por Roberto García
Se habla mucho de cómo la Inteligencia Artificial va a cambiar, o mejor dicho, ya está cambiando la forma en la que trabajamos, pero hoy me gustaría explorar otro enfoque y discutir cómo la Inteligencia Artificial va a cambiar o al menos debería cambiar la forma en la que los jefes y managers tendrían que trabajar, como hace Xavier Marcet en su artículo “Management precocinado”. El manager de la era de la inteligencia artificial deberá gestionar el equilibrio entre la inteligencia humana y la de las máquinas y como dice Marcet podrá elegir entre empequeñecer el papel que jueguen las personas y basarlo todo en las máquinas o decantarse por humanizar a las máquinas y no permitir que las personas pasen a un segundo plano.
Hasta ahora es común identificar innovación con tecnología, de manera que se percibe que cuanta más tecnología maneje una empresa, más innovadora es. Me pregunto si a partir de ahora no deberá ser al revés, y por tanto las empresas realmente innovadoras serán las que otorguen más importancia al papel de las personas sobre las máquinas, dado que la tecnología proporcionará una serie de habilidades y eficiencias comunes a todos por igual y la diferencia estará cada vez más en las personas que usan esa tecnología.
La inteligencia artificial propondrá estrategias complejas en un plis plas y planes de marketing o de ventas aparecerán como churros en la pantalla de un ordenador. Sin embargo, el reto de los managers seguirá siendo el mismo que ahora: conseguir que esas estrategias complejas se traduzcan en resultados reales, es decir, conseguir que las cosas pasen, y que pasen con sentido común. Saber lo que hay que hacer nunca ha sido excesivamente complicado, lo difícil siempre ha sido hacerlo, y más difícil será ahora, en un entorno de tanta complejidad como el actual. Por tanto, en la era de la inteligencia artificial, creo que los managers deberán ser incluso más humanistas de lo que son actualmente, debiendo disponer de las habilidades necesarias para conseguir que las personas lleven a la práctica las estrategias que alguna IA habrá definido, igual que para la competencia, tras unos pocos clics de ratón.
Y aquí llega otro reto de los jefes en la era de la Inteligencia Artificial: diferenciarse. Creo que esa es la gran palabra. Dice Javier González Recuenco que la IA hará al tonto más tonto y al listo más listo. Y tiene razón, porque el tonto no sabrá hacer nada sin la ayuda de una IA, que le proporcionará el mismo resultado que al tonto de al lado, sin ninguna diferenciación. Y el listo será aquel que sepa ofrecer una propuesta diferente, basándose en lo que le entregue la IA. Lo mismo aplica a los managers: tendrán que saber diferenciar a sus compañías huyendo de la “comoditización” que conduce inexorablemente a las guerras de precios en la que todos pierden. La IA será la competencia directa para los actuales vendedores de humo, y generará muchas propuestas absurdas basadas en datos pero carentes de sentido común, porque no existe un algoritmo para el sentido común. Esa será otra tarea de los managers en la época de la Inteligencia Artificial: aplicar el sentido común a la dirección de su empresa.
El ejemplo para entenderlo es el de la cocina. Cualquiera es capaz de calentar una lasaña precocinada, pero un restaurante que vendiera solo lasañas precocinadas tendrá poco futuro. Quizá le guste a algunos clientes, y sin duda podrán saciar su hambre. Ese restaurante solo podría tener viabilidad si el precio del plato fuera prácticamente el mismo que el que tenga el paquete del supermercado. Sin embargo, un restaurante que cocine sus propias lasañas, dedicándole el tiempo de elaboración que sea necesario, incorporando sus propios ingredientes y su toque diferencial, será el que triunfe, aunque a lo mejor compra una masa precocinada. Ahí es donde se notará la mano de los buenos managers, en aplicar el toque personal y diferencial a la masa común para todos los demás.
Fuente: https://balcon40.com/2025/04/02/los-jefes-en-la-era-de-la-ia/