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Por รngel Ya estรก disponible con vรญdeo la entrevista que grabรฉ hace unos aรฑos con Marina Dรญaz, una de las primeras personas que conocรญ en este maravilloso mundo de Internet. Y como ya es costumbre, he aprovechado para recopilar las 7 ideas mรกs potentes que salieron durante aquella conversaciรณn y compartirlas contigo. (Marina, en caso de que no la conozcas, es psicรณloga clรญnica y mรกster en terapias contextuales y mindfulness; es la creadora de Psicosupervivencia y de varias formaciones que tienen como objetivo ayudarte a poner a tu mente de tu lado y pasar a la acciรณn; y tambiรฉn es la autora de la novela de ficciรณn โ€œEl arte de encontrarse por casualidadโ€)

Por Ángel

Ya está disponible con vídeo la entrevista que grabé hace unos años con Marina Díaz, una de las primeras personas que conocí en este maravilloso mundo de Internet. Y como ya es costumbre, he aprovechado para recopilar las 7 ideas más potentes que salieron durante aquella conversación y compartirlas contigo.

(Marina, en caso de que no la conozcas, es psicóloga clínica y máster en terapias contextuales y mindfulness; es la creadora de Psicosupervivencia y de varias formaciones que tienen como objetivo ayudarte a poner a tu mente de tu lado y pasar a la acción; y también es la autora de la novela de ficción “El arte de encontrarse por casualidad”)

¡Ahí van esas ideas!

1. En muchas ocasiones menos es más

Nuestras mentes funcionan de manera lineal. Piensas que estudiar 4 horas es mejor que estudiar 2, que acudir a 10 sesiones con el psicólogo es mejor que ir a 5, o que ir al gimnasio 6 veces a la semana es mejor que 4. Pero esto no siempre es cierto.

Si en vez de estudiar 4 horas, lo haces 3 y la otra la usas para descansar antes, tu cerebro estará más activo en esas tres horas de estudio y les sacará más provecho.

Si vas 10 sesiones al psicólogo pensarás que tienes tiempo de sobra para darle vueltas a tu cabeza, ya que tienes sesiones suficientes. Mientras que si solo tienes 5, desde el inicio irás más dispuesto a hacer avances rápidos.

Si vas al gimnasio 6 días seguidos, es posible que no le estés dando a tu cuerpo el suficiente descanso que necesita, y al final llegue a ser incluso contraproducente.

El razonamiento lineal de cuanto más mejor, no siempre se cumple. En muchas ocasiones, menos es más.

2. No intentes cambiar tus pensamientos, cambia la función que cumplen

Imagínate que te viene el pensamiento de que eres un mal trabajador. Lo normal es que tú mismo o un amigo te diga: “No es cierto, el mes pasado hiciste esto, y hace dos semanas un cliente te agradeció esto otro…” ¿Qué pasa cuando mantienes este tipo de conversación en tu mente? Que el pensamiento de “soy un mal trabajador” no desaparece, sino que vuelve.

Aquí, la metodología de ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso) da un paso atrás y se pregunta: “¿qué función cumple este pensamiento en mi vida?“ Es decir: ¿qué haces tú cuando este pensamiento aparece? Puede ser que te bloquees, que te sientas impotente, con falta de motivación… Sin embargo, si yo te dijera que ese pensamiento es algo que viene muy a menudo, que es muy común y que lo mejor que puedes hacer es decirle a tu mente es “oye, gracias por este pensamiento pero yo voy a seguir adelante”, y seguir con tu vida como si no pasara nada. Ahí tu relación con ese pensamiento cambia. Cuando vuelva a aparecer, el pensamiento es igual, pero la función que cumple es distinta porque tú haces algo diferente cuando el pensamiento viene.

3. Compararte con los demás es una decisión voluntaria

Cuando ves a alguien por delante de ti en la vida, tienes dos opciones:

La primera es chutarte una buena dosis de “comparina” y fijarte en todo en lo que esa persona es mejor que tú: en el estilo de vida que publica en sus redes sociales, en los datos de facturación que ha contado en alguna entrevista, en el destino al que se va de vacaciones… Incluso puedes intentar buscar cosas de su vida que no sean tan perfectas, para así compadecerte de que su vida en realidad no es tan buena.

La segunda opción que tienes es respirar y tomar consciencia de que ese impulso de compararnos con otras personas es natural y lo tenemos todos. Y darte cuenta de que en ese punto puedes seguir ahí, regocijándote en la comparación, o puedes seguir con lo que es importante para ti, ya sea tu proyecto, tu negocio, tu familia o lo que sea, e involucrarte en esas acciones significativas.

4. Antes de lanzarte a estudiar, aprende a estudiar

Si vas a enfrentarte a un examen o a unas oposiciones con un temario muy extenso, lo primero que debes hacer es aprender a estudiar. Es como el dicho de Abraham Lincoln: “dame 6 horas para cortar un árbol y pasaré 4 afilando el hacha”.

Por lo tanto, aunque tu impulso inicial sea meterte de cabeza a estudiar el temario y tengas la sensación de que eso es lo que tienes que hacer, es mejor tomarte un tiempo para determinar qué parte del temario es más prioritaria, ver en qué orden te conviene afrontar las lecciones… y en definitiva, para ver cómo puedes aprovechar lo mejor posible tus horas de estudio.

5. La felicidad está en sentirte satisfecho contigo mismo sin caer en la resignación de no querer mejorar

Una de las cosas que da felicidad es el estar en una atmósfera de crecimiento. Todos queremos crecer y evolucionar, es algo intrínseco en el ser humano. Ahora bien: ese crecimiento más útil y genera mayor bienestar si al mismo tiempo eres capaz de disfrutar momento a momento del proceso.

¿Y eso como se consigue? Pues la clave está en bajarle el volumen a toda la película que crea nuestra mente.

Al final, lo que nos genera insatisfacción es el no estar en el aquí y el ahora. El estar ausentes, absortos en preocupaciones por el pasado o por el futuro, y perdernos las pequeñas cosas. En vez de eso, lo que tenemos que hacer es bajar el volumen de esos pensamientos y prestar atención al momento presente, al mismo tiempo que nos involucramos en todas esas acciones que van orientadas hacia nuestros valores, que tienen un propósito y que crean en nuestra vida una atmósfera de crecimiento.

6. Nunca vas a poder tomar una decisión difícil con absoluta certeza

El error más común a la hora de tomar decisiones difíciles es pensar que para decidir tienes que sentir certeza absoluta sobre el resultado y estar completamente seguro de que lo que vas a hacer es lo correcto.

La realidad es que es imposible saberlo. Nunca vas a saber cuál es la mejor opción entre dos opciones con total certeza, a no ser que tengas una máquina del tiempo y puedas experimentar las consecuencias de ambas decisiones.

Con la información de la que dispones, lo único que puedes hacer es plantear una hipótesis y avanzar a pesar de la incertidumbre. Y es que las decisiones son complicadas precisamente por eso: porque todas las posibles opciones tienen sus pros y sus contras, y no está claro cuál es la mejor.

Entonces, sea cual sea la decisión que tomes, asume que la vas a tomar con incertidumbre, sin tener la certeza de que sea la correcta y con dudas en tu cabeza, porque es así como funciona esto.

7. Procrastinamos porque es más cómodo

Nuestro cerebro primitivo heredado de nuestros antepasados quiere que conservemos energía, que estemos cómodos. Procrastinar es una manera de patear esa incomodidad hacia adelante. Luego te la vas a volver a encontrar, porque la tarea sigue estando ahí, pero entonces la vuelves a patear, y es durante ese breve periodo de tiempo en que no sientes la incomodidad cuando piensas que la estrategia te está funcionando. Pero al final siempre te vuelve a alcanzar, y normalmente cada vez es peor. Sin embargo, como a corto plazo te funciona, lo sigues haciendo y se va retroalimentando en un círculo vicioso.

Para evitar la procrastinación sólo tienes que darte cuenta de que en el futuro no vas a tener más ganas, vas a seguir siendo el mismo tú enfrentándote a esa tarea. Y darte cuenta también de que es normal que estés experimentando esa resistencia ante esa incomodidad, porque es la forma en la que tu cerebro está entrenado a actuar.

Estas son solo algunas de las ideas que salieron durante mi entrevista con Marina sobre «Cómo evitar que tu mente acabe con tu vida», pero hay muchas más.

Así que, si en su momento la perdiste, o si simplemente te apetece recordar la multitud de enseñanzas que Marina compartió conmigo durante aquella conversación, puedes escucharla en formato podcast o verla en YouTube.

Fuente:  Vivir al Máximo. info@viviralmaximo.net

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