por José Antonio Quesada Palacios
La última edición del Informe de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (mipyme) Iberoamérica, editado por la Fundación que lleva el mismo nombre, pone de manifiesto la importante actividad innovadora que realizan este tipo de organizaciones y su capacidad de generar empleo y riqueza, lo cual es relevante para la vinculación entre las administraciones y el tejido empresarial con el fin de explorar nuevas oportunidades de negocio.
No obstante lo anterior, necesitan fundamentos operativos que de forma continua pongan de manifiesto su problemática y estrategias para facilitar la toma de decisiones, tanto desde un punto de vista de política interna, como de política nacional o internacional, para determinar y fijar programas de acción acertados y oportunos.
Las debilidades de carácter estructural que padecen las mipymes afectan su supervivencia y merman su competitividad. La globalización de los mercados, la aceleración del cambio tecnológico y el desarrollo de nuevos sistemas de información y comunicación, unidas al escaso hábito de gestión del conocimiento y del capital humano, la dificultad para la captación de capitales ajenos a largo plazo, la menor cualificación de empresarios y empleados, las dificultades de localización e infraestructura, y la complejidad para incorporar las innovaciones tecnológicas son, entre otros, aspectos que dificultan y limitan su desarrollo.
Aún reconociendo el valor del esfuerzo realizado por las administraciones públicas para favorecer el entorno de las mipymes, concretado en múltiples programas de ayuda financiera, es necesario continuar con acciones que mejoren su entorno burocrático, su organización interna y productiva, la inversión en intangibles y los acuerdos de cooperación que impulsen la innovación, como elementos imprescindibles para responder a los tres grandes retos a los que se enfrentan hoy en día: desarrollo tecnológico, globalización de los mercados e incertidumbre económica.
Bajo este contexto es imprescindible observar en dónde se encuentran y cómo perciben el entorno global. De esta forma, el estudio revela que las expectativas para 2012 en empleo y ventas resultan favorables en el tejido empresarial iberoamericano. Sólo 8.3% de las mil 989 mipymes encuestadas señalan que reducirán el empleo y únicamente 7% verán caer sus ventas a lo largo de 2012. En este sentido, 42.8% de las mipymes esperan aumentar el número de empleados y 68.3% mantiene la expectativa de incrementar las ventas.
Es interesante observar que dichas estimaciones se dan en un contexto de incertidumbre global, donde los países iberoamericanos son vulnerables a los vaivenes de la economía internacional.
Como parte de la conclusión expuesta en este estudio, se revela que los factores de éxito de las mipymes más competitivas son:
• Ser empresas medianas.
• Estar en el segmento de las más jóvenes.
• Son no familiares.
• Tienen un gerente con estudios universitarios.
• Realizan plan estratégico formal.
• Tienen mayores porcentajes de acuerdos de cooperación con otras empresas, especialmente en las áreas de logística e innovación y desarrollo (I+D)
• Siguen una estrategia exploradora.
• Tienen más diferenciados en sus estructuras organizativas las áreas de I+D, Recursos Humanos y Calidad.
• Por encima del resto, aplican de forma significativa todos los procesos de recursos humanos, destacando los de prevención de riesgos laborales, administración de personal, evaluación del desempeño, reclutamiento y selección y formación.
• Tienen una posición tecnológica fuerte.
• Son empresas con certificación de calidad o que están en proceso de certificación.
• Cuentan con un mayor número de áreas de innovación.
• Hacen un uso avanzado de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
• Tienen implantada la contabilidad de costos.
• Utilizan presupuestos de ingresos y gastos anuales.
• Hacen un mayor análisis de la situación económico y financiera.
Respecto a nuestro país, el número de mipimes se ha incrementado en los últimos diez años, lo cual hace apremiante elevar su nivel de competitividad y garantizar con ello la supervivencia de estas generadoras de empleo y riqueza.
Uno de los retos que enfrenta nuestra pequeña y mediana empresa es la apertura de posibilidades de exportación, tanto de productos como de servicios, pues el nivel actual en este rubro sólo es de 8%, razón por la cual es necesario introducir políticas activas de industrialización para que las empresas crezcan y exploren nuevos mercados.
Otros aspectos que las mipymes mexicanas deben fortalecer, son: planeación estratégica de operaciones en el largo plazo, innovación, estructura financiera y canales de financiamiento, éste último caracterizado por concentrarse en proveedores y recursos propios.
Autor José Antonio Quesada Palacios –http://www.eluniversal.com.mx/finanzas/97403.html
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