por Alvaro Rattinger
Para entender al consumidor es indispensable ver lo que consume. En mi profesiรณn es esencial ver las seรฑales para entender la direcciรณn que el mercado y las estrategias tomarรกn en los prรณximos aรฑos. No se trata de una ciencia exacta, se trata mรกs de una pincelada de comportamientos que de una ruta definida. Un lugar interesante para comprender el sentimiento del consumidor es el contenido en internet. Una mirada a Medium, Google Discovery o Flipboard โsin mencionar Tik Tok o Youtubeโ nos darรก una idea del tipo de mensajes que absorben los consumidores. Hoy parece que la visiรณn en el continente es mรกs pesimista o negacionista que positiva.
Hablo de negacionismo ya que veo con preocupaciรณn cรณmo los lรญderes del continente se han apartado de la responsabilidad de sus actos. El presidente de Mรฉxico puede simplemente negar un reportaje periodรญstico y decir โno es ciertoโ sin prestar ninguna prueba al respecto. Dirรกn lo que quieran, pero al menos en el sexenio anterior recibimos una disculpa por la compra de la casa blanca, claro tampoco hubo mayor consecuencia pero al menos una pantomima de arrepentimiento. En Estados Unidos, Donald Trump es declarado culpable en un caso de acoso sexual y sus seguidores lo aclaman horas despuรฉs. Estos dos casos solo demuestran que negar cualquier realidad resulta mรกs prรกctico que enfrentar la responsabilidad, sea cual sea. 
El consumidor se ha vuelto mรกs pesimista, tal vez porque comienza a ver que la distracciรณn en temas polรญticos le ha costado el patrimonio, el trabajo, la familia o todos los anteriores. El nivel de conflicto social es mayรบsculo, no solo en las escuelas de los Estados Unidos se ven masacres, en los centros comerciales es cada vez mรกs comรบn tener tiroteos y en Mรฉxico, el nรบmero de muertos por temas de violencia parece subir sin que haya mayor rรฉplica gubernamental.
Los temas que mรกs llaman la atenciรณn en la conciencia colectiva estรกn ligados a la lucha de clases. Peter Shanosky, autor en Marker, divide la sociedad en tres grupos: la nobleza, la clase mercantil y la plebe. La nobleza, o el 5% superior de la sociedad, tiene un nivel de vida privilegiado y no tiene que preocuparse por las necesidades bรกsicas. La clase mercantil es aquella que gana lo suficiente para no preocuparse por sus necesidades bรกsicas, pero no tiene el poder adquisitivo ilimitado de la nobleza. Finalmente, la plebe es la clase trabajadora, pobre y trabajadora pobre que lucha para cubrir sus necesidades bรกsicas y carece de poder adquisitivo discrecional. La visiรณn que bien podrรญa ser parte de una pelรญcula distรณpica hace una dรฉcada se ha normalizado a tal grado que no llama la atenciรณn. En las redes sociales, las imรกgenes de personas en yates o aviones privados reciben la admiraciรณn casi inmediata. Voltaire lo expresรณ como si tuviera cuenta de Instagram: โEl confort de los ricos depende de una abundante oferta de pobresโ.
Otra preocupaciรณn importante es el futuro del empleo expresado en dos frentes: el primero estรก en la profesiรณn y el segundo en el lugar fรญsico del trabajo. El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) estรก cambiando el mundo laboral y cรณmo el modelo de empresa tradicional estรก evolucionando hacia un modelo de red. Este cambio puede resultar en menos empleados contratados y mรกs trabajo por contrato. En lugar de centrarse en los trabajos que pueden ser automatizados, debemos centrarnos en las habilidades y la creatividad humana que complementan a la IA. El futuro mรกs prometedor -hasta el momento- parece ser la economรญa creativa como una forma para que las personas usen sus habilidades y pasiones รบnicas para crear valor para ellos mismos y para los demรกs.
En ese orden de ideas, la ubicaciรณn fรญsica del trabajo tambiรฉn es parte de las preocupaciones del consumidor. Muchas empresas han terminado por abolir el gran experimento de trabajo en casa. El nรบmero de reportes por abuso de confianza y trabajo pagado que no rindiรณ frutos se contrapone con la preocupaciรณn de los trabajadores por perder calidad de vida. Ya lo escribรญ en textos previos, la revoluciรณn industrial trajo un incremento global de la productividad e innovaciรณn y de la mano, deshumanizaciรณn y guerras.
Las marcas deben tener cuidado de no entrar en los espacios que he descrito. Sรณlo deben involucrarse si realmente pueden producir un cambio. Por ejemplo, Amazon ha invertido fuertemente en la calidad del trabajo y educaciรณn de sus empleados. El retorno a las oficinas en Seattle ha sido descrito por autores como Colin OโDonnell como un rescate para zonas de esa ciudad. Pero si una empresa invierte en la mejora de calidad de vida de sus consumidores sรณlo como un maquillaje, la revancha podrรก ser muy grave.
Despuรฉs de analizar la tendencia global del pesimismo, es evidente que estamos viviendo en un momento en el que la negaciรณn de la realidad se ha vuelto mรกs prรกctica que asumir la responsabilidad de nuestros actos. La sociedad se ha vuelto mรกs pesimista debido a la falta de responsabilidad de nuestros lรญderes y a los crecientes problemas sociales, como la violencia y la falta de oportunidades laborales. Ademรกs, la creciente automatizaciรณn del trabajo ha llevado a una preocupaciรณn por el futuro del empleo, lo que ha llevado a las empresas a reevaluar el trabajo remoto y la calidad de vida de sus empleados. En general, las marcas deben ser cuidadosas al involucrarse en estos temas y solo hacerlo si realmente pueden producir un cambio positivo y no como un maquillaje para mejorar su imagen pรบblica.
Fuente: https://www.merca20.com/el-pesimismo-y-los-consumidores-como-las-marcas-pueden-marcar-la-diferencia-en-tiempos-dificiles/
