Por Francisco Alcaide Hernández
1. ORIENTACIÓN, RUMBO, DIRECCIÓN, PERSPECTIVA. En definitiva, claridad mental. Cuando uno lleva a cabo un proyecto tan ambicioso, como puede ser el lanzamiento y desarrollo de una startup, es fácil estar desorientado en muchos momentos del camino y no saber hacia dónde mirar y apuntar. El mentor te permite eso, saber dónde enfocarte en cada momento, te ayuda a centrar tus energías en lo importante descartando el resto. Un buen mentor te permite tomar conciencia de qué es clave, y lo más importante, por qué es clave. Las conversiones estimulantes y retadoras permiten tomar perspectiva, ver las cosas desde arriba desde donde se ve con más nitidez qué es lo relevante y lo accesorio.
2. METODOLOGÍA/MÉTODO. Que no es otra cosa que una forma de hacer las cosas contrastada y rigurosa. El método te permite llevar a cabo aquellos procesos que hay que ejecutar sin ir dando palos de ciego, porque de otra manera se pierde demasiado tiempo, energía y recursos, y eso es agotador. Los mentores aportan conocimientos y experiencia que cuestan muchos años y sudores conseguir, así que, ¿para qué desaprovecharlos? El propio Brian Tracy lo explicita así: «Nadie vive lo suficiente para aprender todo lo que necesita comenzando de cero. Por ello, para tener éxito, debemos encontrar personas que ya hayan pagado el precio de aprender las cosas que necesitamos aprender para lograr nuestras metas». La gente mentalidad ‘pobre’ piensa que debe saber todas las respuestas; la gente con mentalidad ‘rica’ acudes a quienes más saben. Los primeros van de autosuficientes y solitarios; los segundos trabajan en equipo.
3. FEEDBACK. La ejecución de los procesos nunca es una línea recta, siempre hay desviaciones que hay que corregir respeto a lo originalmente pensado. Keneth Blanchard, autor de El ejecutivo al minuto, siempre decía: «el feedback es el desayuno de los campeones». Es necesario tener siempre gente cerca que aporta una mirada crítica y exigente de los proyectos. Los aduladores son siempre peligrosos. No hay nada peor en esta vida que tenerle miedo a la verdad. No hay nada más sano, por el contrario, que tener alguien de confianza que nos diga las cosas con tacto, pero de manera clara, directa y sin tapujos.
4. APOYO EMOCIONAL. A lo largo del camino existen muchos momentos también de soledad, de frustración, de bajón emocional —de ‘pájara’, como se dice en el ciclismo—, y es necesario tener gente cerca —como la figura del mentor—, que también aporta ánimo, ilusión, reto, porque cuando las cosas no marchan bien se tambalea lo más importante que tiene una persona que es la confianza en uno mismo, y ahí es donde uno la va a recobrar para no tirar la toalla. Los mentores son esas personas que te inspiran a ir más allá de tus dudas y de tus miedos. Los mentores conocen tus puntos fuertes y débiles, y saben dar indicaciones precisas para que optimices tu vida. Está demostrado científicamente, que las personas nos sentimos más seguras y confiamos más en nosotros mismos —nos atrevemos más— cuando hay alguien que nos alienta a dar el salto. Muchas veces somos los mayores enemigos de nosotros mismos.
5. INCOMODIDAD. Un buen mentor siempre te exige de ti más de lo que tú te exigirías de ti mismo. Te lleva al límite. En el ser humano hay una tendencia natural a hacer lo más cómodo y fácil, pero así no se puede llegar a ningún sitio interesante. Crecimiento y comodidad no son compatibles. Sabes que estás avanzando en la vida cuando estás incómodo. Los peces más grandes nadan en aguas profundas, pero esas piezas sólo están disponibles a quienes se atreven a ir a por ellas. Como en la vida no es fácil sentirse cómodo en la incomodidad (ver post Practica el arte de la incomodidad), lo mejor es buscar a alguien que nos empuje. Todo necesitamos alguien incómodo (tocapelotas) a nuestro lado —padre, amigo, mentor…— que nos rete por inspiración o desesperación.
En Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición) hablamos precisamente de este tema, en el que se recogen las palabras de Mark Victor Hansen y Robert G. Allen, autores del clásico Millonario en un minuto: «Al estudiar las características de cualquier persona de éxito, podrá ver que fue aprendiz de uno o varios maestros. Por lo tanto, si desea alcanzar grandeza, renombre y éxito colectivo, debe ser aprendiz de un maestro».
Un buen mentor es un ‘factor acelerador’ para la consecución del éxito y son necesarios en cualquier faceta de nuestra vida en la que queramos mejorar: salud, dinero, relaciones, management, emprendimiento… Ser autodidacta tiene una ventaja: aprendes con mucha profundidad y se interioriza de manera sólida lo aprendido. Y tiene dos grandes inconvenientes: primero, es más fácil equivocarse; y segundo, es un proceso demasiado largo.
Un proverbio chino dice: «Una sola conversación con un sabio equivale a un mes entre libros». Un buen mentor nunca es un gasto, sino la mejor inversión que se puede hacer en la vida.