por Laura Rosillo
Los cincuenta son la juventud de la edad madura. Víctor Hugo
El siglo XXI ha traído escasez del talento que se requiere para mantener competitiva a la empresa y, si lo que se busca afanosamente es «conocimiento», la edad no debería ser un problema.
La encuesta realizada por la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos del Reino Unido a trabajadores mayores de 50 años, revela que muchos tópicos sobre la predisposición laboral de este colectivo son erróneos:
«Más del 60%de los trabajadores mayores de 60 años quieren seguir trabajando más allá de la edad de jubilación.
El 62% se describen a sí mismos como en plena forma, saludables.
El 45% ha recibido formación en los últimos tres años y su entusiasmo por el aprendizaje persiste.
El 25% sigue teniendo a sus hijos bajo su responsabilidad.
El 68% de mayores de 50 años desempleados manifestó total disponibilidad para el trabajo flexible o a tiempo parcial.
Una de cada diez personas de este colectivo sigue siendo ambiciosa y quiere continuar con el desarrollo de su carrera profesional y desea mayor responsabilidad y promoción.»
Los trabajadores que ahora rondan los 50 años esperan, en su mayoría, seguir trabajando 15 o 20 años más y, seguramente, a medida que pase el tiempo, el deseo y la necesidad de alargar la vida laboral activa se incrementará.
Y los trabajadores senior en plena transición profesional debemos ser intrépidos y considerar la posibilidad de un cambio de ocupación, de sector, de ubicación… Los «Golden Workers» debemos ser el motor del cambio del paradigma negativo del envejecimiento, impulsando a través de la formación continuada, la investigación, y, en muchas ocasiones, el autoempleo, la prosperidad para todas las edades.
Y para una feliz transición dar pequeños pasitos, como cuando aprendimos a andar. Al iniciar una segunda carrera profesional no quieras ser médico en dos días, comienza por la primera lección de anatomía y disfruta del camino.
Sé flexible, seguramente tendrás que atracar en varios puertos y realizar múltiples ensayos antes de encontrar el trabajo ideal para tu talento real.
Para cambiar el mundo, empieza por cambiarte a ti mismo. Varía tus rutinas, tus hábitos, inicia nuevas rutas para todo lo que haces.
Procura estar en forma. La clave del éxito reside en el entusiasmo y para ser optimista necesitas disponer de toda la energía posible.
Como comenta Elisabeth Isele en su blog: Te has pasado la vida tratando de obtener experiencia. Resulta que los empleadores o los que pueden contratar un proyecto tuyo, no se preocupan ahora por la experiencia pasada, se preocupan por los resultados de negocio y la rentabilidad, quieren saber qué puedes hacer por ellos ahora.
Necesitas traducir o replantear tu experiencia para demostrar cómo puedes solucionar los problemas del negocio hoy. Y además de habilidades y experiencia, la clave de tu éxito estará en ser apasionado, en poner todo tu empeño y energía en lo que tengas entre manos.