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Cuando se quiere brillar antes de estar pulido

por Francisco Alcaide Aún recuerdo una de las ediciones de ‘Operación Triunfo’, ese conocido programa de televisión de tanto éxito que se retransmitió de 2001 a 2011 (y luego en 2018 y 2020), en el que sus aspirantes a cantantes entraban en la Academia para crecer con el objetivo de desarrollar su carrera en el mundo musical. Por allí pasaron caras muy conocidas hoy día como David Bisbal, David Bustamante, Chenoa, Rosa y otros muchos. Entre las rutinas de la Academia era común que al día siguiente de emitirse una gala en directo, los triunfitos se reuniesen con sus profesores para visionar el vídeo de la gala y pulir defectos. Ya sabes: «El feedback es el desayuno de los campeones»; o como en alguna ocasión se ha dicho, «el mejor coach para aprender a hablar en público es una cámara de vídeo». A lo que iba. Uno de esos días, después de visionar la actuación de uno de los triunfitos, uno de los profesores le dijo de manera clara, directa y sin miramientos: — Tu problema es que quieres brillar antes de estar pulido.

por Francisco Alcaide

Aún recuerdo una de las ediciones de ‘Operación Triunfo’, ese conocido programa de televisión de tanto éxito que se retransmitió de 2001 a 2011 (y luego en 2018 y 2020), en el que sus aspirantes a cantantes entraban en la Academia para crecer con el objetivo de desarrollar su carrera en el mundo musical. Por allí pasaron caras muy conocidas hoy día como David Bisbal, David Bustamante, Chenoa, Rosa y otros muchos.

Entre las rutinas de la Academia era común que al día siguiente de emitirse una gala en directo, los triunfitos se reuniesen con sus profesores para visionar el vídeo de la gala y pulir defectos. Ya sabes: «El feedback es el desayuno de los campeones»; o como en alguna ocasión se ha dicho, «el mejor coach para aprender a hablar en público es una cámara de vídeo».

A lo que iba. Uno de esos días, después de visionar la actuación de uno de los triunfitos, uno de los profesores le dijo de manera clara, directa y sin miramientos:

— Tu problema es que quieres brillar antes de estar pulido.

En mineralogía, diamante significa invencible o indestructible. Todos somos un diamante en bruto, pero para brillar de esa forma que brillan los diamantes, también hay que sufrir todo el proceso que ellos sufren desde la extracción a 120-200 kilómetros por debajo de la superficie hasta estar pulidos de tan manera que su brillo enamora.

Los triunfitos tenían la mejor plataforma posible para tener visibilidad, un programa en prime time, con millones de telespectadores, y precisamente por eso, estaban más preocupados de brillar, lucirse y pavonearse (reconocimiento) que de hacer bien su trabajo (cantar), olvidando que lo primero siempre es una consecuencia de lo segundo.

Esto es lo que se conoce en el mundo del desarrollo personal como ‘desapego del resultado’, que no es otra cosa que hacer lo que se tiene que hacer de manera ‘impecable’ e ‘implacable’ sin pensar en el resultado, porque el resultado no es otra cosa que una consecuencia a un trabajo (proceso) bien hecho. O como diría Rafa Nadal: «No sé cómo va el marcador, sólo sé que tengo que ganar el punto siguiente». Y punto a punto, se gana el partido…

¿Y por qué cuento todo esto?

Por una razón. Hoy tenemos ventaja respecto a épocas pretéritas. Existen plataformas de todo tipo para dar a conocer aquello que queramos dar a conocer y conseguir una posible viralización de aquello que comunicamos. Hoy cualquier persona con una cámara del móvil o con un canal Youtube / Tik Tok / Instagram, puede transmitir el mensaje que le plazca. Puede tener una visibilidad muy grande que es imprescindible para tener éxito –lo que no se conoce, no existe– pero que es una segunda derivada y nunca la primera.

El éxito se resume en dos cosas: Valor + Visibilidad; esto es, ofrecer algo que mejore la vida de la gente (o eres mejor, o más barato, o eres diferente) y que la gente lo conozca para poder comprarlo. Pero lo primero va antes que lo segundo. Puede existir la tentación de creer que como tener visibilidad es muy fácil y se puede llegar a mucha gente, eso es suficiente para tener éxito y no prestar demasiada atención a la primera derivada. Y no es así. Siempre es tentador dejarse seducir por la visibilidad, invertir muchas energías ahí… y no ver resultados (dinero).

Mucha gente se lanza a hacer vídeos (ya sea en Tik Tok, o en Instagram, o en Youtube…), a desarrollar plataformas de visibilidad sin un sustrato de valor detrás que lo avale y apoye, incluso dedicando mucho tiempo y energía a ello, y ése no es un camino sólido, duradero y rentable. Por eso, mucha gente al cabo de un tiempo abandona esas plataformas (blogs, canal youtube, redes sociales…), porque les dedican mucho tiempo y energía pero no generan rentabilidad… y el tiempo nunca sobra. La visibilidad sin ventas sirve de poco. La vida va de vender. Sabes que estás haciendo bien las cosas cuando estás vendiendo: o estás vendiendo o estás fallando (ver post Vendes o vendes).

El mercado exige aportar valor, y aportar valor es hacer mejor la vida de la gente; y aportar valor no es sencillo, porque suele ser el resultado de mucho estudio, práctica y reflexión. El éxito pasa por ser un referente en algo, y para ser un referente hay que ser experto en algo, y para ser experto en algo hay que tener foco, y el foco exige concentración de manera sostenida y constante a lo largo del tiempo. La palabra más importante desde el punto de vista de una buena marca personal es Con-sis-ten-cia. Robert Kiyosaki, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 27ª edición), decía en cierta ocasión de manera contundente: «La diferencia entre un amateur y un experto es el FOCO. Muchos aspirantes a emprendedores buscan hacerse ricos rápidamente. Así que, cuando uno de los caminos no produce resultados lo cambian por otro. El problema es que nunca tienen éxito porque nunca le pusieron el tiempo ni el esfuerzo requerido para ello».

Puedes llegar donde quieras llegar, pero no saltarte etapas. Hay factores que aceleran el éxito, pero no lo suplen. Primero, tienes que decidir en qué quieres ser un referente; segundo, estudiar todo lo que puedas sobre ello y estar actualizado; tercero, practicar lo que tengas que practicar para ir mejorando e ir dando forma a tu especialidad; cuarto, obtener feedback para ir puliendo defectos; y quinto, no desistir jamás a mitad de camino.

Preocúpate por crecer tú y después dale visibilidad a tu valor. Aprende más para ganar más. No se puede ganar más dando menos o lo mismo. Así lo recogemos en Tu futuro es HOY (Alienta, 6ª edición), citando a Jim Rohn, referente del desarrollo personal: «¿Quiere ser superior a la media? Entonces utilice una sonrisa superior a la media, un interés por los demás superior a la media, un afán por ganar superior a la media. Esto lo cambiará todo».

Fuente: https://franciscoalcaide.com/blog-francisco-alcaide-2/317-cuando-se-quiere-brillar-antes-de-estar-pulido

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