por Juan Carlos Valda
Hace unos años dijo un Secretario de Emprendedores y PyMEs del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación Argentina «𝙇𝙖𝙨 𝙥𝙮𝙢𝙚𝙨 𝙚𝙨𝙩𝙖́𝙣 𝙚𝙣 𝙗𝙤𝙘𝙖 𝙙𝙚 𝙩𝙤𝙙𝙤𝙨 𝙮 𝙚𝙣 𝙢𝙖𝙣𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙣𝙖𝙙𝙞𝙚»(A confesión de partes, relevo de pruebas diría un abogado, verdad?
Mucho se habla de las pequeñas y medianas empresas como el motor de la economía, generadoras de empleo, dinamizadoras del mercado interno y pilares fundamentales de muchas comunidades. Sin embargo, cuando observamos las políticas públicas, el acompañamiento financiero y los marcos regulatorios, resulta evidente que seguimos haciendo poco o nada por ellas.
Las PYMES no solo enfrentan problemas que derivan de su tamaño, sino que, en muchos casos, el mismo sistema parece diseñado para que nunca puedan crecer. Desde trámites interminables hasta impuestos que no distinguen la realidad de una pequeña empresa frente a una gran corporación, la situación para el empresario pyme se vuelve una carrera de obstáculos.
¿Por qué no avanzamos?
Parte del problema radica en que, a pesar de los discursos bienintencionados, las PYMES siguen sin ser una prioridad real en la agenda económica. Esto puede deberse a varios factores. Primero, los grandes grupos empresariales, con sus lobbies y capacidad de presión, logran siempre posicionarse por encima en las decisiones que se toman. Las grandes corporaciones saben cómo jugar el juego político, mientras que los pequeños empresarios, en su mayoría, están demasiado ocupados tratando de sobrevivir para poder ejercer presión.
En segundo lugar, persiste una falta de visión estratégica a largo plazo. En muchos casos, los gobiernos solo reaccionan ante las crisis inmediatas, sin tener en cuenta las reformas estructurales que las PYMES necesitan para desarrollarse de manera sostenible. Es más sencillo poner parches a corto plazo que diseñar políticas que realmente generen cambios de fondo.
Lo urgente contra lo importante
El empresario pyme está constantemente sofocado por lo urgente. Entre la presión fiscal, la falta de acceso al crédito en condiciones razonables, los altos costos laborales y la falta de formación adecuada para sus equipos, pocas veces tiene la oportunidad de detenerse a pensar en el crecimiento estratégico de su negocio. Lo que debería ser su principal foco, es decir, mejorar la competitividad y profesionalizar su gestión, queda relegado a un segundo plano.
¿Cómo podemos pretender que las PYMES se transformen en el motor de una economía cuando no les brindamos ni siquiera las herramientas básicas para subsistir? En lugar de que el sistema las acompañe y promueva, parece diseñado para que muchas de ellas queden en el camino.
¿Qué podemos hacer en serio por las PYMES?
Si realmente consideramos a las PYMES como una pieza clave del desarrollo económico, es urgente que empecemos a pensar en soluciones estructurales. Esto implica una serie de acciones concretas:
- Simplificación burocrática: Las pequeñas empresas no tienen los recursos ni los tiempos para lidiar con trámites innecesarios. Es fundamental agilizar los procesos para que su operación diaria no sea una traba.
- Reformas fiscales diferenciadas: No podemos seguir imponiendo la misma carga fiscal a una PYME que a una gran corporación. Es imperativo diseñar un sistema tributario que tenga en cuenta la realidad y capacidad contributiva de las PYMES.
- Acceso al crédito: Las condiciones de financiamiento deben adaptarse a la realidad de las PYMES. Créditos a tasas razonables y plazos acordes a sus ciclos productivos son esenciales para su desarrollo.
- Formación y profesionalización: Invertir en la capacitación y formación continua del empresario y sus equipos es clave. La profesionalización de la gestión es un pilar fundamental para el crecimiento sostenido.
- Políticas a largo plazo: No se trata de reaccionar ante cada crisis. Necesitamos políticas que promuevan el crecimiento y la estabilidad de las PYMES a lo largo del tiempo.
Las PYMES no solo representan un número en las estadísticas de empleo o producción. Son el sustento de miles de familias, el tejido económico que da vida a muchas comunidades. Si realmente son tan importantes como todos dicen, ya es hora de que hagamos algo en serio por ellas.
Para contactar a Juan Carlos Valda = jcvalda@grandespymes.ar