Por Juan Carlos Valda
Estimado empresario,
Imagine que durante toda su vida ha jugado un deporte con ciertas reglas, donde la velocidad y la improvisación eran claves para sobrevivir. De repente, el juego cambia por completo. No es que hayan ajustado algunas reglas: el campo es otro, la pelota responde diferente y la estrategia que antes funcionaba ahora lo deja en desventaja. Eso es lo que está pasando hoy con la economía argentina: el contexto de alta inflación al que nos habíamos acostumbrado se está disipando y estamos entrando en un escenario de baja inflación. No es un simple ajuste, es un cambio de paradigma.
Durante años, la inflación fue un escudo y un espejismo a la vez. Nos obligaba a tomar decisiones apresuradas, a ajustar precios permanentemente, a vivir en un mundo donde lo financiero pesaba más que lo económico y donde los problemas de gestión podían disimularse porque los precios siempre subían. Ahora, el escenario es otro: no podemos seguir jugando con las mismas reglas, porque el juego ya no es el mismo.
La inflación como telón de fondo
Durante años, la inflación ha sido una constante en nuestra economía. Como un río crecido que todo lo cubre, la inflación solía ocultar ineficiencias y errores en la gestión empresarial. Las empresas podían permitirse ciertas ineficiencias operativas porque la inflación, al elevar los precios constantemente, diluía estos problemas. Además, era común refugiarse en activos no monetarios, como inventarios o bienes durables, para protegerse de la devaluación del dinero. Incluso, algunas empresas limitaban sus ventas o cerraban temporalmente para preservar sus inventarios, y el sector financiero, con tasas elevadas, se convertía en un refugio rentable.
El nuevo escenario: baja inflación
Hoy, nos encontramos en un contexto de baja inflación. Este cambio, aunque positivo para la economía en general, plantea desafíos únicos para las pymes. La estabilidad de precios significa que ya no podemos depender de la inflación para corregir ineficiencias o aumentar márgenes de manera automática. Es hora de ajustar nuestra visión de negocio, estrategia, cultura, rentabilidad y liderazgo para prosperar en este nuevo entorno.
El nuevo desafío: eficiencia y rentabilidad real
Hoy, con una inflación controlada, la rentabilidad no vendrá de remarcar precios constantemente, sino de cómo gestionamos la empresa. Esto implica un cambio profundo en la forma de pensar y operar.
Cambios necesarios para adaptarse al nuevo juego
- Enfoque en la eficiencia operativa
En un entorno de baja inflación, la eficiencia se convierte en el pilar de la rentabilidad. Es esencial revisar y optimizar procesos internos, eliminar desperdicios y mejorar la productividad. Cada peso cuenta, y la gestión eficiente de recursos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
- Revisión de la estrategia de precios
Con precios estables, los consumidores se vuelven más sensibles y comparan más antes de comprar. Es fundamental ajustar nuestra estrategia de precios para ser competitivos sin sacrificar la rentabilidad. Esto puede implicar ofrecer promociones, descuentos estratégicos o paquetes de valor añadido que atraigan y retengan a los clientes.
- Innovación y adaptación constante
La baja inflación, junto con la rápida evolución tecnológica, exige que las pymes se mantengan en un estado de innovación continua. Desarrollar nuevos productos, explorar canales de venta digitales y mejorar la experiencia del cliente son acciones clave para mantenerse relevantes en el mercado.
- Desarrollo de habilidades blandas
Además de las competencias técnicas, las habilidades blandas como la adaptabilidad, la comunicación efectiva y el liderazgo empático cobran mayor relevancia. Fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y flexible puede potenciar la creatividad y la resiliencia del equipo frente a los cambios.
- Gestión financiera prudente
La estabilidad de precios no elimina la necesidad de una gestión financiera sólida. Es crucial mantener un control riguroso de los costos, gestionar adecuadamente el flujo de efectivo y planificar inversiones con cautela. Además, explorar opciones de financiamiento con tasas de interés favorables puede ser beneficioso en este contexto.
- Fortalecimiento de la relación con clientes y proveedores
En este nuevo entorno, las relaciones sólidas y transparentes con clientes y proveedores son fundamentales. Construir alianzas estratégicas, negociar condiciones favorables y entender las necesidades cambiantes de los clientes puede proporcionar una ventaja competitiva significativa.
- Formación y capacitación continua
El aprendizaje constante es vital para adaptarse a las nuevas realidades del mercado. Invertir en la capacitación del personal, tanto en habilidades técnicas como en competencias blandas, asegurará que la empresa esté preparada para enfrentar los desafíos actuales y futuros.
- Aprovechamiento de la tecnología
La digitalización y la adopción de nuevas tecnologías pueden mejorar la eficiencia y abrir nuevas oportunidades de negocio. Desde la implementación de sistemas de gestión hasta el uso de plataformas de comercio electrónico, la tecnología es una aliada indispensable en este nuevo juego.
No es fácil, pero hay un camino
Muchos empresarios sienten que este cambio los desorienta. «Siempre hicimos las cosas así, y funcionaban» es una frase que escucho seguido en mis consultorías. Y es lógico: el modelo con el que trabajaron durante décadas ya no da los mismos resultados, y adaptarse no es automático.
Lo importante es entender que esto no se trata solo de ajustar números, sino de cambiar la manera de gestionar y pensar la empresa. Es una transformación profunda, pero también es una oportunidad. Una PYME que logre profesionalizarse, que aprenda a manejar costos, a trabajar con eficiencia y a generar valor real para sus clientes, estará mejor preparada para crecer de manera sostenible y con menos sobresaltos.
Si siente que este nuevo contexto lo desafía y que su empresa necesita adaptarse, el momento para actuar es ahora. No está solo en este proceso. Hay maneras de recorrer este camino con acompañamiento y estrategias concretas para lograr que su empresa no sólo sobreviva, sino que prospere en esta nueva realidad.
El juego cambió, sí. Pero con las herramientas adecuadas, su empresa puede jugarlo mejor que nunca porque el juego puede ser otro, pero Ud. sigue siendo ¡un gran deportista!.
Para contactar a Juan Carlos e implementar estos conceptos en tu empresa, escribirle a jcvalda@grandespymes.com.ar
Ahhh! una cosa más que me olvidaba: Todos los problemas a los que se enfrenta su empresa hoy en día no se deben al cambio del contexto. Todos esos problemas de gestión, de falta de eficiencia, de márgenes reales mínimos siempre estuvieron allí, sólo que la inflación los tapaba como la marea alta tapa las piedras que están cerca de la costa. No nos engañemos y busquemos responsables donde no están.
Asumamos nuestro papel y cambiemos las cosas!