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De eso no se habla – el pacto de negación

por Diego Bercovich

El pacto de negación es un concepto del psicoanálisis que se refiere a un acuerdo inconsciente entre los miembros de un grupo para evitar confrontar ciertas verdades incómodas.

La finalidad de este pacto es preservar la estabilidad emocional del grupo, manteniendo un equilibrio frágil mediante la omisión de conflictos potencialmente disruptivos.

“Desde el principio hubo alusiones constantes a los achaques y decrepitud de los viejos, no sólo la sordera progresiva, sino artrosis y otras propias de la edad. La tensión respecto de estas cuestiones era evidente, pero la negación también. Comenzamos a sospechar que la parálisis funcional y organizativa se correspondía con la presencia de un tiempo congelado, al servicio de la denegación de la salida de los viejos.”

En el contexto de las empresas familiares o con estructuras de propiedad compartida, este pacto se vuelve relevante para comprender cómo los accionistas —a menudo unidos por lazos familiares o acuerdos históricos— pueden evitar enfrentar tensiones críticas en la toma de decisiones estratégicas, sucesión o reparto de poder.

Los temas existen y todos lo saben, aunque actúan como si no supieran.

Los temas no pueden ser planteados, a veces ni siquiera pensados.

La lógica del pacto de negación

En las empresas familiares o con múltiples socios, los accionistas suelen priorizar la cohesión y la armonía para evitar conflictos que puedan poner en riesgo tanto las relaciones personales como la continuidad del negocio.

La empresa no es solo una organización económica; también representa vínculos afectivos, historia familiar y un legado compartido.

El pacto de negación aparece aquí como una estrategia defensiva para silenciar diferencias estratégicas, emocionales o financieras que, si se enfrentaran directamente, podrían desestabilizar la estructura organizacional y las relaciones personales.

Evasión de la sucesión. En muchas empresas familiares, los fundadores y los accionistas evitan discutir la sucesión, ya sea por miedo a la pérdida de control, el temor a conflictos entre herederos o la dificultad emocional de enfrentar el paso del tiempo.

“Alguna vez charlamos entre los tres hermanos la redistribución el paquete accionario entre nosotros y nuestros primos, pero es inimaginable plantear el tema abiertamente, iríamos derecho a la ruptura empresarial y familiar”.

Negación de desigualdades internas. Las diferencias en el nivel de compromiso, trabajo o aporte de cada socio o pariente suelen minimizarse para evitar tensiones. Aunque algunos accionistas tengan más poder de facto, u ocupen puestos de mayor responsabilidad, se mantiene una ilusión de igualdad.

“Mis tres hijos cobran y cobrarán lo mismo mientras yo esté en la empresa, todos juntos y de acuerdo por el bien de la familia.”

Silencio sobre las rivalidades. Las tensiones entre hermanos, primos o socios históricos pueden ser ignoradas para no amenazar la fachada de armonía. Sin embargo, estas rivalidades no resueltas tienden a manifestarse indirectamente en desacuerdos sobre la estrategia empresarial.

“La unidad de negocios de mi hermana no marcha, pero el solo hecho de plantearlo nos llevaría al borde del abismo.”

Efectos del pacto de negación

El pacto de negación permite evitar el conflicto inmediato, pero genera riesgos significativos a mediano y largo plazo. Los problemas no desaparecen, más bien se acumulan, y es en los momentos críticos (como una crisis financiera o el retiro del fundador) cuando emergen con mayor fuerza.

Toma de decisiones bloqueada. Los accionistas pueden evitar abordar temas estratégicos importantes, como una diversificación necesaria o la venta de activos no rentables, por miedo a que las conversaciones generen confrontación.

Resistencia al cambio. La negación del paso del tiempo lleva a postergar decisiones importantes, como la adopción de nuevas tecnologías o la renovación del liderazgo. La familia o los socios prefieren la estabilidad aparente antes que pagar los costos del cambio.

Desgaste emocional y desconfianza. El pacto de negación puede generar una acumulación de frustración y resentimiento entre los miembros. Al no encontrar espacios donde expresar sus preocupaciones, los accionistas empiezan a experimentar desconfianza y agotamiento emocional.

Riesgo en momentos de transición. Las sucesiones, ya sean del liderazgo o de la propiedad, se convierten en terrenos de alta vulnerabilidad. La negación previa impide la preparación adecuada y puede llevar a rupturas familiares, divisiones entre socios o incluso la venta forzada de la empresa en común.

Estrategias para trabajar el pacto de negación

Para evitar que la negación se convierta en una trampa, conviene establecer procesos formales y espacios de diálogo estructurado que permitan a los accionistas abordar los temas difíciles sin miedo a la confrontación destructiva.

Facilitación externa. La intervención de consultores especializados en empresas familiares puede ayudar a que los socios identifiquen sus puntos ciegos y gestionen conflictos de manera constructiva. Un externo puede ayudar a plantear las preguntas difíciles que los miembros del grupo evitan hacer y a manejar los emergentes con cuidado y delicadeza.

Espacios de reflexión individual y grupal. Fomentar la autoexploración y el diálogo sincero entre los socios es fundamental para romper el pacto de negación. Los accionistas necesitan espacios donde puedan expresar sus preocupaciones y expectativas sin temor a represalias emocionales.

Separación de roles familiares y empresariales. Una buena práctica es establecer límites claros entre las funciones familiares y las empresariales. Esto significa que las decisiones operativas y estratégicas deben tomarse en función de criterios objetivos, no de afinidades personales o lealtades familiares.

Establecimiento de órganos de gobierno. La creación de un consejo de familia, un comité de accionistas o un directorio (consejo de administración) fomenta la toma de decisiones estructurada. Estos espacios permiten discutir temas estratégicos sin que las emociones interfieran directamente en la gestión del negocio.

Creación de un protocolo familiar o acuerdo de socios. Un protocolo familiar o acuerdo formal de socios permite establecer las reglas del juego de antemano. En él se regulan aspectos como el ingreso de nuevos miembros, la sucesión, la toma de decisiones y la distribución de dividendos. Este marco reduce las ambigüedades y ayuda a enfrentar los conflictos desde un terreno predefinido.

Conclusión

El pacto de negación en empresas familiares o con estructuras de propiedad compartida refleja la complejidad de gestionar intereses económicos y emocionales al mismo tiempo. Si bien la negación permite evitar conflictos inmediatos, su efecto acumulativo genera bloqueos y tensiones a largo plazo. Trabajar sobre este pacto requiere valentía, planificación y la creación de espacios de diálogo estructurados. Al enfrentar las tensiones de manera consciente y con apoyo externo, los accionistas pueden transformar las dificultades en oportunidades para consolidar tanto el negocio como las relaciones personales.

Fuente: https://www.linkedin.com/pulse/de-eso-se-habla-el-pacto-negaci%25C3%25B3n-diego-bercovich-9xblf

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