Por María Jesús
Es verdad que muchas veces nosotros somos nuestros peores enemigos. Nadie nos enseñó cuando éramos pequeños a amarnos.
Es curioso que las cosas más importantes de la vida no se enseñen a la mayoría de los seres humanos. Solamente unos pocos privilegiados han tenido la suerte de conocer a alguien que les enseñó a vivir de verdad, a conocerse, a amarse, y por tanto a tener las herramientas necesarias para ser feliz.
Eso se aprende. Y ahora que somos adultos no tenemos excusa. Ahora se supone que tenemos la madurez y la libertad necesarias para elegir. ¿Qué hacemos? Elegimos ser unos desgraciados, unos enfermos y un lastre para la sociedad, o al contrario elegimos ser felices, ser sanos y útiles a los demás, ser solución y no problema.
Por supuesto es mucho más cómoda la primera opción. No hacer ningún esfuerzo, quejarse de todo y permanecer en estado parasitario esperando que vengan los demás a solucionar nuestros problemas.
¿Por qué no elegimos profundizar en nuestro interior, conocer nuestras emociones, aprender a manejarlas? ¿Por qué no leemos más libros de gente que sabe ser feliz, en vez de literatura basura que no nos aporta nada?
¿Por qué no buscamos el silencio para encontrarnos con nosotros mismos y quitarnos la máscara que llevamos puesta?
¿Por qué no comemos alimentos sanos que no nos hagan enfermar? ¿Por qué no dejamos ya de una vez por todas nuestras adicciones?
Si nosotros no nos queremos, todo lo que consumiremos será basura: comida basura, literatura basura, música basura, películas basura.
Pero nos merecemos algo más que eso. Dejemos ya este suicidio inconsciente. Aprendamos a vivir.
Fuente: https://escuelapararicos.net/aprender-a-ser-feliz/