En cierta ocasión, charlando con Emilio Butragueño, Director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, le comentaba que me sorprendía como a veces gente muy joven debutaba en el primer equipo (por ejemplo, Raúl González que debutó con 17 años) sin teóricamente estar su cuerpo formado o por la presión de esas situaciones. Y esto fue lo que me contestó:
— La vida casi nunca te pone delante de retos para los que no estás preparado.
Así es. Y si por algún motivo fuese, el desenlace no es difícil de pronosticar: fracaso… y volver a empezar. Desde aquí muchas veces hemos repetido esta afirmación:
A veces el problema no está en que el deseo sea ardiente o no, sino que no se sabe lo que se quiere. Diversos estudios han concluido que el 97% de la población no sabe lo que quiere ni a dónde se dirige, y va deambulando y moviéndose por inercia, viviendo el día a día. Sólo el 3% tienen sus metas claras y por escrito. Brian Tracy, otro de los personajes también incluidos en Aprendiendo de los mejores dice: «Una persona de inteligencia media con unas metas claras supera siempre a un genio que no sabe lo que quiere». Sólo cuando sabes lo que quieres puedes concentrar todas las energías y fuerzas hacia ese objetivo, de otro modo, las energías y fuerzas se dispersan. ¿Sabes por qué te sacaste una licenciatura universitaria? Porque decidiste lo que querías. ¿Sabes dónde has ido o dónde vas este verano de vacaciones? Porque lo decidiste dónde ibas. Y así con todo. Puedes llegar a cualquier sitio si lo has definido por anticipado, sólo es cuestión de encontrar los medios. Tracy también escribe: «Vivir sin unas metas claras es como conducir en medio de una espesa niebla. No importa lo potente o bien construido que sea el coche, conduciremos con lentitud y vacilación, progresando muy poco, incluso en la mejor de las carreteras. Decidir nuestras metas hace que la niebla se disipe de inmediato y nos permite concentrarnos y canalizar nuestra energía y nuestros conocimientos».
7. FALTA DE UN PLAN DE ACCIÓN.
Sin planes, uno va dando bandazos de un lado para otro, se convierte en una especie de veleta que se deja llevar por el viento que sopla en cada momento. Un plan, es una estrategia que te permite pasar del punto A (dónde estás) al punto B (dónde quieres llegar a estar). Los planes son el puente que conecta nuestros sueños con la realidad. Cualquier plan es mejor que ningún plan, porque aunque no sea perfecto te lleva a actuar, y aunque las cosas no salgan bien a la primera, obtienes experiencia e inputs que te llevan a ejecutar con mayor precisión a la siguiente ve. Como decía Edwin Land, fundador de Polaroid: «Un error es un acontecimiento cuyos beneficios todavía no se han convertido en ventaja». La gente ganadora siempre está fuerte orientada a dos cosas: qué quieren conseguir (metas) y cómo conseguirlo (planes). Tu plan es tu hoja de ruta. Fíjate en una licenciatura universitaria. Al comienzo de tus estudios ya está trazado el plan para los próximos cuatro años: qué asignaturas cada año, cuáles cada cuatrimestre, cuáles son los horarios de cada una de ellos y cuándo los exámenes. Y tu ejecutas ese plan… y obtienes tu licenciatura. La gente no planifica, porque planificar exige esfuerzo y somos víctimas de la perecitis. No planificar es más cómodo que planificar.
Excelente porque dan ventura y esperanza a las vidas.Soy conferencista de Superacion Personal y Poder Mental y estoy convencida que somos hojas de un inmenso arbol llamado Humanidad, de tal manera que todos somos Uno y nuestro mayor proposito es compartir lo que Dios y la vida nos han enseñado y tener la capacidad mental y espiritual de ser solidarios cada dia de nuestras vidas .
felicitaciones
Natacha Ramirezparis.
Muchas gracias por tus palabras Natacha y si en algun momento quisieras compartir alguno de tus escritos con nosotros, seria un placer!
Recibe un cordial saludo
JC