Por Patricia Fernรกndez Martรญn
En las consultas de los profesionales de la salud mental, hay un aumento en la demanda de ayuda sobre cรณmo lidiar con los problemas de la vida cotidiana en el รกmbito personal, laboral y familiar: conflictos de pareja, estrรฉs laboral, duelo por la pรฉrdida de un ser querido, sรญndrome postvacacional y un largo etcรฉtera. Las quejas giran en torno a no sentirse competentes, a no estar satisfechos, a sentirse vacรญos o infelicesโฆ Estos malestares tienen mรกs que ver con estar (y sentirse) mal que con propias enfermedades.
Estas peticiones se pueden relacionar, en parte, con la sociedad en la que vivimos por la gran exigencia y el estrรฉs que genera. Es destacable una serie de factores contextuales que influyen en estas demandas, como son: el uso excesivo de las redes sociales, la tiranรญa de la positividad, las expectativas ilimitadas en relaciรณn a la salud, relaciones sociales mรกs superficiales y una ausencia de vรญnculos de calidad, la reducciรณn de las redes informales de cuidados, el aumento del individualismo y el exceso de autosuficiencia. Esta sociedad alimenta el narcisismo (como seรฑala en su libro Liberรฉmonos del narcisismo, la psiquiatra Maribel Rodrรญguez) y moldea a un sujeto hiperestimulado que tiende a la comparaciรณn constante, a la bรบsqueda de soluciones inmediatas, a la necesidad de satisfacer todo deseo, a querer controlarlo todo, a la dispersiรณn, a la bรบsqueda de diversiรณn a corto plazo, a los pocos compromisos comunitarios y a estar mรกs solo. Y el mรกs preocupante, a no tolerar el sufrimiento.
Al ser humano contemporรกneo no le gustan los cambios o los problemas (en el trabajo, en la pareja, con los amigosโฆ), sean estos impuestos o no. Muchas personas se bloquean o huyen de los mismos. Les cuesta tolerar que es normal sentirse triste si se pierde a alguien que se ha querido, que lรณgicamente el miedo hay que sentirlo cuando uno se enfrenta a un cambio o que la frustraciรณn es lรณgica que aparezca si no se tiene el trabajo que se hubiese deseado. Estas emociones negativas no constituyen propiamente trastornos mentales, sino reacciones de la gente a las vicisitudes de la vida cotidiana. Para normalizar estas respuestas, es importante conocer el estilo de afrontamiento propio ante los problemas. Con ยซestilo de afrontamientoยป nos referimos a una serie de pensamientos, emociones y acciones que capacitan a las personas para manejar situaciones complejas. Un estilo de afrontamiento mรกs evitativo es el que patologiza los problemas de la vida calificรกndolos como anormales. Otras estrategias evitativas frecuentes y poco resolutivas son la negaciรณn, la resignaciรณn, el abuso de sustancias, la autoinculpaciรณn o la rumiaciรณn, el chantaje o la manipulaciรณn y la desconexiรณn excesiva.
Las emociones negativas no constituyen propiamente trastornos mentales, sino reacciones de la gente a las vicisitudes de la vida cotidiana
Lo ideal para no patologizar los avatares cotidianos es tener un estilo de afrontamiento activo. Esto supone normalizar el malestar emocional como una respuesta humana, saludable y adaptativa. Si se estรก pasando por un momento malo, es natural sentirse triste y preocupado. Conviene parar, observar y tomar conciencia de lo que ha surgido. Es aconsejable mantener una actitud serena, ya que seguro que se han pasado por otros momentos difรญciles. Mientras se estรก inmerso en un problema de la vida, se pueden buscar momentos agradables de distracciรณn, cambiar de ritmo, practicar aficiones o intereses y compartir las preocupaciones con otras personas buscando apoyo. El sentido del humor y la espiritualidad ayudan porque dan valor al sufrimiento. Del mismo modo, es conveniente que uno se cuente lo que le pasa de una manera mรกs afectuosa, relajada y amable que le ayude a comprenderse mejor, donde haya mรกs grises que blancos o negros. Mientras se estรก inmerso en un momento de malestar, ayuda tener perspectiva y esperanza, y dejar pasar el tiempo ya que el cambio es una constante en la vida.
Es importante en este afrontamiento activo, distinguir lo que depende de uno de lo que no depende y responsabilizarse de lo que se pueda cambiar. Si se llega a la conclusiรณn de que se tiene que hacer algรบn cambio vital, se necesita profundizar en las motivaciones para ello y planificar posibles soluciones. Asรญ se pasa de una etapa mรกs contemplativa โsegรบn el modelo transteรณrico de Prochaska y DiClementeโ a una etapa de mรกs determinaciรณn, que lleve a cabo un plan de acciรณn y de mantenimiento. Para aquellos avatares de la vida que no tengan soluciรณn prรกctica, el estado final aconsejable serรญa la aceptaciรณn, donde se encuentra el equilibrio entre lo que se ha perdido y lo que uno conserva en ese momento actual.
El sentido del humor y la espiritualidad ayudan porque dan valor al sufrimiento
Recurrir prematuramente a la terapia psicolรณgica o a la medicaciรณn ante un problema de la vida puede no ser conveniente. El psiquiatra Alberto Ortiz Lobo habla en su libro del papel de los profesionales ante estas demandas que llegan a las consultas de salud mental. Su punto de vista es que serรญa aconsejable legitimar esos sentimientos de malestar y ponerlos en valor, ayudar a las personas a reflexionar sobre la utilidad y la necesidad de esos sentimientos, reconocer la autรฉntica sabidurรญa de cada persona y su capacidad de adaptaciรณn a la situaciรณn que estรก viviendo y hacer una declaraciรณn honesta de que, a veces, no se tiene mucho que aportar desde lo tรฉcnico o profesional, porque la otra persona estรก haciendo un proceso de adaptaciรณn saludable (aunque sea doloroso) ante una situaciรณn vital. Pero es cierto que hay personas sobrepasadas en sus recursos psicolรณgicos para hacer frente a las dificultades cotidianas y que, muy frecuentemente, carecen de una red firme de apoyo familiar y social. Para estos casos, apuntan algunos psicรณlogos, se podrรญan proporcionar en una intervenciรณn recortada en el tiempo unas tรฉcnicas de intervenciรณn en crisis para un afrontamiento activo del problema.
Vivimos una รฉpoca en la que se tiende a patologizar cualquier complicaciรณn de la vida cotidiana. Es momento de reivindicar la utilidad del sufrimiento y de que este se puede afrontar de una manera mรกs adaptativa. El individuo contemporรกneo tiene dificultades para ser consciente de que la vida cuesta y no siempre es fรกcil. Se le olvida que puede imponerse ante las dificultades y que hemos sobrevivido millones de aรฑos gracias a esta capacidad; ademรกs de que superar los problemas por uno mismo aporta nuevas habilidades y mejora el autoconcepto. Tratar de evitar el sufrimiento por querer mantenerse en una felicidad permanente le debilita y tambiรฉn a la sociedad si este comportamiento se generaliza. Atravesar experiencias intensas de dolor sin huir de las dificultades refuerza el carรกcter y el propio proceso de vivir. Y servirรญa tambiรฉn para cambiar los parรกmetros irreales de felicidad que favorecen el eterno bucle narcisista.
Fuente: https://ethic.es/2024/08/no-patologizar-la-vida/