundas, que es justo lo que queremos ahora.

Fase 2: Experimentar

Es bastante probable que haya algunas cosas que tú pienses sobre ti mismo pero que no sean ciertas del todo. Esas creencias pueden obedecer a malas experiencias del pasado o a lo que otros creen y piensan sobre ti. La manera que tenemos de aprender actividades puede no haberse ajustado a tus talentos y quizá por ello puedas tener creencias tales como que nada se te da bien. Eso nunca es cierto, todos tenemos talentos que podemos aprovechar, así como actividades que nos gustan.

Por todo ello, es necesaria la fase de experimentación. Necesitas poner a prueba todo lo que has escrito sobre ti mismo para poder averiguar, por medio de tu propia experiencia adulta, si esas creencias son ciertas y hasta qué punto lo son.

¿Cómo podemos poner a prueba todo lo que escribimos?

  • Te invito a practicar de nuevo aquellas actividades que nos gustaban de pequeños.
  • Vuelve a retomar actividades relacionadas con tus talentos
  • Si es posible, intenta dedicar más tiempo a lo que ya haces que te encanta.
  • Date la oportunidad de acercarte a actividades que crees que no se te dan bien. A veces, por malas experiencias pasadas, rechazamos actividades para las cuales nos dijeron que no servíamos. Pero, como estamos en la fase de experimentar, vamos a comprobar si eso es cierto.

Lleva un registro de todo lo que hagas en esta etapa. Lo más importante es que apuntes todo lo que vas sintiendo con cada experiencia, si te conecta contigo mismo o te sientes desconectado, si te llena de energía y motivación y durante cuánto tiempo se mantiene la motivación alta para hacer esa actividad. En esta etapa, muchas personas se llevan más de una sorpresa.

Fase 3: Observación

¿Qué tienen en común todas aquellas actividades que te suman energía? ¿Y las que te la restan? Llegó la hora de apuntar todas tus conclusiones, para lo cual también te recomiendo que te tomes tu tiempo.

El Ikigai

ikigai encuentra tu proposito de vida vocacion mentalidad

En este punto, te recomiendo que practiques el ejercicio del Ikigai. Se trata de un ejercicio japonés que puede ayudarte en esta fase del camino, ya que sirve para encontrar una actividad que nos ocupe, nos apasione y que nos sirva a su vez para ganarnos la vida. El Ikigai alinea nuestra pasión, nuestra misión, nuestra vocación y nuestra profesión.

Vamos a aplicar este ejercicio con la lista de actividades que ya hemos comprobado que nos sirven para recargar nuestra energía y que nos llenan de motivación. Como puedes ver en la imagen, se trata de rellenar cada uno de los círculos y encontrar aquella actividad que funciona como un nexo entre todos ellos. En ese nexo se encuentra nuestro ikigai proposito.

¿Cómo rellenar los círculos?

  • En el primero vamos a colocar aquello que amamos hacer. No colocaremos una actividad específica, sino algo general. Por ejemplo, amo estudiar, aprender cosas nuevas, amo el trabajo corporal, conocer gente, etc.
  • En el segundo círculo vamos a detectar aquellas necesidades que puede tener el mundo y en las que nosotros podemos aportar gracias a nuestros talentos.
  • En el tercer círculo colocaremos actividades por las que consideramos que podemos recibir ingresos económicos.
  • En el cuarto, colocaremos actividades en las que consideramos que somos realmente buenos.

Ahora bien, de la unión de todos los círculos puede surgir una actividad en la cual confluyan todo lo que apuntamos. Ese será nuestro Ikigai.

Fase 4: Pasa a la acción

Ahora ha llegado el momento de actuar en consecuencia con todo lo que hemos descubierto sobre nosotros mismos. Si ya has encontrado tu propósito, te sentirás inspirado y motivado, tendrás entusiasmo al pensar en ello y sentirás que eres genuino y honesto en lo que estás haciendo. Todas estas sensaciones serán la base de tu motivación y tendrás un impulso real para conseguir lo que te hayas propuesto.

En esta fase vas a ir organizando poco a poco todas tus actividades diarias en torno a tu propósito vital. Esas actividades que elijas deberán ser una expresión de tu propósito, tomando en cuenta que si una actividad o un objetivo van en contra de tu propósito, no debes hacerlos.

En este punto, es bueno que consideres tu situación actual y que visualices una situación ideal. El plan que vas a trazar, de nuevo por escrito, deberá llevarte paso a paso del punto en que te encuentras hoy al punto en el que realmente quieres estar. Esto incluye modificar tu rutina, abandonar objetivos inútiles y sustituirlos por unos nuevos o abrir espacios para esos hobbys que te apasionan. En muchos casos, supone también un cambio de profesión. Como esto no ocurre de la noche a la mañana, necesitas un mapa de ruta que te ayude a cumplir con tus nuevos objetivos.

¿Qué pasa si no encuentro mi propósito?

Muchas personas se sienten estancadas en algún punto de camino mientras buscan su propósito. No estás solo, es algo normal así que no tienes que preocuparte por ello. Todos los seres humanos tienen un propósito vital, lo único que tenemos que hacer para encontrarlo es eliminar todo aquello que nos ha impedido verlo, esto es, la educación que recibimos, expectativas, parámetros de la sociedad, opiniones de familiares y amigos, etc.

Actualmente, existen muchas herramientas y facilitadores que podrán ayudarte a encontrar tu propósito en caso que sientas que realizar esta búsqueda te resulta abrumadora. Estos profesionales pueden aportarte herramientas, para gestionar tu autoconocimiento y poder encontrar dentro de ti aquello que se alinea con tus verdaderos talentos y deseos. Para encontrar tu proposito de vida el coaching es una herramienta excelente que en verdad puede ayudarte.

Algunas recomendaciones para conectar con nuestro propósito

Este proceso de descubrimiento no debería suponer un quebradero de cabeza o un esfuerzo desmesurado. Sin importar el plan que sigas para lograrlo, hay algunas recomendaciones generales que me gustaría darte para que puedas conseguirlo.

  • Recurre al silencio de los ratos en soledad. Disponer de momentos para estar con nosotros mismos es necesario. Es una forma sana de aprender a conocernos y a escucharnos. Preguntarnos cómo nos sentimos y dejar fluir las respuestas de nuestro interior es importante. Recuerda que vivimos en una sociedad llena de estímulos estresantes y con distracciones constantes, a la que a menudo no sometemos sin cuestionarnos. Eso debe cambiar si deseamos reconectar con nuestro propósito.
  • Piensa fuera de la caja. Como nos habituamos a seguir a la mayoría, dejamos de fijarnos en aquellos convencionalismos sociales que no nos hacen ningún bien. Desde cuestiones sencillas como la forma de vestir hasta aquellas complejas como la carrera que elegimos, todo debe estar orientado a producirnos bienestar y a estar en paz con nosotros mismos. Cuando lo que somos y lo que deseamos está alineado con lo que hacemos realmente, podemos decir que vamos bien encaminados en la ruta para redescubrir nuestro propósito.
  • Acércate a personas afines a ti. Cuando nos relacionamos con personas afines, se produce una empatía natural. Les entendemos y ellos nos entienden, lo que te ayudará a redefinirte y a conocerte mejor. Alimentarte de sus vivencias y de su grata compañía te va a impulsar y a motivar a encontrar ese propósito que has perdido. Incluso, puedes compartir todo este camino de autoconocimiento con ellos.
  • No te resistas a vivir momentos difíciles. Las dificultades forman parte de la vida. No solamente te recomiendo que aceptes esta realidad, sino que puedas nutrirte de esos momentos. Cada situación desagradable y cada problema confrontado tiene el poder de hacerte más fuerte y de ayudarte a desarrollar nuevas competencias que te serán útiles para descubrir tu propósito de vida.
  • Olvida la rigidez. Si tenemos una mente rígida o si no podemos concebir una nueva forma de vivir alejada de lo que hemos aprendido que era correcto para nosotros, resultará más complicado. Sin embargo, cuando nos dejamos fluir y nos permitimos conocernos con amor y respeto, el camino será muy simple y encontrarás tu propósito dentro de ti como si siempre lo hubieses tenido claro.

Llevar una vida con propósito significa que podrás cumplir tus objetivos bajo tus propios términos. Así, te garantizas que el éxito que logres realmente va a satisfacer tus expectativas y a llenarte de más motivación y pasión por lo que haces, lo que te permitirá perseguir otros sueños y moverte de acuerdo con tu propósito de vida.

Fuente: https://www.superatusretos.com/proposito-de-vida/

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