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La falacia del control total, como perder el control tratando de que no se nos escape nada

por Juan Carlos Valda La «falacia del control total» es un tema que afecta a muchos empresarios de PYMES, quienes creen que deben supervisar cada aspecto de su negocio para que todo funcione correctamente. Aunque esta visión puede parecer lógica al principio, en realidad es una trampa que limita el crecimiento de la empresa y agota al empresario. Vamos a explorar este concepto desde un enfoque innovador, rompiendo con las creencias tradicionales y sugiriendo alternativas más eficientes para la gestión empresarial. La obsesión por el control: ¿de dónde nace? Muchos empresarios, especialmente aquellos que fundaron sus propias PYMES, sienten que el éxito de la empresa depende directamente de su control absoluto. Esta mentalidad se arraiga en varias creencias comunes: El miedo a la pérdida: Piensan que, si delegan, las cosas no se harán de la misma manera o con el mismo nivel de calidad. La identificación personal con la empresa: Ven la empresa como una extensión de sí mismos, lo que les impide soltar el control.
por Juan Carlos Valda

La «falacia del control total» es un tema que afecta a muchos empresarios de PYMES, quienes creen que deben supervisar cada aspecto de su negocio para que todo funcione correctamente.

Aunque esta visión puede parecer lógica al principio, en realidad es una trampa que limita el crecimiento de la empresa y agota al empresario. Vamos a explorar este concepto desde un enfoque innovador, rompiendo con las creencias tradicionales y sugiriendo alternativas más eficientes para la gestión empresarial.

La obsesión por el control: ¿de dónde nace?

Muchos empresarios, especialmente aquellos que fundaron sus propias PYMES, sienten que el éxito de la empresa depende directamente de su control absoluto. Esta mentalidad se arraiga en varias creencias comunes:

  1. El miedo a la pérdida: Piensan que, si delegan, las cosas no se harán de la misma manera o con el mismo nivel de calidad.
  2. La identificación personal con la empresa: Ven la empresa como una extensión de sí mismos, lo que les impide soltar el control.
  3. Experiencias previas fallidas: Quizás delegaron en el pasado y algo salió mal, lo que les reafirmó la idea de que es más seguro hacerlo todo ellos mismos.

Sin embargo, la innovación empieza cuando reconocemos que este enfoque, lejos de ser una virtud, es una falacia que genera más problemas de los que resuelve.

La trampa del «control total»

Uno de los grandes problemas de esta visión es que está basada en una falsa percepción: nadie puede controlarlo todo. El mundo empresarial está lleno de incertidumbre, variables que cambian y situaciones imprevistas. Creer que se puede tener todo bajo control es ilusorio y, peor aún, desgastante. Además, este enfoque genera varias consecuencias negativas:

  • Micromanagement: El empresario se involucra en tareas operativas, perdiendo tiempo para pensar en la estrategia y en el futuro.
  • Desmotivación del equipo: Los empleados sienten que no se confía en ellos, lo que disminuye su motivación y creatividad.
  • Estancamiento de la empresa: Si todo pasa por las manos del empresario, el negocio se vuelve lento y rígido, lo que limita su capacidad de adaptarse y crecer.

¿Qué es realmente el control?

Aquí es donde viene la innovación en el enfoque: el control no es estar encima de cada detalle. Controlar, en un sentido moderno y efectivo, implica saber qué es lo que realmente importa y cómo medirlo. En lugar de supervisar cada tarea, el empresario debe enfocarse en los indicadores clave de la empresa y confiar en un equipo competente que sepa cómo manejar el día a día.

El control efectivo no está en el micromanagement, sino en la creación de sistemas de gestión claros y bien definidos que permitan al empresario monitorear el progreso sin estar involucrado en cada decisión.

El poder de delegar: una herramienta estratégica

Delegar no es un signo de debilidad, sino una estrategia inteligente. Un empresario innovador sabe que su tiempo es limitado y que debe concentrarse en las decisiones estratégicas, no en las operativas. Para lograr esto, es fundamental:

  1. Construir un equipo competente: Rodéate de personas capacitadas que puedan asumir responsabilidades clave en la empresa.
  2. Establecer procesos claros: Define procedimientos y políticas que guíen la operación diaria, de modo que no necesites estar presente en cada decisión.
  3. Fomentar una cultura de responsabilidad: Empoderar al equipo para que tome decisiones y se haga responsable de sus resultados.

Delegar no significa abandonar el control, sino redirigirlo de manera inteligente hacia las áreas que realmente importan.

Tecnología: una aliada en la gestión moderna

El control total es un mito, pero la tecnología puede ser un gran aliado para los empresarios que desean tener una visión clara de lo que está ocurriendo en su empresa sin estar encima de todo. Hoy en día, existen herramientas como los tableros de control y los sistemas de gestión empresarial (ERP) que permiten monitorear los indicadores clave en tiempo real.

El uso de estas herramientas permite al empresario tener un control estratégico, enfocado en los resultados importantes, en lugar de perderse en los detalles operativos. Este enfoque tecnológico, combinado con la confianza en el equipo, permite un control más eficiente y menos agobiante.

La transformación del rol del empresario

Una de las innovaciones más importantes en la gestión empresarial es la transformación del rol del empresario de PYME. En lugar de ser el «controlador» de todo, debe convertirse en un líder estratégico, que define la visión, establece los objetivos y construye una cultura organizacional sólida. Para ello, es necesario dejar atrás la falacia del control total y adoptar una nueva mentalidad basada en la confianza, la delegación y el uso inteligente de la tecnología.

Conclusión: El verdadero control es saber soltar

En resumen, la falacia del control total no solo es ineficaz, sino contraproducente. Un empresario que desea realmente controlar su empresa debe enfocarse en los aspectos estratégicos, construir un equipo confiable y utilizar la tecnología para tener una visión clara y objetiva de los indicadores clave. El verdadero control no está en estar en cada detalle, sino en saber qué detalles importan realmente y cómo gestionarlos eficientemente.

El empresario que logra soltar el control operativo encuentra el tiempo y la energía necesarios para liderar su empresa hacia un crecimiento sostenible y exitoso.

Para contactar a Juan Carlos escribirle a jcvalda@grandespymes.ar

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