Decides que no es el momento para dedicarte ahora a ese objetivo. Hay otros asuntos importantes que atender. Pero, si tuvieras tiempo o estuvieras más despejado, desde luego que lo abordarías.
Hay objetivos que esperan: dejar de fumar, hacer ejercicio, aprender algo nuevo, etc. Y no siempre se quedan esperando porque no sea su momento, sino por miedo al fracaso.
Antes de seguir con la reflexión, acordemos algo: dejar las culpas y los autorreproches a un lado. Pensemos en la verdadera razón que hay detrás de los objetivos aparcados para poder resolver el asunto, cuando decidamos hacerlo.
Eso es importante. Porque, tanto tú como yo, podemos llegar a creernos la misma mentira a fuerza de repetirla: Ahora no es el momento.
Diciendo que no es el momento, sonamos responsables ante esos otros asuntos que son prioritarios. Ponemos nuestros cinco sentidos en las muchas complicaciones y tareas del día a día.
Así no tenemos que pensar en eso que estamos haciendo a un lado y, de paso, nos sentimos seguros.
Mientras no lo intentemos, no existe la posibilidad de hacerlo mal. No hay estrés añadido, aburrimiento y ni otras incomodidades. Al contrario, nos quedamos con una conclusión reconfortante y convincente: No es el momento.
¿Fracaso garantizado o éxito incierto?
Con el autoengaño (ojo, si es eso lo que está ocurriendo) estamos garantizándonos algo que no queremos: fracasar absolutamente, cero avances.
Intentándolo, aun en el supuesto de hacerlo rematadamente mal o dejarlo tras un tiempo, habríamos avanzado algo. Pero, ¡jolín!, es que sabe muy mal ser testigo de primera mano de no ser lo suficientemente bueno. A eso le tenemos más miedo que al fracaso rotundo.
Si ése es el verdadero problema, no lo vamos a resolver esperando el momento ideal. Ése no llegará. Como sí podemos resolverlo es buscando una manera diferente de aproximarnos a lo que queremos.
No existe una única manera de abordar un objetivo. Podemos experimentar, probar a aproximarnos a él de diferentes formas, quitándonos de encima la presión de hacerlo bien de primeras.
Podemos dar unos primeros pasos imperfectos, imprecisos y ver qué tal nos va. Quizás nos encarrilemos rumbo al éxito. Pero, si no es así, el pequeño avance, lo que hemos aprendido y las agallas de intentarlo son una ganancia.
La vida es corta y el momento ideal no existe. El adecuado, sí. Y ése puedes elegirlo tú.
Fuente http://tusbuenosmomentos.com/2016/08/momento-miedo-hacerlo-mal
excelente desafío.-
Muchas gracias por tus palabras, Fabio
Recibe un cordial saludo
JC