En nuestro libro Tu futuro es HOY (Alienta, 6ª edición), dedicamos el Capítulo 22 precisamente a este tema. Por este motivo me gustaría hacer un resumen ampliado aquí por si te puede servir de ayuda a ti o tu entorno. Dice así:
la propia realización personal en circunstancias que otros optan por la locura».
WAYNE W. DYER
Lo peor que le puede pasar a uno es entrar en depresión, la ‘enfermedad de la tristeza’; o dicho en términos coloquiales, la ausencia de futuro, pensar que el mañana será igual que el hoy y el ayer. Y sin futuro no hay presente. El futuro tira de nosotros. Una persona sin ilusiones no vive, sobrevive. Está presente de cuerpo pero no en alma. La depresión es un estado de indefensión que conduce a la resignación en el que se pierde el control de la propia vida, o como la catalogase William Styron en La oscuridad invisible, la ‘desesperación más allá de la desesperación’. Por ello, una pieza fundamental de la resiliencia es la esperanza, pero no una esperanza ‘pasiva’ esperando que las cosas cambian por sí solas sino ‘activa’ luchando por salir adelante, sabiendo que las aguas volverán a su cauce. Como decía el escritor Alejandro Dumas: «la esperanza es el mejor médico que conozco». Si hay esperanza en el futuro, hay poder en el presente. No hay que olvidar a nuestro sabio refranero siempre: tras la tempestad, llega la calma; siempre que llueve, escampa; y no hay mal que cien años dure.
6. PERMÍTETE SENTIR LO QUE SIENTES.
Hace unos días, la psicoterapeuta Anabel González, autora de Lo bueno de tener un mal día, en una entrevista en La Contra decía: «Hay una obsesión por ser felices, pero los malos días siempre van a estar ahí y hay que llevarse bien con ellos». También decía: «Nos sentimos mal por sentirnos mal», ése es el error. Igualmente apuntaba: «Reprimimos las emociones que no sabemos tratar, y no las sabemos tratar porque evitamos exponernos a ellas de manera consciente». La psicóloga Laura Chica en una vídeo-entrevista (minuto 11 y ss.) con ella también insistía (y a menudo insiste mucho) en este aspecto: «Hay que permitirse sentir lo que uno está sintiendo. Nos generamos un sufrimiento extra al no permitir sentir lo que estamos sintiendo porque se supone que no lo tenemos que sentir. La recuperación emocional es un proceso y negar esa primera parte del proceso es negar el proceso. Hay gente que niega esa parte porque no quiere sufrir. Permitirnos vivir lo que sentimos es parte de la vida y nos recuerda que estamos vivos». No lo olvides, la huida alivia, no cura.
Es inevitable, para acabar, citar de nuevo al maestro Viktor Frankl: «Al ser humano se le puede arrebatar todo, menos la última de las libertades humanas, la actitud personal ante un conjunto de circunstancias».
Por último, aprovecho para recomendarte leer algunos de los personajes realmente inspiradores de Aprendiendo de los mejores (Alienta, 19ª edición) y Aprendiendo de los mejores 2 (Alienta, 6ª edición) que son casos de superación personal y que nos ayudan a gestionar mejor la adversidad y los momentos difíciles como lo hicieron ellos. Entre otros: Nick Vujicic, Hellen Keller, Gustavo Zerbino, Nelson Mandela, Gandhi o Elisabeth Kübler-Ross, que toda su vida a la dedicó a acompañar a las personas que iban a morir.
También otro libro Superar la adversidad: el poder de la resiliencia, del psiquiatra Luis Rojas Marcos, Jefe del Sistema de Sanidad Pública de Nueva York (también durante los atentados del 11-S de 2001) y al que pude entrevistar hace algún tiempo (lee entrevista) y quien me decía: «Lo que más me ha sorprendido del ser humano después de tantos años es la capacidad de superar la adversidad».
Para acabar, ayer mismo Eva Collado Durán (@evacolladoduran) publicaba el post La templanza: la mejor aliada de tu marca personal en estos momentos, donde nos habla de cómo abordar lo que estamos viviendo, teniendo muy presente una de las cuatro virtudes cardinales como la templanza.
Un abrazo, cuídate. Mucho ánimo.