Cuando se habla de búsqueda de talento es cada vez más frecuente que reclutadores y cabezas de equipos refieran una coyuntura de alta rotación y escasez de recursos. Hay muchas razones de época por las cuales se complica armar grupos estables, constantes y comprometidos. Sin embargo, algunas metodologías pueden cambiar esta realidad…
Existe una expresión actual de la cual se habla mucho en los ámbitos que trabajan el liderazgo. Se trata de la milla extra, un juego de palabras que refiere a situaciones en las cuales los colaboradores aportan más de su obligación y por su propia voluntad. Se trata de una dedicación hacia el trabajo de manera espontánea aun cuando nadie se los exige.
Al respecto de esta idea existen posturas a favor y en contra. De hecho, esta cultura empresarial puede ser controversial si no se asegura un ambiente de resguardo en relación a la salud mental a la exigencia. Por eso, es importante remarcar cuales son los métodos y las políticas corporativas que se ponen en marcha para incentivar a “ponerse la camiseta”.
Pero ¿De qué hablamos cuando decimos milla extra? ¿Cuáles son las razones para que alguien desee trabajar más de lo que marca el acuerdo establecido? ¿Qué ventajas perciben quienes deciden redoblar sus esfuerzos? ¿Porque son capaces de generar este valor agregado más allá de sus responsabilidades?
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Lo primero que hay que decir sobre el significado de milla extra es que no todo es una cuestión de tiempo. Quedarse más horas en la oficina o extender el tiempo de conexión en el caso del teletrabajo siempre implica ofrecer un plus. Por el contrario, la frase menos es más puede resumir muy bien este concepto. A veces los gestos de altruismo laboral van más de la mano de la actitud que del esfuerzo.
Según los expertos, las personas que se apegan a ofrecer algo más de lo pactado aman su trabajo. Este sentimiento es tan profundo que, incluso, lo harían gratis si no necesitasen el dinero. Desde luego, en esta conversación no está en tela de juicio la legitimidad de la remuneración. Por el contrario, se trata de ponderar la predisposición de aquellos que no sólo consideran al salario como ganancia por su mano de obra.
Por otra parte, del lado de los empleadores, existe una intención de fomentar la milla extra en quienes todavía no han demostrado esta iniciativa de forma espontánea.
Para eso, hay algunas recomendaciones de especialistas en motivación y liderazgo que se pueden tener en cuenta y comenzar a poner en práctica:
-Valorar la colaboración: Poner en palabras el reconocimiento es un gesto que genera mucha motivación
-Evitar las comparaciones: Crear enfrentamientos y rivalidades es negativo para la creación de equipos bien predispuestos
-Apostar a lo colectivo: El sentimiento de pertenencia en la gran mayoría de los casos conlleva compromiso y, con ello, más y mejor dedicación
-Sistemas de compensaciones: Brindar beneficios como retribución a cada uno de los esfuerzos mantiene el entusiasmo encendido de forma constante
Un líder positivo busca estrategias para empatizar con el equipo
El valor de un líder positivo
Sin dudas, en la cuestión de la milla extra, el rol de los y las referentes es clave. En principio, la noción de predicar con el ejemplo es un punto a tener en cuenta. Es muy difícil imaginar un ámbito laboral en el cual exista abundancia de energía sin un líder positivo. El efecto contagio y la confianza en las cabezas de los equipos son fundamentales.
Otro tema a considerar es la comunicación interna. Muchas veces las personas no se suman a una causa tan solo porque no conocen en profundidad los detalles. Contar la historia de un proyecto y los motivos explícitos por los cuales es importante el rol de los colaboradores pueden ser grandes disparadores.
Hay otro factor que jefes y superiores deberían rescatar: La capacitación. Este punto es trascendental para todos, pero mucho más para los nuevos talentos y las personas más jóvenes. En la historia de una persona, el espacio en el cual aprendió un oficio, o allí a dónde conoció los secretos para ejercer una profesión, es, en definitiva, inolvidable. La sensación de gratitud que se obtiene a cambio puede crear un mecanismo muy nutritivo para ambas partes.
Finalmente, la escucha activa pone en funcionamiento muchos circuitos que pueden conducir a empleados y empleadas a ofrecer la milla extra. Conocer las necesidades del personal es el camino para resolver micro conflictos y sortear obstáculos cotidianos. En este tema, como en tantos otros de las relaciones humanas, el diálogo puede encender los milagros más inesperados.
Fuente: https://documento.errepar.com/actualidad/milla-extra-trabajo-en-equipo