Modo Oscuro Modo Claro

El efecto fregadero

 

por Virginia Cabrera Nocito

Aún no he dejado de reírme (o de llorar, que es muchas veces la otra cara de la misma moneda) con este concepto que escucho a Manuel Campo Vidal, a quien me encanta ver pintando canas por fuera y sumando matices a esa preciosa voz que sigue teniendo, en forma y fondo, en el VII Encuentro de Talento Senior.

Cuenta el maestro Campo Vidal que, en sus años de estudiante de ingeniería, recibió de uno de sus profesores, un valioso consejo profesional : «Busca siempre al Martínez».

Porque, antes, en todas las empresas, siempre había «un Martínez» que sabía de todo.

Había.

Aunque, alguno queda, los Martínez de las empresas están ya en peligro de extinción.

Como una ya va teniendo también una edad, no puede evitar sintonizar sus antenas cada vez que escucha palabras como silver, senior o edad. Que no son pocas las veces que llevan en la misma frase otras del tipo prejubilación, ERE, nativo analógico u obsoleto digital.

Y claro, al escuchar este estupendo aunque breve coloquio sobre empresas y edad, no me puedo resistir a abrir un word conmigo misma (y con vosotros, que sé de buena tinta que también sois ya adictos a la crema antiarrugas) para comentar.

Voy por partes, tocando algunas de las ideas que me resuenan.

La línea de tiempo y los ciclos vitales

La primera en hablar entre las asistentes, Eleonora Barone, comienza duro con un concepto que tampoco puedo dejar pasar: El de la edad biológica y la edad vital.

Porque, cuando decimos que somos demasiado viejos (o demasiado jóvenes)… ¿Por qué nunca le añadimos el para qué? Tiene más razón que un santo esta señora cuando afirma que puedes sentirte demasiado mayor para bailar la jota, pero que, a la vez, puedes con la misma intensidad sentirte un niño al sentarte, entusiasta, tu primera vez frente a chatGPT.

Va a ser verdad que el valor absoluto no vale casi nunca de nada. Que da más valor, valga la redundancia, aquello del valor relativo. Porque casi todo depende del contexto. En el trabajo y en todo.

Apellidemos pues a cada senior en cada contexto.

Asumiendo además otra variable: la posición relativa de cada individuo dentro de un proceso producto o de un grupo social, que en la empresa viene a ser lo mismo.

En un contexto retador como el que vivimos, no se entiende ya ningún buen resultado que no sea producto de un trabajo en equipo. Y en este posicionamiento relativo, como parte de un equipo diverso en capacidades, experiencias y modos de ver los problemas (pues somos hijos de nuestras creencias y éstas son nietas de la generación a la que pertenecemos) es donde yo creo que el senior nunca debería faltar.

El verdadero valor de la experiencia

Sé de buena tinta que los años no son garantía de nada. Pero que, sin ellos, cuesta un triunfo adquirir todas esas capacidades básicas que no encontraremos en ningún libro.

“Conozco los atajos, sé cómo llegar a cualquier sitio, tengo una agenda de cine, he visto cosas que no creerías y aquí sigo… ¡soy un artículo de lujo!” – afirma entre entusiasmada  y enfadada, pero sin sombra alguna de duda, Laura Rosillo.

Laura no puede entender por qué las empresas desprecian con tanta alegría esas capacidades adquiridas con el callo y que no se enseñan en ninguna escuela de negocios, como la asesoría de calidad, la resolución rápida de problemas o el entendimiento del lenguaje social.

Yo tampoco, la verdad.

Vaya por delante que no está entre mis aspiraciones entender todas las cosas absurdas que pasan en las empresas… aunque esto de apartar «a los viejos» (y ojo que ya me dicen que, para esto del trabajo, 35 empieza a ser demasiado) esté en el top five.

Quiero pensar que no lo hacen por viejos, sino por caros, una realidad que me cuadra más, por aquello de que es más racional.

Hablamos del efecto fregadero. O sea, de dejar ir por el desagüe lo que molesta.

No es ningún secreto lo mucho que molestan hoy los costes en un mundo con muchos modelos de negocio que son incapaces de hacer crecer un céntimo los ingresos.

La responsabilidad personal del senior

Peor para ellos (las empresas, digo), no puedo evitar pensar.

Pero la realidad es que conozco más de uno y de una a quien la vida laboral, habiendo cumplido los 50 se le hace dura no, lo siguiente. Porque de tanto oír lo de obsoleto, analógico, desmotivado, lento, desactualizado… y tantas generalidades más han acabado por creérselo.

Y si eso desmotiva en lo laboral, no tarda en hacerlo en lo personal.

Entonces viene lo de cuando ni siquiera lo intentamos.

«Es la profecía autocumplida«, como muy acertadamente señala la tercera integrante de la mesa, Célia Hil a quien hace años que sigo en las redes y quien da de pleno (en mi opinión) con el antídoto: formación, proactividad y… que nos dejemos ayudar.

Algo que tal vez se nos da “a los de antes” pelín mal.

Por mucho que nunca sea tarde para cambiar.

Somos víctimas de los estereotipos

Esta es la verdad: Nos etiquetan… porque les conviene.

Y nosotros nos dejamos.

Como ya me habéis escuchado hasta la saciedad aquello de que somos responsables de lo que nos pasa, no puedo cerrar hoy sin animaros a salir de ellos.

Ni de coña somos todos iguales, por más que pertenezcamos a la misma tribu. No te dejes etiquetar por la edad que marca tu carnet de identidad.

El senior es diverso. Y cada uno debe trabajar su propia estrategia de valor.

¡Qué puedo añadir a esta media hora a la que no le sobra ni un minuto!.

Que a ver si vamos más en serio con eso de creernos lo de que somos artículos de lujo… o al menos piezas necesarias en un mundo tan complejo donde nadie sobra.

Que nunca lo conseguiremos si no plantamos cara a los clichés. Con visibilidad de las buenas prácticas, con la individualización de los seniors, tirando de las ventanas digitales para dar notoriedad a todo lo que aportamos

Y con toda la rebeldía que nos da el haber sido hijos de tantas revoluciones sociales.

Yo, perdonadme, es que le cogí de pequeña el gusto a esto de ser pelín rebelde…

Como estos chic@s. Como llamo a los cuatro integrantes de la mesa con toda la intención 😛

Fuente: https://balcon40.com/2025/01/10/el-efecto-fregadero/

Agregar Comentario Agregar Comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Post Anterior

𝗕𝘂𝗱𝗱𝗵𝗮

Próximo Post

Cuando su equipo lo pasa por alto para hacer las cosas