Modo Oscuro Modo Claro
La Ley de Parkinson: El trabajo se expande hasta llenar todo el tiempo disponible
Por qué aprender a poner límites es la clave definitiva para mejorar nuestra salud mental.

Por qué aprender a poner límites es la clave definitiva para mejorar nuestra salud mental.

por Cristina Vila

No será fácil, pero es fundamental para mejorar nuestro bienestar.

Mejorar nuestra salud mental es un concepto que, de primeras, puede parecer algo abstracto ¿Cómo podemos incrementar nuestro bienestar? ¿Cómo podemos adquirir cierta estabilidad emocional? O, ¿hay alguna forma de aprender a gestionar bien los obstáculos que la vida pone en nuestro camino?

La verdad es que, normalmente, recibimos cientos de consejos de cómo hacerlo y la mayoría de ellos implican una rutina de autocuidado. Actividades que pueden hacernos sentir mejor en el momento y ayudarnos a recargar pilas, sin tener en cuenta que, a la larga, esa sensación de bienestar se marcha y la preocupación por todos nuestros problemas vuelve.

Y es que, aunque el practicar yoga, hacer un retiro espiritual o ponernos una mascarilla puedan ayudarnos y sean beneficiosos para nosotros, hemos de saber que no serán la clave para mejorar nuestra salud mental de forma definitiva. Debemos cuidarnos por dentro y por fuera y, para empezar a hacerlo, hay algo que es fundamental: aprender a poner límites.

Estos límites son los que nos ayudan a proteger nuestro bienestar físico y mental y necesitamos tenerlos en todos los aspectos de nuestra vida: la familia, las relaciones, las amistades, el trabajo, e incluso a nosotros mismos, si hablamos de nuestros hábitos y comportamientos. Son barreras que vamos creando con el tiempo y que, de hecho, pueden ir cambiando a medida que crecemos.

Son necesarias porque, si no existen, acabamos sumidos en emociones negativas de estrés, resentimiento o enfado. Algo que, a la larga, si no reajustamos dichos límites, irá a peor.

Para ello, tenemos que conocernos a nosotros mismos de manera profunda y saber cuáles son nuestras necesidades reales. Para mejorar nuestro bienestar, debemos saber qué necesitamos y cuáles son nuestras prioridades y, a partir de ahí, tomar decisiones respecto a los límites que establecemos.

Si queremos hacerlo, podemos seguir ciertos consejos que, sin duda, nos llevarán a saber qué barreras poner ante los demás y ante nosotros mismos.

Lo primero debe ser, sin duda, echar la vista atrás y reflexionar acerca del pasado. Pensar qué experiencias nos han herido o han sido negativas, qué cosas hemos tolerado que no deberíamos volver a tolerar o cuándo hemos sentido que no nos respetaban. También es útil darle vueltas a aquellos momentos en los que nos hemos adaptado a las necesidades del otro y hemos olvidado por completo las nuestras. Debemos preguntarnos si todo ello mereció la pena.

A partir de ahí, debemos meditar sobre cómo podríamos haber hecho que esas experiencias fueran mejores. Por ejemplo, pidiéndole al otro una mayor comunicación, expresando nuestras necesidades o habiendo seguido nuestro instinto entre otras cosas.

Una vez que tengamos eso, debemos pensar en el presente: ¿estamos realmente priorizándonos a nosotros mismos? ¿Dejamos de lado nuestra vida por darlo todo por los demás? ¿Nos permitimos a nosotros mismos descansar? También hemos de analizar aquellas situaciones que nos resultan desagradables porque, quizás, la razón esté en que sobrepasan nuestros límites.

Entonces, tendremos que decidir cómo actuar, respecto a ello, centrándonos primero en las cosas pequeñas que tengan solución y, más tarde, en las más complicadas. Si, por ejemplo, sentimos que en nuestra relación, ya sea de pareja, familiar o de amistad, los esfuerzos son solo unilaterales, tendremos que comunicarle al otro que siempre sentimos que estamos para ellos, pero que no es recíproco.

Por último, algo muy importante es ser conscientes de las señales que nos envía nuestro cuerpo. Normalmente, cuando algo no va bien o nos sienta mal, nuestro cuerpo tiene distintas maneras de expresarlo: se nos acelera el corazón, el estómago nos da un vuelco o tenemos un escalofrío. Son cosas aparentemente sin importancia pero que, al analizar, pueden ayudarnos a detectar cuando algo no está siendo bueno para nosotros.

Para practicar autocuidado de verdad, lo más importante será aprender a respetarnos a nosotros mismos, estableciendo límites en todos los ámbitos de nuestra vida. Al hacerlo, viviremos más tranquilos y con menos preocupaciones.

Fuente: https://www.revistagq.com/articulo/por-que-aprender-a-poner-limites-es-la-clave-definitiva-para-mejorar-nuestra-salud-mental

Agregar Comentario Agregar Comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Post Anterior

La Ley de Parkinson: El trabajo se expande hasta llenar todo el tiempo disponible