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El miedo a cometer errores en el trabajo.

Por Roberto García Muchas veces repetimos frases hechas como lo de «errar es humano» pero sin embargo, nos genera mucha culpa y frustración los errores. Y si hablamos de cometerlos en el trabajo, entonces se suma además el miedo y la vergüenza. Si una empresa vive en una cultura de castigo al error, se extenderá el miedo a cometer errores y se acabará generando un clima en el que nadie tomará riesgos ni querrá poner un pie fuera de su zona de confort por temor a las consecuencias que puede acarrear cualquier descuido y por consiguiente, la innovación se bloqueará totalmente.

Por Roberto García

Muchas veces repetimos frases hechas como lo de «errar es humano» pero sin embargo, nos genera mucha culpa y frustración los errores. Y si hablamos de cometerlos en el trabajo, entonces se suma además el miedo y la vergüenza. Si una empresa vive en una cultura de castigo al error, se extenderá el miedo a cometer errores y se acabará generando un clima en el que nadie tomará riesgos ni querrá poner un pie fuera de su zona de confort por temor a las consecuencias que puede acarrear cualquier descuido y por consiguiente, la innovación se bloqueará totalmente.

Otra de las frases hechas que se escuchan a menudo es el de “organizaciones ágiles”, cuyos principios son la necesidad de desarrollar equipos donde las personas confíen unas en otras, sin temor a equivocarse, favoreciendo la experimentación. Para ello, los equipos ágiles deben disponer de líderes colaborativos, no los que se limitan a dar órdenes, sino los que se encargan de sacar piedras del camino y aportan información para un trabajo efectivo.

Es verdad que en cómo se reacciona al error hay mucho de cultura de empresa, pero creo que en especial es una cuestión de personas. Si echo la vista atrás y pienso en los tres o cuatro mejores jefes que he tenido en mi vida laboral, me doy cuenta de que todos tenían una característica común: la tolerancia al error. Pero una tolerancia real, porque hay otros que intercalan un par de “no pasa nada, pero…”  entre medias de la buena bronca de 15 minutos que te están echando. Hay gente que reacciona fatal cuando otro comete un error como cuando el camarero te trae un café con leche cuando lo habías pedido solo, mientras que hay otros mucho más permisivos. Esas actitudes se trasladan también al ámbito laboral.

En el trabajo lo normal es estar unos días arriba y otros abajo, le pasa a todo el mundo. Un proyecto es un éxito hasta que aparece cualquier elemento exterior inesperado que lo echa abajo. Una nueva iniciativa sobre la que no hay una experiencia previa en la empresa puede funcionar bien o mal, o una persona puede generar un informe con cientos de datos económicos correctos y tener un error en una fórmula del Excel que conlleva que un dato preciso no sea preciso. Todo eso es lo natural, pero a veces, se da más importancia al 0,1% de información con errores que al 99,9% de información correcta.

También hay que saber qué errores suponen una pérdida importante en la organización y cuales son intrascendentes así que debemos tomar todas las precauciones posibles para no meter la pata en cuestiones trascendentes. No obstante, tener miedo a equivocarte en el trabajo significa tener miedo a aprender y tener miedo a hacer cualquier cosa que no hayas hecho mil veces anteriormente. Significa dedicar un tiempo excesivo a repasar y comprobar todo lo que haces, así como necesitar simular seguridad sobre temas que se desconocen. Además, muchos de los errores son relativos, es decir, lo que para unos está perfecto para otros tiene margen de mejora. O intereses contrapuestos, que se dan cuando lo que es bueno para tu departamento, supone un problema para otro equipo. O tomas de decisiones basadas en unos datos erróneos, decisión que habrías cambiado su hubieras tenido información de la que carecías… Así que a menudo ni siquiera está claro si has cometido un error o no.

Algunas empresas comprenden que la equivocación es el punto de partida del aprendizaje y motivan a que las personas, lejos de esconderse del error, logren aprender de él. Lo importante es entender lo que se ha hecho mal, las consecuencias de ello, tomar conciencia de cuál ha sido el problema y así reducir el riesgo de que vuelva a suceder. Decía William James, filósofo y psicólogo estadounidense, «eres tú, con tu forma de hablarte cuando te caes el que determina si te has caído en un bache o en una tumba«. Con los errores pasa igual, procuremos caer en baches y no en tumbas. Quien no se haya equivocado en el trabajo, que tire la primera piedra…

Fuente: https://balcon40.com/2023/09/03/el-miedo-a-cometer-errores-en-el-trabajo/

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