Por Francisco Alcaide
‘No busques la seguridad (la vida es incertidumbre), aumenta la confianza en ti mismo (capacidad de adaptación y salir adelante)’. Esta reflexión la dejaba hace unos días en mi cuenta de Instagram en la que apuntábamos que buscar la seguridad a toda costa sólo produce frustración: primero, porque la incertidumbre es enorme (pandemia, guerra, tipos de interés, inflación, volcán, inundaciones, fuegos…); y segundo, porque nadie te puede garantizar muchas cosas (que no te deje tu pareja, que un familiar tenga un accidente/enfermedad, que la empresa en la que trabajas quiebre…). Lo importante es desarrollar la confianza en uno mismo a través de:
1. UNA BUENA PREPARACIÓN.
El éxito en la vida consiste en tener opciones. Pongamos un ejemplo. Si tenemos una persona que no encuentra trabajo en España y decide irse al extranjero y sólo sabe hablar de idioma el español, se podrá ir a Latinoamérica. Pero si sabe alemán, también se podrá ir a Alemania. Tiene más recursos y, por tanto, más opciones. Y si sabe inglés, prácticamente se podrá ir a cualquier lugar del mundo. Esta persona tiene un problema [no encuentra trabajo] ¿cómo resuelve ese problema? Con recursos, con opciones. La preparación te da esas opciones. Cuanta mayor es la incertidumbre, mayor es la necesidad de estar preparados para contar con alternativas porque todo cambia más rápido. Como hemos dicho en muchas ocasiones: el éxito ama la preparación. Cuanto más estudias, cuanto más te formas, cuanta más experiencia tienes, cuanto más cultiva tu red de contactos… más probabilidades de salir adelante. Cuanto mejor eres, mejor te va en la vida. Es el lema detrás de Aprendiendo de los mejores (Alienta, 28ª edición): ‘Tu desarrollo personal es tu destino’. Cuanto más preparado estás, menos poder tiene el entorno y las circunstancias sobre ti. Cuanto más preparado, más seguridad (confianza) en uno mismo. 
2. UNA BUENA ACTITUD.
Una buena actitud tiene el poder de transformar cualquier acontecimiento. Una buena actitud te permite aprovecharte y sacar partido de cualquier situación. Una buena actitud lo cambia todo. Elegir nuestra actitud es nuestra gran libertad. Hay gente que ante las dificultades se hunde y hay gente que las utiliza como crisis de crecimiento y madurez. Una buena actitud no cambia las cosas sin más, pero si nos predispone a afrontar las cosas de mejor manera, y cuando las afrontas con mejor actitud, las cosas siempre mejoran. Cuando las circunstancias determinan tu estado de ánimo, te vuelves vulnerable y frágil. El estoicismo como filosofía de vida enseña mucho. Personajes como Epicteto, Marco Aurelio, Séneca (o en tiempos más recientes Ryan Holiday con El obstáculo es el camino) nos han enseñado que toda la filosofía estoica se basa en distinguir entre lo que puedo y lo que no puedo controlar. En cuanto a lo que puedo controlar, me pongo manos a la obra y hago lo que tengo que hacer; respecto a lo que no puedo controlar, lo acepto y lo aprovecho para desarrollar la virtud correspondiente. No sólo se trata de soportar las circunstancias, sino de sacar partido de ellas. Es el amor fati (amor al destino). En cualquier circunstancia se puede aprender y crecer si uno así lo decide. Por ejemplo, puede ser que vayas conduciendo y te encuentres en un atasco monumental. Entonces, puedes estallar y entrar en ansiedad o aprovecharlo para desarrollar la virtud del autocontrol y la paciencia. Otro ejemplo: puede ser que venga una pandemia y nos confinen, y entonces puedo entrar en depresión o aprovechar esa circunstancia para desarrollar la virtud de la resiliencia. Y así con todo: ¿Qué puedo hacer en esta circunstancia para crecer y sacar partido de ella?
3. UNAS BUENAS REDES DE APOYO.
Cuanto más dura es la vida, más importante son los apoyos para salir adelante. Las relaciones son una fuente de recursos cognitivos, emocionales, logísticos o de cualquier tipo. Con otros, la vida se hace más llevadera. Nadie lo sabe todo, nadie lo hace todo bien, nadie lo tiene todo… por eso, nos necesitamos los unos a los otros. Cuanto más extensa, profunda y variada sea tu red de contactos, mayor confianza (seguridad) tendrás en ti mismo, porque sabes que podrás tirar de ella si las cosas se ponen feas. Eso da tranquilidad. Pero como todo, nada es gratuito, y las redes apoyo hay que cultivarlas, trabajarlas y mimarlas. Las redes de apoyo se trabajan cuando no hace falta para que cuando haga falta trabajen para ti. Las redes de apoyo se basan en la generosidad, la confianza y la lealtad. Hace algún tiempo escribíamos los posts Tu red de contactos es la mejor expresión de quién eres y 7 palabras para un buen networking donde tratábamos este tema con más detalle. En la vida no es suficiente la inteligencia y el trabajo duro, necesitamos de los demás para llegar lejos y superar los contratiempos. Sólo con otros puedes convertirte en tu mejor versión. La novelista británica Elizabeth Jane Howard decía: «Llámalo clan, llámalo red de contactos, llámalo tribu, llámalo familia, llámalo como lo llames, seas quien seas, necesitas uno».
En definitiva, la confianza en uno mismo no significa que todo irá bien, sino que con independencia de lo que ocurra, uno siente que tiene las capacidades y recursos internos para gestionarlo, adaptarse y salir adelante. Con una buena preparación, actitud y equipo, las cosas acaban funcionando razonablemente bien.
Fuente: https://franciscoalcaide.com/blog-francisco-alcaide-2/343-no-busques-la-seguridad-aumenta-la-confianza-en-ti-mismo
