por Francisco Alcaide
Hace unos días impartiendo una conferencia en la Convención de Sales & Marketing de ALCON en San Cugat (ESADE), hablábamos de cómo el mundo ha cambiado, y lo que va a cambiar aún más en los próximos años porque los cambios son cada vez más vertiginosos.
Además, vivimos tiempos convulsos en todos los órdenes: políticos, empresariales, medioambientales o financieros, entre otros. No hemos salido de una y ya nos hemos metido en otra. Dicho de otra manera: 
«La incertidumbre y la complejidad se han convertido en normalidad»
En este contexto, ¿qué es importante hoy día? Apuntamos sólo 6 ideas clave:
1. ADAPTABILIDAD: Aprendizaje continuo.
Según Iberinform (Noviembre, 2024) «el 44% de las empresas creadas en 2019 ya no existe», y «el 71% de las que nacieron en 2007, el año previo a la gran recesión global del siglo XXI, también ha desaparecido».
Todo tiene una fecha de caducidad más corta: ideas, productos, servicios, puestos de trabajo y empresas. En 1950, los conocimientos médicos tardaban cincuenta años en duplicarse; en 1980, eran cada siete años; y en 2010, cada cinco años. Por eso, la adaptabilidad es la palabra más importante en el mundo en el que vivimos; y la adaptabilidad está asociada a la learnability, la capacidad de aprendizaje continuo. Hoy día: quien no mejora, empeora; quien no avanza, retrocede. No hay término medio.
Hace unos días, Isidre Fainé, presidente de la Fundación La Caixa, con motivo del Congreso CEDE en A Coruña, decía: «Tengo más de 80 años y sigo aprendiendo como cuando tenía 13 años y empecé a trabajar». Sobran las palabras. Ésa es la actitud adecuada. Como señalaba cierta vez Richard Branson, uno de los personajes de Aprendiendo de los mejores (Alienta, 32ª edición): «Cada historia de éxito es una historia de constante adaptación, revisión y cambio». Las 3 L’s −el Life-Long Learning− es una necesidad imperiosa. La única forma de competir con éxito hoy día es estar en ‘beta permanente’. Si te relajas, pierdes.
2. RESILIENCIA: la importancia de la agilidad emocional.
Si todo dura menos (productos, servicios, empresas, puestos de trabajo, matrimonios, relaciones…), quiere decir que hay que ser mentalmente fuertes. Los finales casi nunca son agradables. Cuando algo se acaba, habitualmente es porque no se ha tenido la capacidad de darle continuidad, por el motivo que sea, ya sea por factores exógenos o endógenos. El caso es que hay que apretar los dientes, tirar hacia delante y aguantar. No queda otra.
La agilidad empresarial que domina el entorno actual debe ir acompañada de la agilidad emocional o el estrés, la ansiedad y la depresión son inevitables. ¿Qué explica que haya actualmente tantos problemas de salud mental? Precisamente eso, el vernos desbordados por los acontecimientos. Según el Índice de Bienestar Global de Bupa 2022 realizado entre 2.400 líderes de 8 países, el 89% de los entrevistados había experimentado síntomas de mala salud mental en los últimos 12 meses.
La ‘agilidad emocional’ trata de cómo podemos mantener una relación sana con nuestras emociones para poder sacar lo mejor de nosotros. Lo contrario, la ‘rigidez emocional’, es cuando nuestros pensamientos, emociones y recuerdos nos bloquean y nos dirigen, llevándonos a actuar de una manera negligente. Cada vez más estudios demuestran cómo la ‘rigidez emocional’ está asociada a problemas psicológicos como la depresión o la ansiedad.
3. FOCO: Gestión de la atención.
En una ‘cultura de conectividad’ y ‘culpa virtual’, la atención es el activo más valioso. Las personas de éxito convergen en un punto: son personas con una gran capacidad de concentración.
Tu capacidad de producir y avanzar depende de tu capacidad de estar concentrado. Existe una correlación directa entre concentración y rendimiento. Y la mejor práctica para ello es evitar al máximo las interrupciones; esto es, eliminar, limitar o desactivar todo aquello que pueda interferir en nuestra concentración. La clave está en crear ‘espacios’ y ‘tiempos’ de aislamiento donde nada ni nadie te moleste, respetarlos tú y hacérselo saber también a los demás para que los respeten.
El FOMO (Fear Of Missing Out / Miedo a perderse algo) es hoy día algo que domina a muchas personas y que hay que mantener a raya para no perder tiempo, energía y oportunidades. Como apunta Daniel Goleman, autor de Focus: Desarrollar la atención para alcanzar la excelencia: «En un océano de distracciones quien sabe estar atento triunfa».
4. FISCALIDAD: Optimización del gasto.
Saber de fiscalidad es importante, porque al final lo relevante no es lo que una persona gana (ingresos) sino lo que se lleva al bolsillo (ingresos menos impuestos). Saber pagar una menor factura fiscal repercute en nuestro bolsillo, pero son pocas las personas que saben de fiscalidad y mucho menos aun las que saben de fiscalidad internacional.
Esto siempre ha sido importante, pero hoy día lo es mucho más (muchísimo más). ¿Por qué? Porque los Estados tienen grandes déficits que financian con deuda que a día de hoy está en máximos históricos, y para poder pagar esa deuda tienen que recaudar más. La presión fiscal durante los próximos años va a ser asfixiante. La única forma de gestionarlo es anticipándose y tomando medidas ex ante para optimizar la factura fiscal, o el bolsillo estará cada vez más vacío.
5. INVERSIONES: mantener el poder adquisitivo.
Si no inviertes, ya has perdido. Hemos visto como durante los últimos años la inflación se ha desbocado, y el nivel de precios está por las nubes. Eso quiere decir que cada año cada euro vale menos. Hay una pérdida de poder adquisitivo importante. La única forma de evitarlo es conseguir que nuestros ahorros crezcan, al menos, al mismo nivel que lo hace la inflación, y a poder ser, sacar un extra. Ahorrar sin invertir no es ahorrar, es almacenar. Saber de inversiones no es una posibilidad, es una necesidad.
Por otro lado, hay que estar atentos a las criptomonedas (Bitcoin y otras) con vistas a largo plazo, ya que a diferencia de las monedas FIAT (dinero no respaldado por una mercancía, como las reservas de oro antiguamente), lo que buscan es preservar su valor sin pérdida de poder adquisitivo. Hace unas días el Bitcoin superaba la barrera de los 100.000 dólares , el gobierno de Donald Trump tras su reelección ha hecho promesas legislativas favorables a las cripto y el gobierno de Nayib Bukele en El Salvador fue el primer país del mundo en adoptar el Bitcoin como divisa de curso legal acumulando reservas importantes que hasta la fecha dan unas plusvalías latentes jugosas.
6. ÉTICA: los buenos negocios son negocios éticos.
Un modelo empresarial que se basa en el engaño está condenado a fallar. La excelencia ética no es una posibilidad, sino una necesidad. La historia está repleta de casos en los que la falta ética ha dejado muchos negocios por el camino. Por citar algunos recientes: Lehman Brothers, Enron, Worldcom, Freddie Mac y Fannie Mae, Bernie Madoff… Todo lo que se construye sobre materiales frágiles, antes o después, se viene abajo; o con palabras de Ortega y Gasset: «Toda verdad ignorada prepara su venganza».
El mundo de la empresa se basa en hacer buenos negocios y negocios buenos. La ética (el esfuerzo por obrar bien) siempre ha sido importante, pero hoy día lo es aún más porque todo se sabe más y más rápido. Engañar es más complicado que nunca. Un líder se guía por la ética, consciente de que actuar bien o mal tiene consecuencias. Sin ética no hay liderazgo: un líder que no es ético no es un líder.
En definitiva, y como dejaba hace unos días en mi cuenta de Instagram citando a Peter Drucker:
«En tiempos turbulentos el mayor peligro no es la turbulencia sino actuar con la misma lógica de antes».
Los cambios traen oportunidades, pero también incomodidades. ¿Dónde está la clave? En tener la flexibilidad y la agilidad necesarias para adaptarse a las circunstancias según van variando.
Fuente: https://franciscoalcaide.com/blog-francisco-alcaide-2/375-lo-que-hoy-importa
