por Carlos Antorán
En este artículo desmontaré el principio de Eisenhower que prioriza las tareas clasificándolas en función de si son urgentes y/o importantes. ¿Un poco pretencioso? No pretendo serlo. Verás que la urgencia de las cosas es más que relativa. Aprende a determinar las tareas de una manera adecuada y mejorarás tu vida y tu trabajo. ¿Te apuntas?
Dwight D. Eisenhower fue un general estadounidense que dirigió las tropas durante la segunda guerra mundial y que, posteriormente, se convirtió en el 34º presidente de los Estados Unidos de América. Independientemente de su vida como militar y político, creó la que se viene a denominar matriz de Eisenhower como solución a las muchas decisiones que tenía que tomar a lo largo de los días durante la guerra.
Se trata de un principio donde clasifica en un cuadrante las tareas o decisiones a tomar según sean urgentes o no, o importantes o no.
Puede resultar útil en ocasiones puntuales pero a mi entender no sirve para el día a día. Para empezar, la clasificación de tareas por importancia o urgencia, sobre todo por esto último, es muy subjetiva. Determinar qué es urgente o urgente e importante a la vez es muy difícil en muchos casos. Por eso, simplificar esta tarea hará que no pierdas tiempo en algo innecesario.
Lo que te va a hacer más efectivo es determinar si lo tienes que hacer o no, y cuando lo puedes hacer para que la fecha de vencimiento no se te eche encima. De otra manera se tiende a procrastinar esas tareas que por ser menos importantes o ‘urgentes’ no merecen toda tu atención, porque siempre vas a tener algo más urgente que hacer que esas cosas ‘menores’. Por eso, clasificar las tareas por importancia según las áreas de responsabilidad lo veo más efectivo y práctico.
No existen las tareas urgentes, existen cosas más importantes que otras según el contexto y tu área de responsabilidad. Por regla general, lo urgente es algo importante a lo que alguien (el responsable de hacerlo) no le ha prestado la atención necesaria en el momento adecuado y se ha convertido en algo ‘urgente’.
- Haz las cosas cuando las tienes que hacer.
- Evita procrastinar (qué fácil, ¿verdad?).
- Mantén al día tus áreas de responsabilidad.
- Detecta puntos flacos antes de que se conviertan en problemas.
- Mantén un buen sistema de organización personal (que sea confiable) (¿te ayudo?).
- Se consciente de la importancia de las cosas en tu entorno.
- Adopta una actitud de mejora continua.
- Trabaja sin distracciones.
- Sé responsable con tus obligaciones.