por PEDRO COLMENARES
Le asignamos valor a las cosas, la gente, los servicios, en general a lo que nos rodea, y ese valor se basa en nuestros “preconceptos” y en el contexto donde el proceso ocurre.
Como queda claro la “percepción de valor” es a todas luces algo subjetivo y depende en esencia de las variables culturales, educativas y del contexto donde todo el proceso ocurre.
La “propuesta de valor” es pues eso que un grupo emprendedor expone al público, para que este lo “perciba como valioso” y lo haga suyo a través de los “canales” que el equipo prevé.
Siempre se recomienda a los emprendedores que partan de un problema para solucionar, se asume que si se logra crear una solución innovadora y eficiente para algo que aqueje al mayor número de personas posible, será sencillo que ellas mismas perciban el valor de eso que les está haciendo la vida más fácil.
La verdadera oportunidad ocurre cuando se percibe un problema en el momento que la comunidad aun no le duele lo suficiente, o cuando aún su formación no los capacita para “percibirlo”. Las oportunidades más rentables de negocio viven en esta franja, y requieren equipos que sean capaces de generar nuevos paradigmas culturales, que sean capaces de entender las “olas sociales” y “surfearlas” a su favor.
Es por esto que muchos “innovadores sociales” están detrás de los emprendimiento más exitosos, solo personas que tienen la visión de cambiar la sociedad logran educarla para que “perciban el nuevo valor”, es aquí donde me gusta moverme, es aquí donde creo que veremos los mejores startups en los próximos años.