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¿Por qué querer innovar es como querer adelgazar?

por Angel Gavín – Llega el verano y, con él, la operación bikini. La gente se preocupa de cuidarse un poco para no desparramar carnes por el bañador. Etcétera etcétera. Veamos cómo querer innovar y querer adelgazar tienen bastantes cosas en común. Ni adelgazar es solo para el verano, ni innovar para las crisis En primer lugar, la obsesión por adelgazar está más acentuada ahora que llega el verano. Sin embargo, el mantener un peso adecuado no es una cuestión estética, sino que está íntimamente ligada con nuestra salud y bienestar. En cualquier época del año.

por Angel Gavín

Llega el verano y, con él, la operación bikini. La gente se preocupa de cuidarse un poco para no desparramar carnes por el bañador. Etcétera etcétera. Veamos cómo querer innovar y querer adelgazar tienen bastantes cosas en común.

Ni adelgazar es solo para el verano, ni innovar para las crisis

En primer lugar, la obsesión por adelgazar está más acentuada ahora que llega el verano. Sin embargo, el mantener un peso adecuado no es una cuestión estética, sino que está íntimamente ligada con nuestra salud y bienestar. En cualquier época del año.

Ahora que estamos en plena crisis, todo el mundo quiere innovar. Lo cual está muy bien, pero  la innovación no es algo necesario solamente en tiempos de crisis, sino que debe ser un objetivo/estrategia clave de cualquier empresa. Incluso en épocas de “vacas gordas”  Es decir, la innovación no es algo estacional, coyuntural.

Vigilar el estado de la innovación, que está dentro de los parámetros deseables (en función del contexto de cada empresa), debe ser un proceso más de la empresa, como lo es para toda persona el vigilar que se tiene un peso adecuado a la fisonomía, necesidades y estilo de vida.

Medir para no sufrir

Lo cual nos lleva a otra consideración interesante. Cuando uno se propone perder peso, lo primeo que debe saber es cuánto peso debe perder. Debe proponerse unos objetivos, y que además estos sean alcanzable y medibles.  En cualquier caso el objetivo se planteará desde el conocimiento propio.

En el caso de la innovación, la métrica a usar dependerá también de cada empresa, del sector en que opera, y del estado actual en el que se encuentren sus procesos de innovación. Ejemplos de métricas relacionadas con la innovación son los recursos dedicadas a la misma (en términos de inversión económica, medios humanos, …), el número de productos innovadores, el número de patentes solicitadas y un larguísimo etcétera (al que iremos dedicando entradas en el blog).

Conviene no perder de vista que no es lo mismo mantener en peso a un deportista de élite que a otra con claro sobrepeso. Pero todo empieza por saber dónde estamos, a dónde queremos llegar. Y luego vendrá la estrategia, claro.

Foto: Alan Cleaver en Flickr
Foto: Alan Cleaver en Flickr

Y, por supuesto, pesarse regularmente para ver los progresos. Es decir, medir los avances para ver si se están consiguiendo los objetivos propuestos, tomando medidas correctivas si fuera necesario.

No a las dietas milagro

Si queremos perder un par de kilos para entrar en ese traje que tanto nos gusta y que queremos llevar para una fiesta, la cosa no se antoja complicada. No hará falta consultar con un especialista: normalmente, con controlar algunos alimentos y quitarnos algunos cosas que engorden (dulces, bebidas azucaradas, etcétera) será suficiente. Otra cosa es que queramos bajar 20 kilos o más, en cuyo caso deberemos consultar a un médico o un dietista de nuestra confianza.

Porque lo de las dietas milagro merece una consideración aparte. Estarnos un mes entero comiendo única y exclusivamente manzana y pechuga de pollo a la plancha (por decir algo; me lo acabo de inventar) puede que efectivamente nos haga adelgazar. Pero los perjuicios para nuestra salud (falta de nutrientes esenciales) serán muchos y puede que de graves consecuencias. Y del efecto rebote ni hablamos: cuando dejemos la supuesta dieta es más que probable que recuperemos el peso inicial, si no más, al margen del ya citado deterioro de nuestra salud. Con la innovación sucede algo parecido.

Empresas que no han seguido procesos innovadores jamás, se fijan metas demasiado ambiciosas, en plazos de tiempo muy cortos, siguiendo estrategias  nada aconsejables ni sostenibles en el tiempo, que terminan abandonando con efectos rebote muchas veces nocivos.

Inversión en medios

Cuando alguien se pone a dieta, debe conocer qué alimentos puede tomar y cuáles no, y en cualquier caso en qué cantidades. Además puede que tenga que comprar alimentos o complementos alimenticios que antes no compraba, que le pueden suponer gastos extras e incluso molestias adicionales (en función de la accesibilidad que haya a los mismos). O los propios gastos de ir al dietista, si se ha optado por esta opción.

Con la innovación sucede lo mismo. Se necesita una inversión, sobre todo al principio, en formación, medios y recursos.

Disciplina y perseverancia

Perder peso requiere disciplina, constancia. No ceder todos los esfuerzos a la primera de cambio. Ser consciente que requiere unos sacrificios, pero que estos se tornarán en hábitos que nos traerán innumerables beneficios.

Lo mismo sucede con la innovación. Implementar procesos orientados al fomento y gestión de la innovación requiere de unos esfuerzos iniciales, de unos cambios de hábitos y de una necesaria confianza en lo que uno está haciendo. Las cosas no siempre van a salir como uno quiere, y es muy fácil flaquear y caer en la tentación. Cortar presupuestos. Finalizar actividades.

Hechos, no palabras

Es muy fácil decir que estás a dieta y luego ponerte hasta las trancas de dulces y embutidos. No hace falta decir que a medio/largo plazo la gente lo notará.

Es más fácil usar la palabra innovación como herramienta de marketing, que efectivamente tener la innovación interiorizada (y gestionada) en la empresa. Piensa en la cantidad de publicidad que se ve por ahí con la palabra innovación. Y piensa si realmente hay una innovación detrás o es una exigencia del departamento de publicidad / marketing.

Foto: Ben and Rachel Apps en Flickr
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Conclusiones

La innovación en al empresa debe tomarse en serio. No es una moda pasajera, u obligada en situaciones de crisis. Por el contrario, la innovación bien gestionada llevará a  la salud y buen tono general de la empresa. Y, sí, a engordar. La cuenta de resultados.

Fuente http://www.elmiracielos.com/innovacion/por-que-querer-innovar-es-como-querer-adelgazar/

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