Por Francisco Alcaide Hernández
Por mi parte, añadía la siguiente reflexión:
«Hay que evitar a toda costa las experiencias negativas. Si te exiges demasiado desde el primer día, fracasarás y te frustrarás, y ello te llevará a abandonar. Si te marcas metas pequeñas y las cumples, te sentirás bien contigo mismo, y ello te animará a seguir adelante. Ese poco sin importancia unido a otro poco sin importancia más otro poco que parece insignificante se acabarán convirtiendo en mucho un día. No te precipites. El amanecer sólo llega pasada la noche».
Dicho de otra manera, si tienes miedo a hablar en público, tu primer speech no lo des en el Santiago Bernabéu, porque probablemente te pueda la ansiedad, salga mal y no quieras volver a saber nada del asunto. Subir peldaños de dos en dos nos vuelve inseguros. Se trata de subir peldaño a peldaño de la escalera.Fíjate como reto hablar en un pequeño evento: reunión familiar, asociación de padres, club de amigos… lo que sea; un evento en el que haya pocos asistentes. Prepárate (la preparación hace de efecto placebo de los nervios) y asume el reto. A partir de ahí ve asumiendo el reto en grupos más grandes. De lo que se trata es de ir ganando seguridad. Lo importante es dar un primer paso, porque dando ese primer paso, ya estás más avanzado que si no haces nada.
El éxito alimenta la autoestima, y un pequeño éxito te lleva a abordar retos más grandes: no importa si das pasos pequeños mientras sean en la dirección correcta. Lo importante no es la velocidad sino la dirección.
Tal vez esta estrategia te parezca poco glamourosa, poco cool, y así es, por eso mucha gente prefiere no hacer nada, porque el éxito siempre está unido a dos variables que van de la mano: constancia y paciencia. Semanas atrás, en el post Una de las claves del éxito es empezar pronto, hablábamos precisamente de ello. Porque cuanto antes empieces, más margen de tiempo tienes por delante. A medida que uno tiene más edad, menos dispuesto está a esperar para alcanzar sus metas. El tiempo corre en contra; el tiempo se echa encima. Pero hay que tenerlo en cuenta: si uno no hizo los deberes cuando debería, hay que hacerlos ahora. Cada uno decide si paga el precio o no.
Un gran éxito no es otra cosa que la suma de muchos pequeños éxitos, los éxitos de cada día. Hacer lo mejor en cada momento construye el futuro que añoramos. El futuro no existe, es sólo un resultado, el resultado del sumatorio de lo que hacemos todos los días. Will Smith, el actor de Hollywood también incluido en Aprendiendo de los mejores, lo expresaba magistralmente con esta reflexión:
«Jamás digas que hay algo que no puedes hacer. No se trata de construir la pared más grande e impresionante de un día para otro. Pon un ladrillo cada vez. Di: ‘Voy a poner este ladrillo tan perfectamente como un ladrillo puede ponerse’. Y si lo haces todos los días, pronto tendrás una gran pared e impresionante».
Y también otra de Robert H. Schuller:
Tú decides si decides construir tu pared, ladrillo a ladrillo, o prefieres pegar el pelotazo. La experiencia dice que cuando uno quiere saltarse pasos, siempre tiene que volver al punto de partida.