por Antonio Peñalver
• Influyen especialmente en el alineamiento de las personas con la estrategia;
• Ayudan al desarrollo de los principales factores de negocio
• Hacen que se obtengan mayores niveles de rendimiento
• Ayudan a que la productividad pueda crecer por encima del 50%
• Se obtienen mayores beneficios, mejores flujos de caja y mejor valor de la compañías en el mercado
• Facilitan el desarrollo de la cultura organizativa
• Permiten maximizar al capital humano, en términos cualitativos y cuantitativos
• Influyen en clarificar la comunicación
En base a mi experiencia en este campo en numerosas y significativas organizaciones, los sistemas de gestión del desempeño también ofrecen otros beneficios a las organizaciones:
• Favorecen una mejor calidad directiva. En realidad, promueven el desarrollo de los estilos directivos que se han demostrado son eficaces a largo plazo, como el relacional, el orientativo, el participativo y el desarrollador.
• Aportan información de calidad para la gestión del capital humano. Por ejemplo, para su incorporación o para su segmentación y tratamiento diferenciado. En mi experiencia, la información directa y cruzada que aporta estos sistemas es muy valorada por los comité de dirección.
Pero no todo es de color de rosa. Los sistemas de gestión del desempeño han de salvar ciertas resistencias por parte de muchos de los colectivos claves de las organizaciones:
• Los mandos han de asumir que han de dedicar tiempo a sus colaboradores y no solo en un momento dado –al principio o final del ejercicio-, sino a lo largo de todo el año.
• Los empleados han de asumir que tienen que ceñirse a unos retos formalmente establecidos y que puedan ser reconocidos en positivo o para mejorar por sus resultados.
• Los sindicatos han de asumir que se abre un canal directo de relación entre los empleados y sus responsables directo, al margen de ellos.
• Los profesionales de recursos humanos han de aceptar que son los directivos y mandos intermedios los principales directores de recursos humanos.
Los sistemas de gestión del desempeño aportan muchísimo más beneficios que perjuicios a las organizaciones y sus miembros.
Es por ello por lo que los sistemas de gestión del desempeño no sean una moda.
Estos sistemas están implantados en casi todas las organizaciones de éxito, planteando, -si no lo han hecho ya-, expandirlos paulatinamente a la mayoría de sus colectivos. Y cada vez, son más organizaciones que los implantan
Claves del éxito de los sistemas de Gestión del Desempeño
Lo cierto es que el desarrollo de este tipo de sistemas requiere de tiempo para que se implanten con éxito en las organizaciones, utilizando una continua pedagogía organizativa y adaptándose permanentemente a las circunstancias cambiantes de las organizaciones.
Son muchas y complementarias las vías para favorecer el desarrollo con éxito de los sistemas de gestión del desempeño. Veamos algunas de ellas:
• Favorecer la autoevaluación del empleado con el fin de facilitar la reflexión y el dialogo franco entre responsable y colaborador.
• Disponer de una sólida aplicación informáticapara el soporte del sistema y su administración.
• Asociar un conjunto de acciones de comunicación que sensibilice positivamente, pero de forma realista, a todas las personas implicadas, en base a la información continua sobre los beneficios que les aporta (a ellos y la organización).
• Desarrollar un programa continuo de formaciónpara mandos y colaboradores para que quieran involucrase, sepan gestionar el sistema y desarrollen las habilidades claves de conversación. Esta acción formativa, ha de formar parte de proceso de formación continua de los trabajadores.
• Integrar esta herramienta con el resto de los procesos críticos de recursos humanos: selección, compensación, formación y desarrollo.
• Realizar una implantación secuenciada del sistema en distintas fases, facilitando al máximo el uso del sistema, principalmente, en sus primeros pasos.
• Auditar periódicamente de forma cuantitativa y cualitativa el sistema, efectuando de forma continua los cambios necesarios para adaptarlo a la realidad organizativa y las expectativas de los empleados.