Por Juan Carlos Valda
—Juan Carlos… ¿sabés qué me pasa? Siento que mi negocio está estancado, hago todo “como se debe” y no crezco.
—Lucas, ¿y si ese es el problema?
—¿Cuál?
—Que estás haciendo todo como te dijeron que se debía. Tal vez sea hora de romper algunas reglas.
Romper reglas no es hacer locuras
Antes que nada, aclaremos algo: cuando hablo de “romper las reglas” no me refiero a hacer cualquier cosa, improvisar sin criterio o ser irresponsable. No. Hablo de cuestionar lo establecido. De animarte a desafiar lo que “todo el mundo hace” porque quizás ya no funciona o nunca funcionó para vos.
Porque, seamos honestos: muchas PYMES están repitiendo fórmulas viejas en un contexto nuevo. Y después se preguntan por qué no despegan.
¿Por qué hay reglas que deberías romper?
Porque fueron pensadas para otro momento, otro tipo de empresa o simplemente para “cumplir” sin pensar. Porque muchas veces son creencias que nadie cuestionó. Y porque si hacés lo mismo que los demás, vas a tener los mismos resultados que ellos: mediocres.
“Romper las reglas” es dejar de vivir de manual y empezar a vivir con estrategia.
Y eso es lo que separa a los empresarios que lideran, de los que solo se defienden.
Las 7 reglas que deberías romper (si querés crecer de verdad)
1. “Así se hizo siempre”
Este es el cáncer de muchas empresas familiares. “No cambiemos nada porque esto ya funcionaba”. El problema es que el mundo cambió. Los clientes cambiaron. El mercado cambió. Y vos seguís vendiendo como en los 90.
Si querés crecer, tenés que revisar todo lo que hacés por costumbre. Desde la forma en que cobrás, hasta cómo entregás tus productos.
2. “Primero vendo, después veo si gano”
No, no y no. Esa es la receta para fundirte trabajando. ¿Cuántos empresarios conocés que están orgullosos porque “venden mucho”, pero viven ahogados?
Rompé la regla de “vender por vender”. Primero analizá si el negocio es rentable. Si cada venta te deja ganancia. No trabajes para tener movimiento, trabajá para tener resultados.
3. “El cliente siempre tiene la razón”
Otra gran mentira. El cliente tiene expectativas, necesidades y también muchos errores. Si querés ser la mejor opción para él, no tenés que decirle a todo que sí. Tenés que ayudarlo a decidir bien.
Rompé la regla de decir que sí por miedo a perder la venta. Aprendé a educar al cliente. A marcar límites. A ofrecer valor, no servilismo.
4. “Yo me ocupo de todo porque nadie lo hace como yo”
Esta regla es una trampa de ego. Y una condena para tu tiempo y tu salud. Si todo depende de vos, no tenés un negocio, tenés un autoempleo de alto riesgo.
Rompé la regla de ser imprescindible. Empezá a delegar. A formar gente. A soltar. Porque si no soltás, vas a quedar atrapado en tu propio laberinto.
5. “Para crecer hay que invertir millones”
No siempre. Hay ideas que no necesitan grandes inversiones, sino creatividad, foco y una buena ejecución. A veces un cambio de packaging, una mejora en el servicio o una alianza inteligente generan más impacto que una campaña millonaria.
Rompé la regla del “más plata = más resultados”. Muchas veces lo que necesitás no es más presupuesto, sino más inteligencia.
6. “Hay que tener todo perfecto antes de lanzar algo”
Parálisis por análisis. El síndrome del “todavía no es el momento”. ¿Sabés cuándo es el momento perfecto? Nunca. O ahora.
Rompé la regla de la perfección. Probá en pequeño. Testeá. Corregí. Mejorá en la marcha. Pero salí a la cancha. El que no juega, no gana.
7. “Si no estoy todo el día en la empresa, las cosas no funcionan”
Esta es durísima. Pero muy real. Muchos empresarios creen que estar 12 horas por día en el local o la planta es sinónimo de compromiso. No. Es sinónimo de falta de dirección.
Rompé la regla de la omnipresencia. Tu rol no es estar en todos lados. Es pensar el negocio, planificar, liderar. Tu empresa necesita un conductor, no un héroe cansado.
¿Qué implica romper reglas?
Romper reglas implica pensar. Hacerse preguntas incómodas. Sacarse el “piloto automático”. Y también implica equivocarse, probar, corregir, insistir.
Pero te aseguro algo: cada vez que rompés una regla absurda, ganás un pedazo de libertad. Y no hay empresa exitosa sin un empresario libre para decidir.
¿Cómo hacerlo sin poner en riesgo todo?
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Identificá tus reglas no escritas Hacete estas preguntas: ¿Qué cosas hago por costumbre? ¿Qué frases repito siempre sin pensar? ¿Qué decisiones nunca cuestiono?
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Desafialas con datos y con lógica No es rebelarse por rebelarse. Es mirar los resultados y preguntarte: “¿Esto sigue teniendo sentido?”
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Empezá de a poco No hace falta patear el tablero. Cambiá una cosa. Probá una variante. Si ves mejora, seguí por ese camino.
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Escuchá otras voces A veces uno está tan metido en la rutina que no ve lo obvio. Pedí opinión. Hablá con colegas. Buscá mentores. Animate a salir del molde.
Las reglas que NO deberías romper
No todo vale. Hay reglas que son pilares y que si las rompés, perdés el negocio. Por ejemplo:
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La de la ética: no mientas, no escondas, no hagas trampa.
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La del compromiso con tu gente: tus empleados no son descartables.
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La del foco en el cliente real: no todos los clientes son para vos, pero sí debés respetar a los que eligen tu marca.
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La de la coherencia con tus valores: si rompés con lo que sos, el precio es carísimo.
Reflexión final
Las reglas del negocio que alguna vez te trajeron hasta acá, no siempre son las que te van a llevar al próximo nivel. Lo que fue tu fortaleza puede convertirse en tu techo. Y lo que te daba seguridad, ahora puede estar frenando tu crecimiento.
“No tengas miedo de romper lo que ya no funciona. Tené miedo de quedarte atrapado en lo que alguna vez funcionó.”
Como consultor, he visto cómo muchas PYMES se transforman cuando el empresario se anima a pensar diferente. No hacen magia. Solo se animan a pensar. A decidir. A liderar con criterio y no con costumbre.
Para pensar (y actuar)
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¿Qué cosas hacés en tu negocio solo porque “siempre se hizo así”?
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¿Qué reglas internas te impiden crecer?
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¿A quién podrías delegar hoy una tarea que no te deja pensar estratégicamente?
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¿Qué producto o servicio podrías lanzar aunque no esté “perfecto”?
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¿Qué innovación podrías probar aunque te saque de tu zona de confort?
Para contactar a Juan Carlos e implementar estos conceptos en tu empresa, escribirle a jcvalda@grandespymes.com.ar