No va a ser necesariamente por rebeldía. No será por fastidiar o dañar. Pero será inevitable que, en el ejercicio de tu libertad, tomes algunas decisiones que no gusten a otros.
En algún momento, perderás el miedo a que te vean como “el raro”; perderás el miedo a no gustar, a que se sientan decepcionados, a que no te quieran.
Algún día, dirás: “No, no quiero prestarte el coche.” Y, después de la incomodidad de momento, te alegrarás de haber sido fiel a ti mismo y a tus normas.
Algún día, estarás escuchando una canción que te encanta y la disfrutarás, pese a que el que pase por allí te diga que te falta gusto musical. ¡Pasarás de su comentario!
Algún día, respetuosa y amablemente, declinarás la invitación de ir de vacaciones en grupo a tal sitio, porque a ti te apetece más ir a tal otro.
Algún día, te negarás a seguir una moda que no va contigo. Te atreverás a no teñirte el pelo de verde cuando todos tus amigos lo hayan hecho.
Tomarás pequeñas (o grandes) decisiones que te separen del grupo o de las expectativas de las personas que tienes cerca. Con cada una de ellas, serás fiel a tus principios, a tus prioridades, a tus gustos, a ti mismo.
Te equivocarás unas cuantas veces. Recibirás críticas, independientemente del resultado. Y, aun así, seguirás eligiendo el camino que deseas seguir.
Con el tiempo verás que, cuando eres fiel a ti mismo, la gente que se queda contigo es la que te respeta y te quiere como eres, empezando por ti mismo.
El miedo a no complacer a otros quedará cada vez más lejos. Su lugar será ocupado por la fortaleza, la sabiduría y la responsabilidad que implican decidir cómo quieres vivir cada día de tu vida.
Esa libertad se construye a diario. Si una de tus decisiones de hoy intuyes que no va a ser del gusto de otro, ¿qué vas a hacer?
Hoy puede ser ese día en el que saltes sobre el miedo y superes una situación incómoda siendo tú mismo. Si lo haces, verás qué bien te sienta.
Fuente https://tusbuenosmomentos.com/decisiones-gustar-demas