Modo Oscuro Modo Claro
Juan Carlos Valda
El modelo de las cuatro habitaciones: entender el cambio desde la experiencia emocional
Método Kaizen en pymes: cómo ser más productivo

El modelo de las cuatro habitaciones: entender el cambio desde la experiencia emocional

por Mario Rizo Rivas

'La resistencia al cambio no es falta de voluntad, es falta de comprensión'.

En el entorno de las empresas familiares, el cambio no es solo una cuestión de estrategia o estructura: es una vivencia profundamente humana. Cada transformación ya sea generacional, tecnológica o cultural despierta emociones distintas en cada miembro. Entender esas emociones es tan importante como definir el rumbo del negocio. El modelo de las cuatro habitaciones del cambio ofrece una forma clara y empática de acompañar ese proceso.

Creado por el psicólogo sueco Claes Janssen, este modelo describe cómo las personas atraviesan emocionalmente los procesos de cambio. En lugar de ver el cambio como una línea recta, Janssen lo representa como un recorrido por cuatro “habitaciones psicológicas”, cada una con sus emociones, actitudes y desafíos.

En las empresas familiares, donde las decisiones se entrelazan con afectos, historias compartidas y lealtades profundas, este modelo se convierte en una herramienta poderosa para comprender y liderar con sensibilidad.

Las cuatro habitaciones del cambio en la empresa familiar

1. La habitación de la satisfacción

Estado emocional: Tranquilidad, familiaridad, estabilidad.

 “Así hemos hecho las cosas siempre, y nos ha funcionado.”

¿Qué ocurre aquí?

Es el espacio donde todo parece estar bajo control. Las rutinas funcionan, los resultados son aceptables y hay una sensación de seguridad. En las empresas familiares, esta habitación suele estar habitada por quienes construyeron el negocio o lo han mantenido durante años.

Riesgo: Esta estabilidad puede volverse una zona de confort que impide ver señales de alerta o nuevas oportunidades. La innovación se percibe como innecesaria.

Reconocer los logros del pasado, pero abrir conversaciones sobre el futuro. Mostrar que adaptarse no es renunciar a lo que se ha hecho bien, sino prepararse para lo que viene.

2. La habitación de la negación

Estado emocional: Defensa, escepticismo, rechazo.

“Eso no aplica aquí. Nosotros somos diferentes.”

¿Qué ocurre aquí?

Cuando el cambio se vuelve inevitable, algunos miembros reaccionan con resistencia. No es que no comprendan la necesidad, sino que sienten que el cambio amenaza su identidad, su rol o su legado.

Riesgo: Se bloquea el diálogo, se desacreditan nuevas ideas y se generan tensiones que pueden escalar a conflictos personales.

Escuchar con empatía. Validar los temores sin minimizar su importancia. Mostrar que el cambio puede ser una forma de honrar el legado, no de borrarlo.

“No se puede forzar a nadie a estar en una habitación distinta… pero se puede acompañar con empatía y visión.”

3. La habitación de la confusión

Estado emocional: Incertidumbre, ansiedad, ambivalencia.

“¿Y ahora qué hacemos? ¿Cómo lo hacemos?”

¿Qué ocurre aquí?

Es el espacio de transición. Ya no se cree en lo anterior, pero aún no se confía en lo nuevo. Es una etapa de búsqueda, donde las personas necesitan guía, claridad y contención.

Riesgo: Si no se acompaña adecuadamente, puede derivar en parálisis, desmotivación o incluso abandono del proyecto familiar.

Brindar información clara, formación práctica y espacios para expresar dudas. Acompañar con paciencia y permitir que cada uno encuentre su ritmo.

4. La habitación de la renovación

Estado emocional: Entusiasmo, creatividad, compromiso.

“¡Vamos a intentarlo! Podemos hacerlo mejor.”

¿Qué ocurre aquí?

Es el espacio donde el cambio se abraza con energía. Surgen nuevas ideas, se exploran caminos distintos y se construyen soluciones con propósito. Suelen llegar aquí quienes han procesado sus miedos y han encontrado sentido en la transformación.

Riesgo: Si no se les da espacio o se les frena constantemente, pueden frustrarse o alejarse del negocio familiar.

Escuchar activamente, dar autonomía y permitir que estas personas inspiren a otros. Su energía puede ser contagiosa si se canaliza con respeto y visión compartida.

Aplicación práctica en la empresa familiar

Este modelo no es una fórmula mágica, pero sí una guía emocional poderosa. Nos recuerda que cada miembro de la familia vive el cambio desde su historia, sus miedos y sus expectativas. En lugar de juzgar o presionar, el liderazgo efectivo consiste en acompañar, comprender y facilitar el tránsito entre habitaciones.

Cuando alguien se resiste, no siempre es por obstinación: tal vez aún no ha salido de la negación.
Cuando alguien propone algo nuevo, no siempre es por rebeldía: tal vez ya está en la renovación.

Cada habitación tiene un propósito. Transitar por ellas no es un error, sino parte del viaje. Lo verdaderamente peligroso no es pasar por la negación o la confusión, sino quedarse atrapado allí por miedo, orgullo o falta de diálogo.

El cambio no se logra empujando puertas, sino abriendo corazones. Y a veces, la mejor forma de avanzar no es cruzar primero… sino esperar con paciencia a quien aún no se atreve a moverse.

Fuente: https://forbes.com.mx/el-modelo-de-las-cuatro-habitaciones-entender-el-cambio-desde-la-experiencia-emocional/

Agregar Comentario Agregar Comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Post Anterior

Juan Carlos Valda

Próximo Post

Método Kaizen en pymes: cómo ser más productivo