Hay complicaciones que podemos resolver más fácilmente si nos vestimos con la actitud apropiada:
- Sí, voy a hacerlo.
- Sí, voy a poder.
- ¿Qué beneficio puedo sacar de esto?
Está bien saberlo, porque podemos adoptar esa actitud positiva cuando sea necesario. Y elegir este día y el siguiente vestirnos con esa misma actitud.
Otras limitaciones son más difíciles de salvar o lleva más tiempo sortearlas: la falta de dinero, de conocimientos o de experiencia, como ejemplos.
La actitud, en cambio, permite que la elijas como haces cada mañana con la ropa que te pones.
- Puedes elegir fijarte en lo valioso que forma parte de tu vida (en lugar de en lo que te falta).
- O elegir fijarte en las oportunidades (en lugar de dar más peso a los inconvenientes).
- O elegir alimentar pensamientos que te impulsen (en lugar de regurgitar sólo los que te paralizan).
Con elecciones de ese tipo (camiseta, pantalones, zapatos) compones un traje a medida para plantarle cara al día.
Supongo que no vas a una fiesta de gala vestido con harapos, teniendo ropa más presentable donde escoger. O que no acudes a una reunión de negocios con una camiseta maloliente. Eliges ropa que vaya a tono con la situación, ¿a que sí?
Ya, el ejemplo es muy simplón. Pero hoy nos sirve para acercarnos a la idea de que la actitud es tan flexible como el vestuario. Tú lo elijes y tú lo combinas como creas oportuno.
Hará falta práctica para aprender a vestirse con la actitud oportuna y ganar soltura en ello (lo mismo que para combinar la ropa). Pero podemos empezar en este mismo momento, eligiendo qué nos vamos a poner ahora.
¿Qué tal? ¿Has elegido hoy un vestuario positivo y luminoso?
Fuente http://tusbuenosmomentos.com/2016/03/actitud-vestirte-hoy