por Jennifer Delgado Suarez
La prรณxima vez que vayas al supermercado, verรกs los carritos de la compra con otros ojos, sobre todo si estรกn bloqueando el espacio de aparcamiento o se encuentran desperdigados por doquier, obstaculizando el paso. Y es que ese objeto tan cotidiano puede revelar bastante sobre nosotros, en especial sobre nuestro nivel de autocontrol y autorregulaciรณn, pero tambiรฉn sobre la sociedad en la que vivimos.
ยฟQuรฉ tipo de persona eres?
Abandonar el carrito de la compra no es ilegal (al menos por el momento). Nadie nos castigarรก ni pondrรก una multa por dejarlo tirado en medio del aparcamiento. Pero no estรก bien. Lo correcto es devolverlo. Lo sabemos. 
Somos conscientes de que, para vivir en sociedad, debemos ser cรญvicos y respetar las leyes bรกsicas de la convivencia. Pero aรบn asรญ, muchas personas no logran hacer lo correcto, a menos que exista una obligaciรณn o imposiciรณn de por medio.
Ese conflicto entre lo adecuado y lo fรกcil ha cobrado vida en Internet, dando lugar a lo que se conoce como la โteorรญa del carro de la compraโ, una especie de โtestโ que se usa para descubrir algunas verdades sobre nuestro carรกcter, hasta el punto que algunos piensan que nuestra decisiรณn determina si somos buenos o malos miembros de la sociedad.
La cuestiรณn filosรณfica que subyace a la prueba del carrito de supermercado es: ยฟnos guiamos por una brรบjula moral interna o, al contrario, solo reaccionamos a los castigos y las recompensas externas?
Las personas que tienen en cuenta a los demรกs y son conscientes de que ese pequeรฑo gesto mejora la convivencia de todos, son mรกs propensas a devolver el carro de la compra a su sitio. Esas personas tambiรฉn son capaces de autorregularse mejor y tienen un locus de control interno. O sea, han interiorizado valores como la responsabilidad, el respeto o la empatรญa y guรญan su comportamiento por ellos, aunque en ocasiones eso represente una pequeรฑa molestia, como el hecho de caminar hasta el punto donde debemos dejar el carrito.
En cambio, hay personas a quienes les da pereza. Piensan โa fin de cuentas, si nadie estรก mirando y nadie me castigarรก, ยฟpor quรฉ deberรญa tomarme la molestia de devolver el carrito a su sitio?โ Estas personas suelen tener un locus de control externo o no han desarrollado los valores que facilitan la convivencia, de manera que estos no regulan internamente su comportamiento. Simplemente prefieren tomar el camino mรกs sencillo, sin pensar en las molestias que pueden ocasionar a los demรกs, por lo que su comportamiento suele ser mรกs egoรญsta y cortoplacista.
Obviamente, un comportamiento puntual no puede utilizarse para descartar a una persona. Un momento de negligencia, desconsideraciรณn o incluso despiste no nos convierte automรกticamente en personas incรญvicas, pero es una seรฑal de alarma, sobre todo a nivel social.
Platรณn, el hilo de oro y una sociedad indolente
Platรณn se referรญa a una metรกfora segรบn la cual, todos somos โtรญteres de los diosesโ movidos por los hilos de nuestros impulsos, necesidades, deseos y anhelos. Pero tambiรฉn advierte que no todas las cuerdas son iguales.
Los โhilos de hierroโ son nuestras emociones e impulsos mรกs bรกsicos, como el placer, el dolor, el miedo o la lujuria. El โhilo de oroโ es nuestro logismoรป o raciocinio. Es un hilo mรกgico y brillante dentro de cada uno de nosotros que nos impulsa a hacer el bien.
Para Platรณn, un buen ciudadano es aquel capaz de autorregularse. Esa persona tiene las mismas luchas y conflictos internos que los demรกs, pero siguen el hilo dorado. Y la educaciรณn es clave para fomentar esa virtud y ayudarnos a discernir entre lo correcto y lo incorrecto, empujรกndonos a actuar correctamente.
Por tanto, detrรกs de cada carrito abandonado no hay solo una persona que ha sido demasiado perezosa o egoรญsta sino tambiรฉn una sociedad muy complaciente que dio origen a ese comportamiento o, de cierta forma, lo permite.
En el Mundial de Fรบtbol 2022, gran parte del mundo se quedรณ maravillado al ver cรณmo los jugadores de Japรณn dejaron ordenado el vestuario, sobre todo despuรฉs de su victoria. Incluso dejaron una nota de agradecimiento con varias figuras de origami. El equipo querรญa facilitar la tarea a los responsables de la limpieza, algo poco habitual en el mundo del deporte. Y lo mรกs curioso fue que algunos de sus aficionados tambiรฉn se quedaron al final para ayudar a recoger la basura a los trabajadores del estadio.
Es un gesto simple, pero que dice mucho sobre una sociedad. Y lo mismo vale para los carritos de la compra.
En Nueva Jersey, por ejemplo, se presentรณ un proyecto de ley para imponer multas de $250 por dejar los carritos abandonados y en muchos paรญses de Europa los supermercados ya no confรญan en que los compradores se dejen guiar por su โhilo de oroโ: obligan a introducir una moneda para utilizar los carritos.
En algรบn punto la educaciรณn ha fallado. No hemos sabido transmitir y desarrollar los valores adecuados. En algรบn momento, la pereza, el egoรญsmo y el descuido comenzaron a ser comportamientos aceptables.
Por ese motivo, cada vez hay mรกs personas que no piensan en los demรกs cuando toman sus decisiones cotidianas. Creen que son el ombligo del mundo, de manera que sus comportamientos incรญvicos terminan afectando a los demรกs, generando esas pequeรฑas molestias cotidianas que acaban erosionando la convivencia.
A todos nos resulta igual de cรณmodo dejar el carro de la compra abandonado. Todos tenemos esos hilos de hierro dentro. Pero la mayorรญa no lo hacemos. Hacemos lo correcto. Por nosotros mismos. Y tambiรฉn por los demรกs.
Thomson, J. (2024) Everyday Philosophy: The quickest way to test your moral character. En: Big Think.
Fuente: https://rinconpsicologia.com/teoria-del-carro-de-la-compra/
