Modo Oscuro Modo Claro

Lo que no ves, te frena

por Juan Carlos Valda – jcvalda@grandespymes.com.ar

—¿Sabés cuál es el peor freno para avanzar? —No. —El que no sabés que existe.

Y acá está uno de los grandes problemas de muchas PYMES y, especialmente, de muchos empresarios: hay cosas que los frenan, que los desgastan, que les sacan energía, foco y tiempo… pero no las identifican.

O no quieren verlas. O no las consideran un problema. O las ven como “parte del juego”. O creen que “así es esto”.

Pero una empresa no mejora por lo que hacés bien. Mejora cuando dejas de hacer lo que te perjudica. Cuando dejas de arrastrar lo que no sirve. Cuando te deshaces del lastre. Y para eso hay que mirarse sin filtros.

¿Por qué seguimos arrastrando lo que nos frena?

Porque estamos muy ocupados. Porque el día a día no da respiro. Porque estamos más concentrados en apagar incendios que en preguntarnos por qué siempre estamos en llamas.

Porque muchas veces confundimos movimiento con avance. Nos decimos: “no paro un segundo, entonces estoy haciendo mucho”. Pero eso no significa que estés avanzando en la dirección correcta.

Y además, porque hay cosas que duelen ver. ¿Qué pasa si el que frena a la empresa soy yo mismo? ¿Qué pasa si lo que me retrasa es seguir sosteniendo un equipo que no está a la altura? ¿Qué pasa si lo que me impide crecer es no animarme a delegar?

¿Qué puede estar frenando a tu empresa?

Vamos con ejemplos concretos. Lee con calma esta lista y pregúntate, con brutal honestidad, si alguno de estos puntos te resuena:

  1. No delegar porque “nadie lo hace como yo”.

  2. Colaboradores que no crecen ni se capacitan, pero que están hace años porque “son de confianza”.

  3. Procesos desordenados, improvisados o que dependen de una sola persona.

  4. Clientes que no dejan ganancia, pero no se sueltan “porque siempre estuvieron”.

  5. Socios que ya no están alineados con el proyecto, pero se mantiene la sociedad “por historia”.

  6. Falta de información concreta para tomar decisiones, y se hace todo “a ojo”.

  7. Creencias viejas que ya no aplican: “siempre lo hicimos así”, “nuestro rubro es distinto”, “acá no se puede”.

  8. Miedo al cambio, disfrazado de prudencia.

  9. Problemas familiares no resueltos que contaminan la gestión.

  10. Decisiones importantes postergadas una y otra vez, esperando que “el contexto mejore”.

¿Te sonó alguno? ¿Dos? ¿Varios?

No estás solo. Le pasa a muchísimos empresarios. La diferencia la marca quién decide enfrentarlo… y quién no.

¿Y cómo se identifica eso que te retrasa?

Con método. Porque esto no es cuestión de intuición ni de inspiración. Es cuestión de pararse a mirar el mapa con cabeza fría. Y no se puede mirar el mapa mientras manejas a toda velocidad.

Te propongo tres caminos complementarios para detectar lo que está frenando a tu PYME:

1. Pedir feedback real y honesto

Sí, lo sé. No es fácil. Porque muchos colaboradores no se animan a decir lo que piensan. Pero si tu generas un espacio seguro, vas a escuchar cosas que no te gustan pero que necesitás saber.

Hacé una pregunta simple: “¿Qué cosas sentís que deberíamos dejar de hacer para poder crecer?”

La clave es no discutir la respuesta. Escúchala. Anótala. Reflexiona. Quizás haya oro ahí.

2. Mirar los síntomas crónicos

En una empresa, como en un cuerpo, hay síntomas que avisan. Si cada mes tenés los mismos problemas, si cada año te encontrás con las mismas urgencias, si hay cosas que se repiten como el día de la marmota… algo no anda bien.

Tomate un momento y hazte esta pregunta: ¿Qué problemas se repiten en mi empresa desde hace más de un año?

Esos temas son pistas. Y muchas veces, la raíz no está donde piensas Lo que no ves… te frena. No es el mercado. No es la competencia. No es la inflación. Es algo que vos seguís permitiendo.

3. Usar una mirada externa

Un buen consultor, un colega sincero, alguien de otra industria… puede ayudarte a ver lo que vos ya naturalizaste. Porque cuando uno vive dentro de una empresa, normaliza el desorden.

Es como vivir al lado de una gotera. Al principio molesta. Después te acostumbras. Y terminas durmiendo con el “tic-tic” sin darte cuenta de que eso es pérdida de agua, de plata y de energía.

No se trata de hacer más… sino de hacer distinto

Muchos empresarios creen que para avanzar hay que hacer más cosas. Vender más, trabajar más horas, tener más productos.

Pero muchas veces, el verdadero salto no viene de hacer más, sino de hacer distinto.

Y para eso tenés que vaciar la mochila. Ver qué cosas estás cargando que no te ayudan. Qué prácticas mantienes que ya no sirven. Qué decisiones postergas que ya son urgentes.

¿Qué podés hacer hoy?

Te dejo una pequeña guía práctica para arrancar:

  • Reserva 1 hora en tu semana para pensar (no para hacer).

  • Lista las actividades o decisiones que te agotan o te estresan cada semana. Pregúntate por qué están ahí.

  • Pregúntale a tu equipo qué sienten que los frena.

  • Revisa los “supuestos” con los que venís trabajando hace años. ¿Siguen siendo válidos?

  • Detecta al menos una práctica que podrías dejar de hacer sin que nada malo ocurra.

  • Busca al menos una decisión postergada y comprométete a resolverla esta semana.

Una última reflexión

Avanzar no es solo cuestión de empujar. Es también saber soltar. Soltar lo que ya no suma. Soltar lo que consume más de lo que aporta. Soltar incluso algunas certezas que te acompañaron por años, pero que ya no aplican.

El crecimiento real de una PYME no siempre viene con fuegos artificiales. A veces viene con decisiones silenciosas, incómodas, pero necesarias.

Porque una empresa también avanza cuando deja de ir para atrás.

Y si querés crecer, lo primero que necesitás es saber qué te está frenando.

Agregar Comentario Agregar Comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Post Anterior

Bernice Johnson Reagon