Por Matías Ortega
Como dijimos antes, la idea del “salario emocional” es básicamente darles a los empleados beneficios que tienen que ver con el bienestar. Se los acompaña con médico, nutricionista y mejor alimentación, ejecicio físico, asistencia psicológica, estudios y talleres de formación, y ambientes más confortables, entre otras cosas. Por ejemplo, Faienza argumenta: “Mucha gente dice que va a dejar la comida sana para cuando sale de trabajar, pero la realidad es que pasan casi todo el día en el trabajo y mal alimentados. Dejamos para después algo que deberíamos tener incorporado”. Su propuesta es trabajar dentro del espacio de la oficina los tres estados de bienestar: cuerpo, mente y emociones.
Antes de la consultoría, DDH (Desde la Huerta) nació distribuyendo frutas a empresas como alternativa de menú saludable para sus empleados. “Tener una fruta a mano realmente a la larga le cambia completamente la alimentación”, comenta su fundadora. Ahora fue más allá e incorporó otras herramientas. Y probablemente una de las más innovadoras es la figura del coach de bienestar para que trabaje con los colaboradores sus problemas tanto laborales como personales. “Ponemos a una profesional, que viene de la salud, con una carrera de base como psicología o medicina, se le instala una oficina en la empresa y los empleados pueden ir a hacerle consultas”, explica al respecto Faienza. “La coach se ocupa de tratar temas tanto de lo laboral como lo personal, porque está todo muy ligado. La gente tiene un lugar donde ir a descargar su tensión emocional sin tener que dejar la empresa. La realidad es que el trabajo y la vida personal están todo el día cruzándose, más hoy en día”, asegura. Otra de las propuestas son las “pausas activas”, de entre 10 y 15 minutos dentro de la misma oficina, en las que se llevan a cabo una serie de ejercicios físicos, haciendo elongación, estiramientos y se trabaja la ergonomía. Se trata de un beneficio de bajo costo y de alto impacto en las empresas. “Eso tres veces por semana cambia el cuerpo y el alma”, asegura Faienza. Los espacios de trabajo cómodos y que invitan a la relajación son parte de los beneficios que se pueden incluir en el “salario emocional”.
“No pasa por gastar más, sino por ser más pensante en el gasto”, asevera Faienza, que volviendo sobre la cuestión alimenticia insiste con que no hay grande diferencias entre ofrecer alternativas saludables y las que no lo son. “Es muy difícil que las empresas lo entiendan”, se lamenta la especialista. Y es que en momentos en que los números apremian, los beneficios suelen ser de lo primero que sufre recortes. Para la consultora debería ocurrir todo lo contrario. “Esa persona va a faltar menos, se va a enfermar menos, y al empleador le va a costar menos. En mejores condiciones laborales las personas rinden mucho más”, remata.
Fuente: https://www.ambito.com/salario-emocional-beneficios-el-bienestar-los-empleados-n5004789