por Juan Carlos Valda
En el mundo empresarial, especialmente en el universo de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), es muy común escuchar sobre el éxito, las oportunidades de mercado y los planes de expansión. Sin embargo, un tema que no siempre se discute abiertamente son los pain points, esos puntos de dolor que, si no se abordan a tiempo, pueden frenar el crecimiento, desmotivar al equipo y comprometer la sostenibilidad de la empresa. En mi experiencia como consultor de PyMEs, he visto que muchos empresarios luchan con problemas que a menudo ignoran o subestiman, ya sea por falta de tiempo, recursos o simplemente por no tener la claridad necesaria para reconocerlos.
¿Qué son los pain points?
Los pain points son problemas recurrentes que afectan el funcionamiento óptimo de una empresa. Pueden manifestarse de diferentes formas: una gestión ineficaz del tiempo, falta de procesos estandarizados, una cultura organizacional débil, o la incapacidad para retener talento. Lo peligroso de estos puntos de dolor es que, al principio, parecen pequeños inconvenientes. Sin embargo, con el tiempo, pueden escalar hasta convertirse en barreras significativas para el crecimiento y la competitividad.
Al identificar los pain points, se pueden agrupar en cuatro grandes categorías que suelen ser las más recurrentes en las PyMEs: operacionales, financieros, de talento humano y de liderazgo. Cada uno de ellos tiene un impacto profundo en la empresa y requiere de una estrategia específica para solucionarlos.
1. Pain points operacionales: la falta de procesos claros
Uno de los problemas más comunes en las PyMEs es la ausencia de procesos definidos y estandarizados. Al inicio de una empresa, es normal que las operaciones sean más informales, pero a medida que la organización crece, esta informalidad puede convertirse en un dolor de cabeza. En muchas PyMEs, los empresarios se quejan de que todo depende de ellos y que, si no están presentes, el negocio no funciona bien.
La falta de procesos claros genera confusión y errores. Los empleados no saben cuál es la mejor manera de hacer las cosas, y esto se traduce en ineficiencia, desperdicio de recursos y, lo que es peor, en una mala experiencia para el cliente. A menudo me encuentro con empresarios que creen que están resolviendo problemas operacionales al trabajar más horas o al estar más involucrados en el día a día, cuando la verdadera solución es crear un sistema que funcione sin depender de ellos.
2. Pain points financieros: gestión deficiente del flujo de caja
Otro dolor que afecta gravemente a las PyMEs es la mala gestión financiera. A pesar de que una empresa puede estar generando ventas saludables, la falta de control sobre el flujo de caja puede hacer que se enfrente a situaciones de insolvencia, limitando su capacidad de inversión y expansión.
En muchos casos, las PyMEs priorizan el crecimiento de las ventas sobre la rentabilidad. Es decir, se enfocan tanto en incrementar su facturación que no se dan cuenta de que, si no se gestiona bien el flujo de caja, el negocio puede colapsar. Este pain point es particularmente crítico en sectores donde los plazos de pago son largos o los márgenes de ganancia son ajustados. Los empresarios que no implementan una gestión financiera rigurosa, con proyecciones claras y un manejo adecuado de la deuda, se exponen a problemas graves de liquidez.
3. Pain points de talento humano: la dificultad para atraer y retener a los mejores
Uno de los desafíos más complejos y subestimados en las PyMEs es la gestión del talento humano. Muchas veces, las PyMEs no pueden ofrecer los salarios o beneficios que ofrecen las grandes empresas, lo que las pone en desventaja al intentar atraer a los mejores profesionales. Sin embargo, el verdadero problema no es solo financiero. La falta de un propósito claro, de una cultura empresarial sólida y de oportunidades de desarrollo personal y profesional también son barreras importantes.
Un dolor recurrente que veo en los empresarios es el desgaste de tener que entrenar continuamente a nuevos empleados, debido a la alta rotación de personal. No es raro que se quejen de que, cuando por fin alguien está capacitado y comienza a aportar valor a la empresa, decide irse. El problema de fondo muchas veces no es económico, sino una cuestión de ambiente laboral, falta de visión y cultura organizacional. Crear un entorno donde los empleados se sientan valorados y motivados, aunque no se pueda competir con los sueldos de las grandes empresas, puede ser la clave para retener el talento.
4. Pain points de liderazgo: empresarios atrapados en la operación
El último pain point, y quizás el más difícil de abordar, es el dolor del liderazgo ineficaz. En muchas PyMEs, los empresarios están atrapados en el día a día del negocio, apagando incendios en lugar de liderar con una visión estratégica. Este tipo de liderazgo reactivo no solo es agotador, sino que también limita el crecimiento y la innovación.
El empresario que está demasiado involucrado en las operaciones cotidianas de su empresa se convierte en su propio cuello de botella. Esto no solo impide que otros en la organización asuman responsabilidades y crezcan, sino que también limita la capacidad del empresario para pensar estratégicamente y planificar el futuro de la empresa.
El liderazgo en una PyME no puede ser solo operativo, tiene que ser transformador. El empresario debe aprender a delegar, a confiar en su equipo y a enfocarse en el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo de su negocio.
Solucionando los pain points: una cuestión de estrategia
Si bien los pain points son inevitables, la clave está en identificarlos a tiempo y desarrollar las estrategias adecuadas para abordarlos. La solución no siempre implica más esfuerzo o inversión, sino un cambio de mentalidad. Las PyMEs deben ser conscientes de que, para superar sus puntos de dolor, es esencial:
Estandarizar procesos, para garantizar la eficiencia y la consistencia.
Gestionar de manera proactiva el flujo de caja y no basar su estrategia financiera solo en las ventas.
Desarrollar una cultura organizacional sólida, donde los empleados se sientan motivados y comprometidos.
Liderar con visión, delegando operaciones y enfocándose en la planificación estratégica.
La capacidad de una PyME para prosperar no depende solo de su capacidad de generar ingresos, sino de su habilidad para gestionar eficazmente los pain points. Identificarlos, abordarlos y superarlos es lo que permitirá a la empresa no solo sobrevivir, sino también crecer y prosperar en un mercado cada vez más competitivo.
Autor: Juan Carlos Valda – jcvalda@grandespymes.ar