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Empresa familiar: ¿Cuándo es necesario un mediador externo?
¿Por qué es tan difícil delegar?

Empresa familiar: ¿Cuándo es necesario un mediador externo?

Por Estrella Flores-Carretero – Los conflictos son inherentes a toda organización, y las empresas familiares no son ajenas a ellos. Por un lado, tienen la ventaja de la flexibilidad, la unión por un proyecto común, el afecto entre sus miembros. Pero, por otro, pueden sufrir problemas propios, como son la falta de profesionalización, los choques generacionales, el nepotismo, y el resentimiento. Según el Instituto de la Empresa Familiar, el 89 por ciento de las empresas españolas son familiares; este tipo de organizaciones crean el 67 por ciento del empleo y su peso en la actividad económica equivale al 57 por ciento del PIB del sector primario. En Latinoamérica, el porcentaje se eleva al 90 por ciento, son responsables de 70 por ciento del PIB de sus respectivos países y posibilitan el 70 por ciento del empleo. Esto da una idea de la importancia de resolver los conflictos que, inevitablemente, surgen en las empresas familiares igual que en cualquier otra, pero que, a menudo, se gestionan peor precisamente por la cercanía de sus miembros. Algunas pautas para gestionar los conflictos en la empresa familiar: Anticiparse. Cuando se constituye una empresa familiar, hay que saber anticiparse a los conflictos que vendrán, con toda seguridad, y no esperar a que se presenten para resolverlos. Esto significa que hay que crear una organización con todos los mecanismos empresariales en cuanto a administración, reparto de tareas, asignación de sueldos, sucesión, control de productividad, etc.
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