Por Verรณnica Dobronich
En el epicentro del progreso tecnolรณgico contemporรกneo se encuentra el aprendizaje automรกtico de sistemas inteligentes: vehรญculos autรณnomos, drones no tripulados, robots con habilidades artรญsticas sorprendentes. Todas estas mรกquinas emulan la inteligencia humana de manera asombrosa. Sin embargo, hasta hace poco, este progreso tecnolรณgico ha pasado por alto uno de los aspectos mรกs esenciales de la inteligencia humana: la comprensiรณn de las emociones.
Las emociones son el eje alrededor del cual giran todas las decisiones humanas; nos condicionan e influyen en nuestro dรญa a dรญa. Si deseamos que una mรกquina reproduzca fielmente la conducta humana, se vuelve evidente que esta deberรญa ser capaz de sentir lo mismo que un ser humano en el momento preciso de tomar una decisiรณn. Aquรญ surge la pregunta crucial: ยฟpuede una mรกquina realmente llegar a sentir, a mostrar empatรญa o a experimentar emociones genuinas?
A primera vista, para alguien ajeno al mundo de la inteligencia artificial, asignar emociones a una mรกquina puede parecer extravagante e incluso absurdo. Podrรญamos estar de acuerdo en que una mรกquina puede reconocer, a travรฉs de la interpretaciรณn de gestos y actitudes humanas, quรฉ emociรณn estamos experimentando en un momento dado o cuรกl es nuestro estado de รกnimo. Sin embargo, nos resulta difรญcil de concebir que estas mรกquinas puedan sentir en sรญ mismas y, menos aรบn, tomar decisiones basadas en esos sentimientos, aprendiendo y evolucionando a partir de sus elecciones.
El aprendizaje automรกtico, una vertiente de la inteligencia artificial, permite a las mรกquinas resolver una amplia gama de problemas, en la mayorรญa de los casos, de manera mรกs eficiente que los seres humanos. Esto lo logra utilizando mรฉtodos que le permiten encontrar las mejores soluciones y aprender de manera autรณnoma, mรฉtodos que estรกn firmemente arraigados en sectores productivos y de entretenimiento.
No obstante, estos modelos de aprendizaje automรกtico dependen en gran medida de una cantidad masiva de datos. Estos datos, a su vez, estรกn sujetos a un esquema previamente establecido: siempre hay un ser humano que decide cรณmo introducir los datos en la mรกquina y cรณmo se van a clasificar y etiquetar, determinando su valor objetivo para que sirvan como guรญa en futuras decisiones.
Sin embargo, aquรญ es donde la complejidad de las emociones humanas presenta un desafรญo insuperable para las mรกquinas. A diferencia de las mรกquinas, los humanos pueden reaccionar de manera diferente en una misma situaciรณn debido a su estado emocional en ese momento. Esto crea una variabilidad que las mรกquinas no pueden replicar.
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Por tanto, una mรกquina puede representar con un alto grado de precisiรณn un estado emocional, pero solo serรก un reflejo, como un retrato, de situaciones reales vividas previamente por seres humanos. Aquรญ se encuentra el lรญmite.
Incluso si las mรกquinas pudieran aprender emociones, tendrรญan que considerar los aspectos indeseables inherentes a todo sentimiento en su proceso de โetiquetadoโ. De lo contrario, se generarรญan modelos sesgados que no reflejarรญan de manera autรฉntica la realidad.
La conclusiรณn es clara: si todavรญa no podemos definir cientรญficamente las emociones, no podemos enseรฑarlas a una mรกquina. Tal como afirmรณ la cientรญfica Amelia Brand en la pelรญcula โInterestelarโ: โEl amor es la fuerza mรกs grande del Universoโ. Y, como muchos otros misterios del mismo, aรบn nos queda mucho por aprender para poder enseรฑar a las mรกquinas a comprenderlo, si es que eso es posible.
En el horizonte de la innovaciรณn tecnolรณgica, la Singularidad se erige como un punto de inflexiรณn inminente que promete transformar radicalmente nuestra realidad. Este concepto, popularizado por el futurista Ray Kurzweil, anticipa el momento en el que la inteligencia artificial superarรก la capacidad intelectual humana, dando lugar a avances exponenciales en campos como la medicina, la energรญa, etc.
La inteligencia artificial (IA) ha alcanzado niveles de sofisticaciรณn impresionantes, capaces de realizar tareas complejas que antes eran exclusivas del intelecto humano. Sin embargo, el prรณximo desafรญo consiste en dotar a las mรกquinas de una comprensiรณn genuina de las emociones humanas. Este avance no solo implica replicar la capacidad de reconocer expresiones faciales o tonos de voz, sino comprender y responder a las sutilezas de los sentimientos humanos de una manera autรฉntica.
ยฟPor quรฉ es esto crucial? La respuesta radica en la creciente integraciรณn de la IA en nuestras vidas cotidianas. Desde asistentes virtuales hasta sistemas de diagnรณstico mรฉdico, la interacciรณn con la tecnologรญa es una constante en el siglo XXI. Los investigadores y expertos apuntan a una IA โemocionalmente inteligenteโ, la cual serรญa capaz de comprender no solo lo que decimos, sino tambiรฉn cรณmo nos sentimos, facilitando una comunicaciรณn mรกs eficaz y empรกtica.
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Se pueden extraer algunas recomendaciones clave sobre cรณmo los humanos podemos mantenernos competitivos en un mundo cada vez mรกs impulsado por la inteligencia artificial emocional:
1. Cultivar la inteligencia emocional: Desarrollar y fortalecer la inteligencia emocional es esencial. Esto implica la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las propias emociones, asรญ como la habilidad para comprender y manejar las emociones de los demรกs. La empatรญa y la habilidad para establecer conexiones autรฉnticas serรกn activos invaluables en el entorno laboral.
2. Habilidades de comunicaciรณn mejoradas: La comunicaciรณn efectiva, que incluye tanto el lenguaje verbal como no verbal, serรก crucial. Aprender a expresar claramente las emociones y comprender las de los demรกs permitirรก una comunicaciรณn mรกs autรฉntica y empรกtica.
3. Flexibilidad y adaptabilidad: En un mundo donde la tecnologรญa estรก en constante evoluciรณn, la capacidad para adaptarse rรกpidamente a nuevos entornos y tecnologรญas serรก esencial. La resiliencia emocional serรก un factor determinante en la capacidad de adaptaciรณn al cambio.
4. Creatividad y pensamiento crรญtico: Las habilidades humanas como la creatividad, la resoluciรณn de problemas y el pensamiento crรญtico no pueden ser replicadas por la IA de la misma manera. Estas capacidades serรกn fundamentales para generar nuevas ideas, solucionar problemas complejos y tomar decisiones estratรฉgicas.
5. Desarrollo de habilidades interpersonales: La construcciรณn de relaciones sรณlidas y colaborativas con colegas, clientes y equipos serรก un activo valioso. La confianza y la cooperaciรณn son elementos centrales en un entorno laboral impulsado por la inteligencia artificial emocional.
6. Autoconocimiento y autenticidad: Conocerse a uno mismo y ser autรฉntico en las interacciones profesionales serรก esencial. La autenticidad es una cualidad que la tecnologรญa puede replicar difรญcilmente, y puede ser un diferenciador significativo en un mundo competitivo.
7. Formaciรณn continua: Mantenerse actualizado con las รบltimas tendencias y avances tecnolรณgicos serรก crucial. Esto no solo incluye la comprensiรณn de la tecnologรญa, sino tambiรฉn la capacidad para integrarla de manera efectiva en el entorno laboral y aprovechar al mรกximo sus capacidades.
Para seguir siendo competitivos en este contexto, los seres humanos deben capitalizar en su capacidad para comprender y gestionar emociones, y utilizar esta ventaja para tomar decisiones, resolver problemas y fomentar relaciones significativas en el รกmbito laboral y mรกs allรก. Es en esta intersecciรณn entre tecnologรญa y emociรณn donde radica nuestra ventaja distintiva.
https://www.infobae.com/opinion/2023/10/10/emociones-singularidad-e-inteligencia-artificial/