por Juan Carlos Cubeiro Villar
Marylin Wei, psiquiatra neoyorkina certificada por Harvard y Yale, nos preguntaba en un artículo publicado ayer, si nos sentimos culpables por descansar. Una cuestión esencial de cara a la Semana Santa. En la sociedad actual, la productividad se convierte en una adicción. Su búsqueda conlleva rendimientos decrecientes, agotamiento (burn-out) y fatiga cognitiva. La curroadicción (workalcoholism) suele llevar a la ansiedad, la depresión, un sistema inmune debilitado y enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford han demostrado que los profesionales entre los 44 y los 60 años sufren como consecuencia de ser curroadictos aumento de peso, tensión, dolor de espalda, migrañas, otros tipos de dolores y sentirse exhaustos con frecuencia.
La neurociencia explica que el exceso de utilización del DMN (siglas en inglés de Red Neuronal por Defecto), responsable de la auto-reflexión, la planificación y el descanso, nos hace menos felices. a DMN es una región del cerebro que se activa cuando no estamos concentrados en una tarea específica, es decir, cuando nuestra mente está en reposo. Esta red sería como el “piloto automático” del cerebro. Se activa cuando no estamos enfocados en una tarea específica y desempeña un papel esencial en la regulación de emociones, la toma de decisiones y la recuperación de recuerdos. La DMN es sensible a los estados emocionales y al ritmo circadiano. Se compone de Corteza prefrontal ventral media (regulación de las emociones, comportamiento social y motivación), Corteza prefrontal medial dorsal (toma de decisiones y juicio sobre un@ mism@) y Corteza cingulada posterior y precúneo medial (recuperación de la información almacenada en la memoria).
Descansar no es un lujo, sino una auténtica necesidad para mejorar la memoria y la resolución de problemas, la regulación emocional, la creatividad y la productividad. El descanso es una inversión (muy rentable), no una compensación por el exceso de trabajo; es clave para la fluidez (el «dolce far niente»); revela la necesidad de marcar límites entre trabajo y descanso; activa tu «crítico interior» y piensa en el sueño como algo no negociable.
Si sacrificamos el bienestar (una de las cinco claves de la S de los criterios ESG). Para la Semana Santa, domina el arte del descanso estratégico.
Siguiendo con la Felicidad y el Bienestar, Jordan Grumet, autor de ‘El Código del Propósito’, nos enseña que maximizar la Felicidad(un 10 sobre 10) es un mito: es más sensato pasar del 5-6 al 7. La clave es la adaptación hedónica (irse acostumbrando) y no el mito del éxito (el éxito no da la felicidad; es la felicidad la que da el éxito) ni el del dinero (el dinero no da la felicidad). La fórmula de la Felicidad (como sabemos desde Aristóteles) tiene que ver con el sentido y el propósito. El sentido nos anima a replantearnos nuestra propia vida y el propósito en disfrutar lo que hacemos, no lo que conseguiremos. Liberémonos de esos tres mitos, con los conceptos de «set point de la Felicidad» (Lyubomirsky, Sheldon y Schkade, 2005), adaptación hedónica (Frederick y Loewenstein, 1999) y «overdrive», pasarse de frenada (Grumet, 2022).
Fuente: https://www.linkedin.com/pulse/te-sientes-culpable-por-descansar-juan-carlos-cubeiro-plzyf/