por Ricard Lloria
Cuando las cosas cambian rápidamente, el miedo no solo persiste, sino que se multiplica. Se propaga silenciosamente por los equipos, a menudo tácito, pero profundamente sentido. Se incumplen plazos, las reuniones pierden rumbo y la iniciativa se desvanece. Las personas, los empleados hacen lo mínimo para evitar riesgos, y los líderes (sobre todo los nuevos) se ven reaccionando en lugar de liderar. ¿Cómo los líderes pueden superar el miedo que paraliza la organización?
Nos puede recordar una cita de la película de culto de los 90, Office Space, donde un ingeniero de software desconectado llamado Peter Gibbons les dice a dos consultores (ambos llamados Bob) que su «única motivación real es el miedo a perder su trabajo, pero eso solo le hará trabajar lo justo para no ser despedido».
“Nada lo obliga a usted a cambiar, usted cambia si quiere… Después de todo, sobrevivir no es obligatorio”. – Dr. W. Edwards Deming
Hemos visto lo que el miedo le hace a una organización: drena la energía, nubla la toma de decisiones y frena el avance. También hemos visto lo que sucede cuando los líderes eligen algo diferente. Dejan de ignorar el miedo. Lo reconocen y lo reemplazan con algo mucho más poderoso: claridad, confianza y acción.
El miedo deja de sernos solamente emocional, sino que pasar a ser organizacional.
El miedo se manifiesta en los sistemas, no solo en las personas. Cuando se integra en el funcionamiento de una organización, empresa, equipo, podemos empezar a observar patrones comunes. Por ejemplo, ¿hemos podido observar alguno de estos?
- Los equipos evitan conversaciones difíciles o retrasan decisiones clave con la esperanza de que las condiciones mejoren.
- Los directivos, responsables, jefes microgestionan, intentando controlar los resultados en lugar de generar confianza y sentido de pertenencia.
- La innovación se estanca porque se recompensa a las personas, a los empleados por ir a lo seguro, sin pensar en grande.
- Las excusas se multiplican porque la rendición de cuentas se siente insegura cuando los resultados dejan de estarnos claros.
Este estancamiento basado en el miedo es lo que llamamos «parálisis disfrazada». Parece ajetreo, pero nadie avanza significativamente. Suena a cautela, pero nadie asume la responsabilidad. Parece incertidumbre, pero en realidad, es falta de claridad en el liderazgo. George Costanza, ya en su serie televisiva llamada Seinfeld, lo expresó mejor que nunca en uno de sus capítulos: “Cuando quieras parecer ocupado, simplemente luce molesto. Eso asusta a todos los demás.”
Los líderes dejan de eliminar el miedo, lo reemplazan.
Probablemente nos hayamos oído decir que el optimismo es una opción, pero dejemos de ser ingenuos. Dejamos de tratar de ignorar el riesgo ni forzar la positividad. Se trata de entrenar nuestro cerebro para que se concentre en lo que podemos controlar, incluso cuando el entorno externo es incierto. Ese cambio de mentalidad, cuando lo modelan los líderes, comienza a tener consecuencias.
Los líderes más eficaces reemplazan los patrones basados en el miedo con culturas de alta confianza y responsabilidad. Así es como normalmente lo pueden realizar:
- Se comunican con claridad, especialmente cuando hay mucho en juego. La incertidumbre prospera en el silencio; la claridad la reduce.
- Crean seguridad psicológica, donde se anima a las personas a hablar con honestidad, asumir riesgos inteligentes y aprender del fracaso.
- Utilizan la Escalera de Decisiones para aclarar la responsabilidad, de modo que nadie se pregunte quién debe actuar a continuación.
La escalera de decisiones, en lugar de modelar, mapear la estructura de un proceso de toma de decisiones y, al hacerlo, nos puede ayudar a identificar los requisitos de las tareas de control de la toma de decisiones. El modelo de escalera de decisiones generalmente se centra en el desempeño de los expertos para demostrar, no cómo funciona un sistema.
La escalera simboliza las habilidades y competencias cognitivas, que van desde niveles bajos hasta niveles superiores.
La escalera de decisiones o inferencias es una herramienta que nos puede ayudar a explicar cómo tomamos las decisiones. Cada paso en el proceso de toma de decisiones se representa con un escalón de la escalera: comenzamos en la parte inferior y, luego, subes cada escalón antes de tomar una decisión y actuar.
En general, se utilizan tres niveles de decisión principales en una organización: el nivel estratégico, el nivel táctico y el nivel operativo.
¿Cuántos pasos hay en la toma de decisiones?
- Identificar la decisión.
- Reunir la información pertinente.
- Identificar las alternativas.
- Analizar la evidencia.
Definen el éxito con claridad mediante herramientas como los Resultados Clave del Equipo “Team Key Results (TKRs)”, lo que nos permite medir el progreso incluso cuando el futuro deja de serlo.
Nuestra mentalidad marca la pauta.
Si podemos comparar la mentalidad humana con la energía de una batería. Cuando estamos agotados, podemos perder la capacidad de liderar eficazmente. El miedo acelera ese agotamiento. Los líderes que se recargan intencionalmente, a través de la reflexión, la conexión y la claridad, se presentan con una energía que impulsa al equipo i las personas.
Se niegan a dejar que el miedo marque el ritmo.
Dejamos de ser intrépidos para liderar, pero sí empezamos a que podamos actuar. Liderar consiste en modelar la mentalidad y los comportamientos que ayudan a otros a avanzar, incluso cuando el camino deja de estarnos claros.
¿Qué preguntas nos podríamos hacer a nosotros mismos y a las personas del equipo?
Si el miedo se ha infiltrado silenciosamente en la cultura, podríamos hacernos las siguientes preguntas para sacarlo a la luz:
- ¿En qué áreas de nuestro trabajo la gente duda en lugar de actuar?
- ¿Qué decisiones se estancan actualmente y por qué?
- ¿Hemos aclarado qué significa el éxito?
- ¿Estamos premiando la toma de riesgos inteligente o castigando la imperfección?
- ¿Actuamos con energía y dirección o con incertidumbre y reactividad?
Estas preguntas dejarán de resolver el miedo por sí solas, pero nos pueden ayudar a dar la perspectiva para reemplazarlo de forma deliberada y eficaz.
«Deja de pensar en términos de limitaciones y empieza a pensar en términos de posibilidades». – Ferry Josephson
El miedo siempre tendrá un lugar en la mesa, pero deja de tener que liderar la reunión. Cuando los líderes generan claridad, demuestran optimismo y actúan con determinación, establecen un nuevo tono para la organización, uno basado en la confianza, la responsabilidad y el impulso. Así es como se ve el verdadero liderazgo cuando el miedo intenta dominar. La incertidumbre no se irá a ninguna parte, pero nosotros tampoco.