por Marc Chernoff
No encontrarás tu valor enteramente en otra persona: lo encontrarás en ti mismo, y entonces atraerás a aquellos que son dignos de tu energía.
A veces intentamos mostrarle al mundo que somos perfectos con la esperanza de agradar y ser aceptados por todos, pero no podemos complacer a todos y no deberíamos intentarlo. Nuestra belleza reside en nuestra vulnerabilidad, nuestras emociones complejas y nuestras imperfecciones auténticas. Cuando aceptamos lo que somos y decidimos ser auténticos, en lugar de lo que creemos que los demás quieren que seamos, nos abrimos a relaciones reales, a una felicidad duradera y a la paz interior.
No hay necesidad de fingir todos los días. No hay necesidad de fingir ser alguien que no eres. No tienes nada que demostrar continuamente. Y si te das cuenta de que lo haces, recuérdate a ti mismo…
1. Es importante honrar tus propios sentimientos y límites.
Cuando te encuentres con alguien que te desacredite, te falte el respeto o te trate mal sin razón aparente, no te desgastes tratando de cambiarlos o ganar su aprobación. Y asegúrate de no dejar ningún espacio en tu corazón para odiarlos. Simplemente date un espacio saludable y deja que el karma se ocupe de las cosas que dicen y hacen, porque cualquier momento que pases con estas personas será en vano, y cualquier momento de odio y agravio en tu corazón solo te hará daño al final.
La verdad es que algunas personas siempre te dirán lo que hiciste mal y luego dudarán en felicitarte por lo que hiciste bien. No seas una de ellas y no permitas que estas personas te quiten constantemente energía y alegría. Recuerda que distanciarte de las personas que te dan vibraciones negativas o energía no saludable es cuidarte a ti mismo. Alejarte de las situaciones en las que te sientes poco apreciado o irrespetado es cuidarte a ti mismo. Elige honrar tus sentimientos y límites, con respeto.
2. Las personas que realmente vale la pena impresionar quieren que seas tú mismo.
A largo plazo, es mejor que te odien por lo que eres que que te amen por lo que no eres. De hecho, las relaciones que suelen funcionar bien a largo plazo son las que te hacen mejor persona sin convertirte en alguien distinto a ti mismo y sin impedirte dejar de ser la persona que eras. Así que deja que los demás te acepten como eres, o que no te acepten en absoluto. ¡Di tu verdad aunque te tiemble la voz!
Al ser fiel a ti mismo, aportas al mundo algo asombroso que antes no existía. Eres asombroso cuando tu pasión y tu fuerza brillan mientras sigues tu propio camino, cuando no te distraen las opiniones de los demás. Eres poderoso cuando permites que tus errores te eduquen y tu confianza se construye a partir de experiencias de primera mano, cuando sabes que puedes caer, levantarte y seguir adelante sin pedirle permiso a nadie .
En resumen: no cambies sólo para agradarle a la gente; sigue aprendiendo, creciendo y nutriendo tu mejor versión, y muy pronto las personas CORRECTAS amarán tu VERDADERO yo.
3. Tú eres la persona principal que puede cambiar tu vida.
En todas las situaciones en las que te hayas encontrado, positivas o negativas, el hilo conductor eres tú. Es tu responsabilidad, y solo tuya, reconocer que, independientemente de lo que haya sucedido hasta este punto en tu vida, eres capaz de tomar decisiones para cambiar tu situación o para cambiar tu forma de pensar sobre ella. No dejes que las opiniones de los demás interfieran con esta verdad imperante.
Lo que eres capaz de lograr no depende de lo que otras personas piensen que es posible para ti. Lo que eres capaz de lograr depende principalmente de lo que elijas hacer con tu tiempo y energía. Así que deja de preocuparte por lo que piensen los demás. Sigue haciendo lo tuyo. Las únicas personas que te culparán por hacerlo son aquellas que quieren que vivas una mentira.
4. Las medidas comunes de valor de la sociedad no valen nada.
Cuando te encuentres atrapado entre lo que te mueve y lo que la sociedad te dice que es lo mejor para ti, siempre viaja por el camino que te haga sentir vivo, a menos que quieras que todos sean felices, excepto tú. En serio, no importa a dónde te lleve la vida, a las grandes ciudades o a los pueblos pequeños, inevitablemente te encontrarás con otras personas que creen saber lo que es mejor para ti, personas que creen que son mejores que tú, personas que creen que la felicidad, el éxito y la belleza significan lo mismo para todos…
Intentarán medir tu valor en función de lo que tienes, en lugar de por quién eres. Pero tú sabes que no es así: las cosas materiales no importan. No te limites a perseguir el dinero. Ponte al día con las ideas y actividades que te hagan sentir vivo. Ve por las cosas de mayor valor: las cosas que el dinero no puede comprar. Lo que importa es tener fuerza de carácter, un corazón honesto y un sentido de autoestima. Si tienes la suerte de tener alguna de estas cosas, nunca las vendas. ¡Nunca te subestimes!
5. La vida no es una carrera.
Todos quieren llegar primero y gritar: “¡Mírenme! ¡Mírenme!”. Pero la verdad es que la mayor parte de su felicidad y crecimiento se produce mientras está en movimiento, no mientras está parado en la línea de meta. Así que recuérdese a sí mismo con tanta frecuencia como sea necesario que no se ha quedado atrás. Está donde debe estar. No se juzgue ni se regañe por la duración de su viaje. Todos necesitamos nuestro propio tiempo para recorrer nuestra propia distancia.
Y no te agobies. Recuerda que no puedes levantar mil libras de una sola vez, pero sí puedes levantar una libra mil veces. Con pequeños esfuerzos repetidos lograrás alcanzar tu objetivo…
Trabaje duro. Descanse bien. Aprenda a desconectarse. Cuídese. En la maratón de la vida, la clave es aprender a ser consciente y a controlar su ritmo.
6. El camino hacia la mayoría de las grandes cosas pasa por el fracaso.
Eres un trabajo en constante cambio. No tienes que tener siempre razón, solo no debes preocuparte demasiado por equivocarte. Cometer errores es parte del proceso. No obtener aprobación, o incluso no lucir como corresponde a veces, es la única manera de avanzar. Si te esfuerzas demasiado en impresionar a todos con tu “perfección”, ¡detendrás tu crecimiento! Pasarás todo tu tiempo fingiendo y luciendo de cierta manera, en lugar de crecer y vivir de cierta manera.
En verdad, es imposible vivir sin fracasar a veces, a menos que vivas con tanta cautela que en realidad no vivas en absoluto, sino que simplemente existas. Y si tienes demasiado miedo de fracasar delante de los demás, no podrás hacer lo que se necesita para tener éxito ante tus propios ojos. Tienes que recordar que no importa cuántas veces fracases o lo desordenado que sea tu camino, siempre y cuando no dejes de dar pequeños pasos hacia adelante. Al final, aquellos a quienes no les importa que el fracaso sea inevitable son los que hacen progresos graduales. Y TÚ puedes ser uno de ellos.
¡Ahora es el momento! ¡Es tu turno!
Sí, es tu turno de dejar de demostrarle a todo el mundo lo que vales, porque no necesitas una ovación de pie ni un éxito de ventas ni un ascenso ni un millón de dólares. ¡Tú eres suficiente ahora mismo! No tienes nada que demostrar. Preocúpate menos por quién eres para los demás y más por quién eres para ti mismo. Te prometo que tendrás menos dolores de cabeza y decepciones en el momento en que dejes de buscar en los demás la validación que sólo TÚ puedes darte a ti mismo.
Fuente: https://www.marcandangel.com/2024/08/31/7-reasons-to-stop-proving-yourself-to-everyone-else/