por Donald Trump.
Constantemente trata de ser el primero.
Muchas personas no son capaces de motivarse a sí mismas, no saben cómo moverse así mismas hacia una posición de éxito. Creo que el éxito comienza con tu actitud: Debes estar convencido de que tendrás éxito. Cuando crees que nada puede pararte, otros adoptarán tu punto de vista. Ellos te apoyarán, se subirán al tren, y contribuirán con tu éxito. Ellos te darán la ayuda que no le darían a quienes no crean en sí mismos. 
Aprende a proyectar una actitud ganadora, una confianza que inspire al éxito. Empieza por trabajar con tus procesos internos, por ejemplo, cómo saludar a cada día. Antes de salir de la cama, toma unos momentos para darle la bienvenida al día. Piensa las razones por las cuales hoy puede ser un día especial o importante para tu futuro. Dite en voz alta: “¡Qué gran día!” Piensa en cómo puedes hacer que cosas maravillosas pasen.
Mientras las ideas atraviesan tu mente, siente el entusiasmo que tu actitud positiva ha generado y la sonrisa en tu cara.
Te sorprenderá la energía que te hará sentir, esa energía te llevará a través del día y te ayudará a ser más feliz y más productivo.
De Donald Trump
Fuente http://escuelapararicos.net/haz-mas-siempre-haz-mas
Si te gustó el artículo y la temática del Blog por favor sería muy interesante para todos que nos dejes tu comentario.
Además, puedes recibir todos los artículos completos en tu buzón de e-mail ingresando tu dirección de correo en la opción de suscripción en la página principal. Tu dirección de e-mail solo se utilizará para mandarte la actualización del blog diariamente. Muchas gracias por acompañarnos.
Puedes encontrar más material relacionado al presente, en nuestro Blog Grandes Pymes http://jcvalda.wordpress.com
Me encantó este artículo!!! Sobre todo por su aplicación a cualquier ámbito no sólo empresarial, sino familiar, escolar, social. Hay quien dice que para ser príncipe primero hay que parecerlo. Por supuesto que el éxito primero lo visualizamos y con nuestra energía positiva lo materializamos. Nadie quiere un pésimista a su lado, o al menos yo no.