por Jennifer Delgado Suarez
La comunicación es como un río. A veces fluye y otras veces se estanca. A veces nos encontramos a personas que no quieren entrar en razón, intentan manipularnos o vulneran nuestros derechos fundamentales. En esos casos, es fácil caer en la frustración o explotar por la ira. La técnica del disco rayado es una solución asertiva que nos permitirá dejar clara nuestra postura y expresar nuestra demanda sin perder los nervios en el intento.
¿Qué es la técnica del disco rayado?
La técnica del disco rayado es un enfoque que se utiliza a menudo en los programas de habilidades sociales para fomentar las competencias comunicativas ya que es sencilla de aplicar y nos ayuda a dar una respuesta firme y clara. También conocida como la técnica del disco roto, fue creada por Manuel J. Smith en su libro “Cuando digo no, me siento culpable”. 
El nombre de la técnica proviene precisamente de aquellos días en que se usaban los discos de vinilo para escuchar música. Cuando un disco se rayaba, era habitual que se repitiera la misma frase, una y otra vez.
La técnica del disco rayado consiste precisamente en imitar esta repetición en situaciones en las que necesitamos dejar clara nuestra postura o no queremos que nuestro interlocutor se desvíe del asunto que nos interesa abordar.
Los beneficios de esta técnica asertiva
- Refuerza nuestro mensaje. El principal beneficio de la técnica del disco rayado es que refuerza nuestro mensaje en la mente de nuestro interlocutor. Siempre que no mostremos una actitud agresiva, repetir nuestra idea o demanda permitirá que la persona capte nuestra postura sin sentirse amenazada.
- Evita el ruido en la comunicación. Muchas discusiones llegan a un punto muerto porque se alejan del tema principal, convirtiéndose en un fuego cruzado de reproches. Con la técnica del disco rayado eso no ocurre porque te mantienes apegado a la idea que quieres hacer valer. No te vas por las ramas ni permites que la conversación tome otro rumbo.
- Aumenta las probabilidades de lograr tu objetivo. La técnica del disco rayado va directo al grano, su mensaje es claro y conciso, por lo que la otra persona comprenderá que estamos seguros de lo que queremos y de nuestra postura. A la larga, eso aumentará las probabilidades de que ceda a nuestra demanda o entre en razón.
¿Cuándo usar la técnica del disco rayado – y cuándo es contraproducente?
La técnica del disco roto suele ser bastante eficaz cuando nos encontramos en situaciones formales, como en un entorno laboral, cuando debemos hacer trámites o nos relacionamos con personas que conocemos poco. No obstante, también puede ser útil en entornos más íntimos, tanto en la relación de pareja como a la hora de lidiar con los niños.
En sentido general, podemos aplicar esta técnica asertiva cuando:
- Nuestra petición es razonable
- Queremos dejar claro que vamos en serio y no tenemos intención de ceder
- Deseamos reforzar nuestra postura de manera amable y cortés, sin intención de discutir
- Están vulnerando nuestros derechos
- Nuestro interlocutor intenta atacarnos verbalmente o desvirtuar la conversación
- Una persona intenta manipularnos o asumir una postura de poder
- Nuestro interlocutor no quiere escuchar, es olvidadizo o desorganizado
La técnica del disco rayado tiene como objetivo evitar el conflicto y las discusiones, aclarando nuestra postura y expectativas. Sin embargo, no es todopoderosa y hay ocasiones en las que incluso puede ser contraproducente, como cuando no tenemos razón o nuestra petición es irracional ya que en ese caso solo demuestra rigidez y empecinamiento. Tampoco suele ser útil cuando la otra persona no está dispuesta a ceder o dialogar pues nos conduciría a un bucle infinito.
¿Cómo aplicar la técnica del disco rayado paso a paso?
Aunque la premisa de esta técnica es sencilla, para usarla adecuadamente y aumentar su eficacia es importante tener en cuenta algunos detalles:
- Resume tu postura o exigencia en una afirmación corta que puedas repetir a lo largo de la conversación.
- No cambies esa declaración de ninguna manera, mantén la coherencia para reforzar el mensaje.
- Intenta mantener el mismo tono y volumen de voz, recuerda que cambios sutiles pueden transmitir la impresión de que te estás frustrando o dudando.
- Intenta mantener la calma, de manera que tu afirmación y actitud no parezcan agresivas o amenazantes. Recuerda que tu objetivo no es intimidar al otro sino convencerle.
- Valida el mensaje de tu interlocutor repitiendo sus palabras. Así se sentirá escuchado, pero no cedas y añade tu exigencia.
Por ejemplo, puedes comenzar diciendo: “No podré trabajar hasta tarde esta noche” o “Este producto está dañado y quiero un reembolso”.
Cuando tu interlocutor exprese su argumento, debes validarlo y repetir tu postura: “Entiendo que estás bajo mucha presión, pero aún así no podré trabajar esta noche” o “Entiendo que no me ha vendido directamente este producto, pero está dañado y quiero un reembolso”.
Si la persona intenta irse por las ramas, simplemente repite tu afirmación: “Eso no es relevante para el problema, realmente quiero…”. No permitas que las técnicas de distracción del otro te confundan llevándote por otro camino.
De hecho, es importante que no introduzcas más información irrelevante ni inventes excusas porque podría ser confuso para la otra persona. Puedes ofrecer una explicación más adelante, pero solo cuando hayas expresado tu punto de vista o exigencia y estés seguro de que tu interlocutor lo ha escuchado y entendido.
En caso de que surja un problema secundario importante relacionado con el tema principal, puedes reconocerlo pero manteniéndote firme en tu postura diciendo: “Estoy dispuesto a abordar ese problema tan pronto como resolvamos esto. Demos un paso a la vez”.
Por último, recuerda que cuanto más repitas tu idea, más se consolidará en la mente de tu interlocutor, de manera que comprenderá que no puede hacerte cambiar de opinión con argumentos irrelevantes o que no eres susceptible a la manipulación.
Fuente: https://rinconpsicologia.com/tecnica-disco-rayado-roto-asertiva/
